Hace casi dos semanas que no escribo. Mis seguidores estaban preocupados. Alguno hasta me ha llamado para ver si me pasaba algo. La razón es muy simple. Había perdido la inspiración. La buscaba por todos lados pero no la encontraba. Había desaparecido. ¿Dónde habría ido? Imposible saberlo. Es curioso la cantidad de cosas que perdemos en nuestro día a día. Y no me refiero a cosas cotidianas y en cierta manera “banales” como las llaves, las gafas o la cartera. Me refiero a cosas bastante más trascendentales. En mi caso, por ejemplo, a menudo pierdo la paciencia. La voy almacenando poco a poco, consciente de la necesidad de tener buenas reservas, pero de repente la pierdo toda de golpe. Ni pizca me queda. Lo peor es cuando además de la paciencia, pierdes los nervios. Horror. El que pierde los nervios puede también perder los papeles, y hasta el control. Muy peligroso. Hay gente que pierde la línea, o la silueta, como dicen algunos. Es fatal, aunque con un poc...
Escribo sobre la vida. Reflexiones, pensamientos, ideas que cruzan por mi mente, viajes, anécdotas, aventuras...