martes, 1 de septiembre de 2020

Regreso al pasado


Quizá es que me estoy volviendo “vieja” o quizá es que esto del coronavirus y la “nueva normalidad”, que de normal no tiene nada, por cierto, me está afectando más de la cuenta, pero de un tiempo a esta parte siento nostalgia del pasado. Así, tal cual.

Echo de menos cosas que “literalmente”, como dice mi hija Celia, han desaparecido. Por ejemplo, echo de menos recibir cartas, claro que debo reconocer que tampoco las escribo. Recuerdo que cuando era pequeña allá donde iba compraba siempre postales y escribía a mis “clásicos”: a mis padres, si no viajaba con ellos, a mis abuelos, a mis mejores amigas, a mi tía Ana.. Hace poco releí alguna y me emocioné, porque por un momento me sentí aquella María de 9 o 10 años a la que le encantaba compartir con los demás lo bien que se lo pasaba. Supongo que es lo que hacemos ahora con las redes sociales, pero lo siento, no tiene nada que ver. Quién no se acuerda de la sensación de pegar el sello así “chupadillo” o de aquellos sobres de papel “flojillo” en el que te metían las postales cuando las comprabas, o de la emoción de echarlas en el buzón. .. Ya nunca nadie busca un buzón, es como las cabinas, mobiliario urbano en desuso, objetos que poco a poco van quedándose obsoletos y van formando parte de la "antigüedad". Me da pena. Voto por menos redes y más cartas.



Y puestos en plan nostálgico, echo de menos también esas llamadas de teléfono interminables con el cable estirado al máximo atravesando pasillos y si hace falta puertas, con tu padre gritándote “cuelga ya” y tus hermanos, en mi casa, hermanas, aporreando la puerta “llevas unaaaaaa horaaaaa”. Hasta echo de menos el “¿de parte de quién?”, frases que, en cuanto acaben de desaparecer los fijos, también irán cayendo en desuso y formarán parte de un lenguaje anticuado. Ahora nos comunicamos por whatsapp. Miles de grupos, miles de conversaciones cruzadas, miles de emoticonos. Voto por menos whats app y más charlas interminables.

También echo de menos compartir todos una misma serie, y cuando digo todos, digo TODOS. Esa época en las que todos los de una misma generación veíamos lo mismo porque no había otra cosa que ver: La casa de la pradera, Heidi, Sandokán, Vacaciones en el mar, Los Ángeles de Charlie, El coche fantástico, Starsky y Hutch, Dinastía, Dallas, Falcon Crest… En cada momento y con cada edad lo que tocase. Ahora cada uno está con su pantalla particular y cada uno ve algo distinto. La oferta es inmensa, demasiado inmensa. Ahora las series pueden hasta robarte la vida, se ha perdido la emoción de esperar al próximo capítulo.  Ahora puedes empacharte de series y solo dedicarte a eso.  Hasta los cines están desapareciendo. Ya no existen casi los pequeños cines de barrio, con el acomodador que te acompañaba a tu asiento. Ahora lo que se lleva son las grandes salas con los asientos que se convierten en cama, las pantallas gigantescas,  el sonido ultramegasideral, los efectos en tres, cuatro o hasta cinco dimensiones ( ya he perdido la cuenta de cuántas dimensiones son posibles por cierto!), en los que  hasta agua te salpica cuando ves una película de aventuras en el mar. Y por supuesto, ya no sólo puedes comer palomitas, ahora si te empeñas te puedes zampar hasta un solomillo con patatas. Incomprensible. Voto por menos efectos especiales y más cine romántico.

Mi lista podría ser interminable… porque hay muchas cosas que echo de menos: las tiendas de barrio que poco a poco van desapareciendo (hace poco me enteré que cerraba la papelería Salazar, en la calle Luchana, y me dio mucha pena, porque era la papelería de mi niñez, donde me hice los recordatorios de la Primera Comunión, donde compraba los mapas, las gomas que coleccionaba, los cuadernos…); los libros “en papel”, porque me he pasado al Kindle aunque no hay día que pase que no quiera volver al papel; los viajes en coche con las ventanas abiertas y las peleas por quien elegía la "casette" de turno, los discos de vinilo, las agujas del tocadiscos, los diarios, los listines de teléfono, las páginas amarillas, las bibiotecas, hasta el carrito de la compra que creo que nunca he usado, ahora lo echo de menos como parte de un pasado que se fue y probablemente no volverá.

