sábado, 13 de agosto de 2022

Sentido del ridículo


Ayer mi silla de playa se plegó conmigo dentro y quedé atrapada cual ratón en un cepo, incapaz de levantarme.Una posición muy ridícula. Un señor se acercó a ayudarme y pasé mucha verguenza. 

Peor fue hace unos años, cuando casi me ahogo en la orilla. Una ola impetuosa me tiró al suelo. Cada vez que intentaba levantarme otra ola me tiraba. Me convertí en croqueta, con la parte de abajo del bikini por las rodillas de tanta arena acumulada y la parte de arriba de bufanda. Con semejante guisa prefería morir ahogada que sobrevivir y por un momento me sentí tentada a abandonarme a la suerte. Mientras, mi marido estaba en la toalla mirando la escena sin parar de reír, sin ser consciente de que estaba a punto de quedarse viudo. Pero mi destino no era morir ese día. Las olas pararon y yo pude recuperar mi dignidad, ponerme de pie y salir del agua. Mi marido se libró por los pelos de morir asesinado. Tampoco le debía tocar morir ese día.

En la fiesta de mi décimo cumpleaños, 20 niñas esperábamos ansiosas a mi madre para soplar las velas. Se había olvidado de la tarta y había bajado apresurada a comprar una. Al volver corriendo tropezó, se cayó y la tarta se desparramó en el suelo. La situación era muy cómica y mi madre optó por hacerse la muerta lo que le supuso aguantar estoicamente un buen rato con la falda levantada sin poder bajársela.  Es lo que tiene estar muerta. No importa que se te vean las bragas. Al final, resucitó.

En una boda, una amiga se lanzó a la pista a bailar unas sevillanas. Llevaba un vestido palabra de honor y levantó con tanto ímpetu los brazos que se le escapó un pecho. Ella no se dio cuenta y siguió bailando tan contenta. Al resto de amigas nos entró la risa floja y fuimos incapaces de advertirle del "percance" lo cual terminó haciendo su compañero de baile. A mi amiga casi le da un soponcio.

En la vida uno vive muchas situaciones ridículas. A veces son tonterías que uno mismo magnifica y que para los demás han pasado prácticamente inadvertidas. Otra veces son situaciones realmente bochornosas que quedan en la memoria de muchos, que afectan a la reputación o fama y difíciles de remontar.

Hay gente con una falta absoluta de sentido del ridículo y otros en cambio lo tienen exacerbado.

A los niños a menudo les da vergüenza que sus padres hagan determinadas cosas tan inofensivas como bailar o hasta cantar en misa. Y muchos padres tienen tambien que sufrir con paciencia el bochormo por el que a veces les hacen pasar sus hijos con sus comportamientos.

Hablar de sentido del ridículo es hablar de  autoestima, de inseguridad pero también de honor, de pudor, de prudencia, de saber estar ...

Creo que a  más de uno le vendría bien una buena pátina de sentido del ridículo de vez en cuando porque me temo que estamos rodeados de  demasiados  "osados concursantes" capaces de cualquier cosa. No hay más que echar un vistazo a varios de nuestros gobernantes carentes de la más mínima vergüenza.

Feliz verano!

lunes, 1 de agosto de 2022

El verano siempre ha sido de todos


Me he pasado un buen rato pensando cómo enfocar este post sin ofender a nadie, porque mi impresión es que cada día estamos más rodeados de ofendiditos que a la mínima saltan por cualquier motivo.

La última campaña de la ministra de igualdad me ha llamado la atención. Me refiero a la de varias mujeres "diversas" en la playa ( esto de la diversidad da mucho de sí, es lo que yo llamo "concepto comodín"). No es mi intención juzgar si la campaña es apropiada o no, si hace apología de la obesidad o si es un manifiesto de la lucha contra los estereotipos de una belleza esclavizante. Tampoco entro en el tema de usar y trucar imágenes sin el permiso de sus titulares, que me parece algo inconcebible.

Pero la campaña me ha hecho pensar en la deriva que están tomando algunos de estos asuntos...

A mi encanta ver los anuncios en los que aparece gente "normal" y por normal me refiero a ciudadanos de a pie, gordos, flacos, guapos, feos, altos, bajos, blancos, negros, con discapacidad o sin ella. Por cierto, si discapacidad es la ausencia de capacidad de realizar una actividad en la forma considerada normal para un ser humano, pocas personas hay sin discapacidad, y los que más capaces se creen más discapaces a veces son. Pero me estoy yendo por las ramas.


Los anuncios de bikinis con mujeres esculturales son una engañifa. Luego vas tú a probarte el bikini y te llevas  una enorme decepción.  Porque las carnes fofas, blandas y blancas abundan más que los cuerpos esculturales. Los estereotipos de hombres y mujeres perfectos, delgados y guapos seguramente hacen daño a muchos adolescentes que persiguen un ideal que la mayoría nunca alcanzará. Estoy de acuerdo.

Afortunadamente las cosas han cambiado mucho y hay cosas que hoy son inimaginables. Pero creo hay una tendencia a  perder el norte.

Al paso que vamos ya nos veo obligados a pedir perdón por los "actos violentos" cometidos en nuestra  niñez.  Ahora que tan de moda está lo de pedir perdón por hechos sucedidos hace siglos, nada me extrañaria que en breve se publicase un decreto obligándonos a pedir perdón a todos aquellos a los que insultamos de pequeños. A los  niños con gafas se les llamaba cuatro ojos, a los gordos se les cantaba "gordito relleno con pan y jamón te comes el queso y das explosión" y se hablaba de maricas y marimachos para referirse a los homosexuales. Así éramos.

A mí la verdad es que las veinteañeras cañonas en bikini no me representan pero tampoco lo hacen algunas de las mujeres que salen en esa campaña, a las que por supuesto respeto y me parece fenomenal que hagan lo que les apetezca.

¿Pero, dónde estamos las "normalitas", los del montón?  Cada vez nos arrinconan más. ¿Qué pasa, por ejemplo, con las mujeres que nos cuidamos sin pasarnos  para estar bien, para mantener las carnes lo mejor que podemos, que nos depilamos porque nos gusta,  que no nos tatuamos, que no hacemos top less?¿Qué pasa con las señoras que se bañan con bañador faja porque les da la gana, o las señora de los pueblos que se bañan con batita?. ¿Estamos todas pasadas de moda? ¿ Somos todas unas viejunas acomplejadas que debemos liberarnos? Me niego a asumirlo.¿Para cuando una campaña para nosotras me pregunto? Pero claro seguramente no "molamos'. Porque lo que se lleva ahora es otra cosa.

Hace mucho tiempo que en las playas españolas se ve de todo, y todos tan contentos, así que no comprendo muy bien el lema de "el verano también es nuestro". Pues claro, el verano es de todos, y el invierno, la primavera y el otoño. 

Ver la vida desde los extremos es muy peligroso. La deriva hacia la polarización implica muchos riesgos. Pero hay quien parece no darse cuenta.

Feliz verano!