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Mostrando entradas de agosto, 2018

Mi manta de verano

Paseando ayer por  la playa con mi querida amiga Ana, me soltó una frase de ésas que a veces suelta ella. La felicidad es una manta muy pequeña, me dijo. La comparación es simple pero realista.  A veces, la felicidad parece un edredón inmenso, mullido, gozoso, de esos con los que podría arroparse una familia entera y aún así arrastra por los lados de la cama.  Pero  otras veces, qué poquito tiempo te cubre entera. Cuando te tapas la sientes sobre tí, ligera, cálida,  confortable. Te quedarías cubierta por ella para siempre y sin embargo, de repente, te mueves y un brazo se te escapa por arriba. Tiras de la manta para volver a cubrirte entera y lo que se te escapa entonces es el pie.  Y ya no hay forma de conseguir que la manta te cubra de nuevo por completo, por muchas vueltas que des y posturas que adoptes. Es como si la manta hubiese encogido de pronto. Y no vale cambiar de manta. Al revés. Más bien se trata de seguir sintiéndote arropada aunque...

Viaje a La Rochelle

Lo reconozco. Soy fan absoluta de Francia. Cuanto más la conozco más me gusta.... Acabamos de llegar de La Rochelle y una vez más, el viaje ha superado mis expectativas que ya eran altas de por sí.. La Rochelle es una ciudad preciosa.  Es la capital de la región Charente Maritime, una ciudad medieval a orillas del Atlántico y cargada de historia.  Su puerto, dominado por sus famosas torres, la tour de San Nicolas y la tour de la Chaîne, ambas del siglo XIV, es una maravilla. Y pasear por su centro histórico es un placer. Calles con arcadas, como la rue des Merciers, donde estaba nuestra casa, plazas llenas de encanto, tiendas ideales, cafés, terrazas... Todo rezuma clase y elegancia en La Rochelle. Además, es una ciudad llena de vida y más en pleno verano, claro.. Por la noche el puerto está lleno de gente, hay espectáculos y música en la calle, mercadillos...   Puedes tomarte en cualquier sitio un vinito de la región, unas ostras, unos riquísimos "m...