En
estos últimos días la gente anda como loca. Nadie sabe qué hacer. Un absoluto
desconcierto invade a la gran mayoría de los españoles de bien (los españoles
de mal no sé bien lo que experimentarán, si es que sienten y padecen, que
empiezo ya a dudarlo).
He preguntado ya a varias personas y realmente nadie tiene ni idea. Estoy preocupada porque, como mujer de leyes que soy, sé bien que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Es decir, que no vale que cuando me pare el “señor agente” le diga que en este país no hay quien se entere de nada, por lo que he salido a la calle cuando mejor me ha parecido o más me ha convenido.
La situación es cuanto menos “kafkiana”. España está en Estado de alarma. Hay toque de queda de 23 a 06, pero algunas comunidades pueden variar esta franja horaria, adelantando o retrasando las horas. La Comunidad de Madrid se cierra perimetralmente, pero solo los puentes, después no sé muy bien qué pasará. Algunas Comunidades, pero no todas, también se han cerrado, otras solo han cerrado sus bares, debe ser que a sus habitantes les daba por beber y "arrejuntarse". Algunos barrios madrileños están confinados, parece ser que el criterio es la zona de salud, algo que nadie sabe bien lo que es. A algunas calles, dependiendo de la acera o del número, no se puede pasar, muy práctico. Los restaurantes ya no sé muy bien a qué hora tienen que cerrar y si es igual en todas las Comunidades, me temo que tampoco, lo cual influye directamente en la hora en la que puedes comer o cenar fuera de casa, que varia según donde estés. En algunos sitios los grupos no pueden ser de más de seis, en otros pueden reunirse hasta 10, ya no sé si convivientes, no convivientes o mediopensionistas. En algunos sitios han cerrado los parques, en otros han prohibido la venta de alcohol, en otros las barras, en algunos, los lugares de culto. Algunas medidas se aplican de forma progresiva, otras de sopetón, algunas admiten excepciones, otras no, el aforo a veces se reduce a la mitad, pero caben todo tipo de porcentajes en función de todo tipo de circunstancias y dependiendo de la Comunidad, y de nuevo con excepciones.
¿Alguien entiende algo? Me temo que nadie, absolutamente nadie, aunque digan lo contrario. Entre tanto y por lo que pueda pasar, hoy medio Madrid de ha ido de puente. No sé bien si podrán llegar a su destino o si deberán teletransportarse para conseguirlo, y si llegados allá donde vayan serán capaces de descubrir y adaptarse a las costumbres locales. Ya nos contarán cuando vuelvan si es que les dejan volver. Uno ya nada sabe.
No sé si todo esto será culpa del Gobierno, del Estado de las Autonomías, del Ministro filósofo, del cansino Simón, del carácter español, del “Spain is different” o del “café olé”, pero realmente esto no hay quien lo entienda y empieza a proliferar entre la población un hartazgo muy pero que muy supino y preocupante.
Que Dios nos pille confesados, como diría mi tía Gracita, porque esto no ha hecho más que empezar! Paciencia y mucho ánimo.
Feliz semana!