Hay
personas a las que les cunde muchísimo el tiempo. Tengo una amiga que es jefa,
tiene tres hijos, hace deporte, está estupenda, siempre lleva el pelo perfecto,
las uñas hechas, ayuda con los deberes a sus niños, organiza cenas en su casa, va, viene, viaja, va al cine, al teatro, lee, está
a la última en moda, corre, cose, hace postres, yoga, meditación,
voluntariado...
La vida le cunde el doble. Se apunta a todo. Para todo esta dispuesta. No se pierde una. Nunca se cansa.
Otro tipo es las que no hacen nada o lo que hacen lo hacen muy lento y les cuesta mucho. Y claro se asombran cuando ven la cantidad de cosas que hacen las primeras. Las horas pasan y el tiempo no les cunde. Y encima se estresan porque no les da tiempo a nada. Aunque tengo comprobado que ese nada para ellas ya es mucho.
Este grupo suele estar siempre a tope. No quedan porque no tienen tiempo. No te llaman porque porque no ven el momento. Suelen estar desbordadas. No sé muy bien porqué y de qué, pero no se lo inventan. Para ellas es así. Tengo también comprobado que a este grupo en general la gente les suele compadecer. Me llama la atención. A mi personalmente me enervan.
La vida le cunde el doble. Se apunta a todo. Para todo esta dispuesta. No se pierde una. Nunca se cansa.
Otro tipo es las que no hacen nada o lo que hacen lo hacen muy lento y les cuesta mucho. Y claro se asombran cuando ven la cantidad de cosas que hacen las primeras. Las horas pasan y el tiempo no les cunde. Y encima se estresan porque no les da tiempo a nada. Aunque tengo comprobado que ese nada para ellas ya es mucho.
Este grupo suele estar siempre a tope. No quedan porque no tienen tiempo. No te llaman porque porque no ven el momento. Suelen estar desbordadas. No sé muy bien porqué y de qué, pero no se lo inventan. Para ellas es así.
Entre
unas y otras estamos la gran mayoría, las que hacemos malabares cada día para intentar
llegar a todo, sin conseguirlo casi nunca.
A veces hasta me pregunto si el tiempo será el mismo para todos. O si por algún motivo desconocido las horas de algunos se reproducen mientras que las de otros se escapan.
Me imagino un bote lleno de bolas. Algunas personas utilizan esas bolas como si de chicles se tratara. Las inflan, inflan e inflan y las "horas- bolas" se estiran y estiran, dejan de tener su dimensión primitiva para ocupar un espacio mucho más grande.
Para otras en cambio las horas son como bolas de golf..imposibles de no perder. Juegas con ellas y irremediablemente pierdes alguna. Los más torpes hasta son capaces de perder muchas cada día que juegan.
Y para
la gran mayoría, como digo, las horas son como pelotas de malabarista, que intentamos manejar
de la mejor forma posible para que no se nos escape ninguna.
Pero, ojo, cuando estiras mucho un chicle al final se rompe. Y entonces te quedas con cara de tonto con el chicle estampado en toda tu cara. Lo mismo puede pasarte cuando pretendes llegar a todo y estar en todo. Algo importante puede estallarte y no darte cuenta.
Me pregunto si no merecerá quizá perder de vez en cuando alguna bola. ¿Por qué no? Nuestra vida no tiene porque ser un continuo parque de atracciones. Puedes permitirte el lujo de vez en cuando de perder el tiempo. Al principio cuesta hacerlo, te encuentras rara, te sientes vaga y no te gusta, aunque poco a poco le vas cogiendo el gustillo. Pero, cuando ocurre eso, cuidado, porque tiene su peligro, puedes llegar a olvidar lo valioso que es el tiempo, tu tiempo, que al fin y al cabo es único e irrepetible.
Pero, ojo, cuando estiras mucho un chicle al final se rompe. Y entonces te quedas con cara de tonto con el chicle estampado en toda tu cara. Lo mismo puede pasarte cuando pretendes llegar a todo y estar en todo. Algo importante puede estallarte y no darte cuenta.
Me pregunto si no merecerá quizá perder de vez en cuando alguna bola. ¿Por qué no? Nuestra vida no tiene porque ser un continuo parque de atracciones. Puedes permitirte el lujo de vez en cuando de perder el tiempo. Al principio cuesta hacerlo, te encuentras rara, te sientes vaga y no te gusta, aunque poco a poco le vas cogiendo el gustillo. Pero, cuando ocurre eso, cuidado, porque tiene su peligro, puedes llegar a olvidar lo valioso que es el tiempo, tu tiempo, que al fin y al cabo es único e irrepetible.
Estaría genial poder comprar tiempo, comprar horas. Un montón de gente
estaría dispuesta a comprarse horas y horas. Claro que eso implicaría gente dispuesta
a vender horas y eso, pensándolo bien es triste. Es como despreciar la
vida, que sólo pasa una vez. Al final, se trata de aprovechar la vida sin malgastar nuestro
tiempo ni sobrecargarlo en exceso. Saber hacerlo es un don como otro cualquiera.
Feliz
semana!