Le dí la razón. Sí, soy así, qué le voy a hacer. Tiendo al optimismo y suelo ver lo bueno de la vida. Cuando algo me gusta, me suele encantar, cuando me lo paso bien, me lo paso genial y si algo es bonito, para mí es ideal. Hay veces que exagero lo reconozco pero la mayoría de las veces, lo siento tal cual. Mis expresiones son tan superlativas como lo suelen ser mis emociones. Las expresiones se pueden controlar y modular pero las emociones es más difícil. Cada uno siente y se emociona a su manera.
La cosa es que el comentario de mi amigo me ha hecho reflexionar sobre lo que está ocurriendo últimamente a través de la redes sociales. La gente parece vivir un mundo color de rosa. Un mundo en el que todos son guapos y estilosos, hacen viajes maravillosos, comen y cenan en sitios de moda, hacen planes especiales, se divierten en todo momento. Cuando uno tiene una cierta edad y cierto equilibrio, sabe distinguir bien estos pantallazos superfluos de la realidad que esconden. Lo vemos, lo admiramos si hace falta, damos al “like” si nos apetece y seguimos con lo nuestro, cada uno con su vida, mejor o peor, con sus alegrías y sus penas, pero sobre todo verdadera y nuestra.
Me da miedo que la vida de nuestros hijos se convierta en un puro “postureo”, en una obsesión por gustar a los demás, en un conjunto de instantáneas, en un culto a la falsa perfección. Me da miedo que se dejen deslumbrar por el falso "virtual pink", ese rosa chillón del que viste a menudo el mundo virtual. Me da miedo que la vida sea para ellos una pura fachada , que se convenzan de que lo de los demás es siempre mejor que lo suyo, y que brote en ellos la insatisfacción continua, muy peligrosa a determinadas edades.
Como madre, me siento responsable de evitar que esto pase, así que no paro de lanzar “pildoritas educativas” sobre el tema a mis hijos… Noto que me miran con cara de “ de qué habla mi madre?” pero yo, por si acaso, ahí las lanzo. Espero que no caigan en saco roto y que sean capaces de vivir “sabiamente” su vida, sea cual sea la suerte que les depare.
Feliz semana!