En fin, que a lo mejor en vez de regresar al futuro a lo Michael J. Fox nos toque volver un poquito al pasado y quizá hasta le volvemos encontrar el gusto a cosas que nunca debimos perder.  ¡¡Voto por probar!!

 Feliz semana!

 

14 comentarios:

  1. Y los helados al corte, y los caramelos Saci, y la pastillas de leche de burra?¿?¿, y los cines de sesión continua y la mano caliente de mi padre agarrando con fuerza la mía, cuando íbamos a la librería Aguilar a comprar libros, y los recortables..
    Ayyyyyy

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  2. Ya somos 2 nostálgicos empedernidos y convencidos!!! Si volvemos la vista atrás, se han perdido muchos hábitos, costumbres, valores y principios y formas de ver la vida, de una manera más natural, familiar, cercana con nuestros amigos, e incluso, en el modo en el que entendemos y nos comportamos en el día a día en el trabajo. En cualquier caso, nos corresponde a los padres inculcar a nuestros hijos todo aquello bueno que echamos de menos y que aún mantenemos presentes. Esta mañana, estaba viendo en el ordenador con Nicolás la serie de la La vuelta al mundo de Willy Fog...no te digo más!!! ;-)

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    1. Jaja habría que veros a los dos viendo Willy fog!!! Besos chemita!!

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  3. uy uy que buenos recuerdos! En mi casa el ¿de parte de quien? iba siempre precedido del ¿madre o hija? porque compartimos nombre :) y el grito de llevas una hooooraaa al teléfono iba acompañado, de "pero si acabáis de veros en el colegio ¿tanto tenéis que contaros ahora?". Que grandes momentos.

    Oye, y si estás muy nostálgica y tienes ganas de escribir cartas a mano dime porque hay grupos de correo postal. Yo estoy en un intercambio de correspondencia desde hace dos o tres años, y el momento recibir carta en tu buzón genera la misma ilusión que antes. Además así tienes la excusa de ir a buscar papeles y sobres a sitios tan bonitos como Salazar (de ahí son mis sobres), wasi tape para decorarlos, tintas para escribir ...

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    1. Pero qué buena idea lo de los grupos de correo postal!!! Me tienes que contar!!! Hacia tanta ilusión recibir una carta.... y me encantan las papelerías!! un beso fuerte

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  4. Que bueno María!!!!! Pero lo mejor, ~hasta el carrito de la compra que creo que nunca he usado, ahora lo echo de menos como parte de un pasado que se fue y probablemente no volverá~,me parto!!!!!!

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    1. Jaja. Nunca fui de carrito pero ahora me encantaría haber sido. Y me encanta recordar a mi madre y a mi abuela yendo al mercado con el carrito¡! Recuerdo la primera vez que mis padres fueron a Jumbo de pio XII. Fue una especie de acontecimiento!!! Jaja. Hoy todo x Internet!!

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  5. Ay Maria, si empiezo con los recuerdos...coger la ropa a hurtadillas a mis hermanas, oír la voz de mi madre diciendonos: niñas, que ha llegado papa!!! Cantar todos juntos en los viajes,oír por la noche a mis padres rezar el rosario...tantas cosas!!! Ahora todo es tan distinto que ya ni recibo cartas del banco porque lo miro en el móvil! !!! Besos Maria y gracias por tus reflexiones

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    1. Pero qué bonito tener recuerdos y traerlos con añoranza al presente Julita!!! Todo cambia pero hay cosas que deberían pervivir siempre. Mientras las recordemos ahí seguirán!! Un beso fuerte

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  6. Maria como siempre insuperable tu articulo!!! Tan acertado que me asusta. Y también me asusta esta generación de jóvenes que no saben lo que es esperar con emoción el capitulo de su serie favorita o el estreno de tal o cual pelicula o el regalo de un libro... lo tienen todo de forma inmediata! Nosotros sí supimos lo que era esperar con paciencia e ilusión...
    Un beso enorme!!

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    1. Gracias Irene!! Tienes toda la razón. Vivimos en la época de inmediatez absoluta lo cual en muchos casos y sobre todo en los niños provoca entre otras cosas muy poca capacidad para la frustración... en fin... x otro lado, que maravilla esos empacho de capítulos de tu serie favorita ehhh? Jaja. Besos amiga

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  7. Ay friend!! Leer este post, es regresar al pasado!! Que NOSTALGIA!! El mundo va muy rápido, demasiado. No debemos olvidar NUNCA!!. Bss

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