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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Vacunas prêt à porter

Estaba yo pensando que ahora que estos investigadores tan listos han descubierto ya la vacuna contra el covid y que estarán más libres ¿no podrían a lo mejor atender peticiones particulares?  Seria una estupenda idea. Eso sí, para evitar una vorágine de peticiones, pueden exigir como requisito que la petición venga avalada por la firma de más de 500.000 ciudadanos, algo que está ahora muy de moda y que, dicho sea de paso, nos saca un poco de este letargo borreguil en el que últimamente vivimos. A mí se me ocurren mil cosas para las que nos vendría muy bien una vacuna, un pequeño pinchacito y todo solucionado. Ahi va mi TOP 5. En el TOP 1, una vacuna que fortalezca y tonifique los músculos sin necesidad alguna de ejercitarlos, o lo que es lo mismo, sin necesidad de hacer deporte. Que alegría más grande. Eso sí, al que le encante hacer abdominales, correr, sufrir, sudar, no se la pone y punto.Tampoco hace falta meterla en el calendario de vacunaciones. Me conformo con que sea volunta...

¿Agarras o sueltas?

Supongo que es normal que en un momento de la vida tus hijos ya  no te den la mano cuando andas con ellos por la calle. Me da pena porque no hay cosa que más me guste que sentir la mano de mis hijos entre la mía. Pero hay que aceptarlo, se hacen mayores. No he visto ningún "niño" de 20 años agarradito de la mano de su mamá. Si lo viera, pensaría que le falta un hervor. Quizá sea  normal y la rara sea yo. Quizá es que soy un tanto esquiva. Un día ví a un amigo, muy crecidito ya, sentado en el sofá dando la mano a su madre. Me chocó bastante. Al poco tiempo descubrí que era un enmadrado.  Claro que pensándolo como madre, qué ilusión me hará si mis hijos con 40 años me cogen la mano. No sé qué les parecerá a sus mujeres. En realidad yo no soy muy de dar la mano. Nunca voy de la mano con mi marido. Ni siquiera lo hacía cuando éramos novios que es todo tan romántico.  En cambio, me encanta ver a esos matrimonios mayores que van a todos sitios de la mano. Me parece la c...

Vidas peliculeras

Hoy he tenido una pesadilla que empieza a ser muy frecuente. Seguro que tiene algún significado, pero casi prefiero ni descifrarlo. He soñado que se me caían todos los dientes de golpe. Me he despertado sobresaltada, he encendido la luz y he descubierto que afortunadamente todos mis dientes seguían en su sitio. Qué felicidad tan grande. He sentido tal alivio que llevo todo el día pensando en la suerte que tengo de conservar mis dientes. Es una suerte tremenda que te pase algo terrible y descubrir que es un sueño. A menudo pasa justo lo contrario, deseas con todas tus fuerzas que algo sea sólo un sueño, una pesadilla, pero desgraciadamente no lo es. Es real.  Me acuerdo una vez, con 9 años, que mi madre me llevó a la peluquería para cortarme las puntas. El peluquero se animó y terminó dejándome la melena por la barbilla. Cuando me vi en el espejo casi me da un soponcio y recuerdo que pasé toda la tarde rezando para que fuera un sueño. Qué maravilla cuando un mal corte de pelo...