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Mostrando entradas de marzo, 2020

Tanto miedo como tú

Mi reflexión de hoy tiene que ver con la vulnerabilidad y el miedo. Lo que está pasando en todo el mundo es como una película de ciencia ficción. El Coronavirus ataca en China, en EEUU, en Italia, en Francia, en Rusia, en UK, en España... Nadie se queda a salvo. Todos nos vemos afectados. A todos nos puede tocar. Al principio lo ves como algo más lejano.. Qué horror lo que pasa en China. Qué horror la situación de Italia. Ves los telediarios desde el sofá. Pero de repente te pasa a ti. Te afecta a ti. Y sientes miedo. MIEDO. Un miedo que a diferencia de muchas otras personas nunca habías sentido. Algo nuevo. Miedo por tu vida, la de tus padres, la de las personas que quieres, miedo a perder tu trabajo o a que lo pierda tu marido, miedo a perder tus ahorros, miedo  a un colapso, a un futuro incierto. Un miedo para tí desconocido y que sin embargo para muchas otras personas es algo común, cotidiano. Muchas personas sufrieron la malaria, muchas personas viven en guerras conti...

¡Qué monos!

No tengo intención ninguna de frivolizar, que no está el horno para bollos, pero sí ganas de que nos riamos un rato y sobre todo de reírme  un poco de mi misma y del tipo de situaciones “peculiares” que surgen en estas circunstancias en las que nos encontramos. Lo que me tiene más “loca” es la necesidad que tiene todo el mundo de comunicarse por Skype o similar. A ver, si solo llevamos 5 días aislados. Tranquilos, mi cara, de momento, sigue siendo la misma. ¿A qué tanta necesidad de vernos los caretos? Por un lado, está bien eso de verse, no digo yo que no. Primero, porque te hace sentir más cercano, está claro. Y segundo, porque te obliga a adecentarte un mínimo, aspecto importante en tiempos de enclaustramiento forzoso.  Ahora bien, ojo, creo que también está afectando negativamente a la autoestima de alguno y sobre todo de alguna. ¿ Soy yo sola o nos vemos todos fatal en las vídeo  conferencias? En mi caso, me veo con cara de tortuga Ninja, apaisada y v...

Tiempo de cuarentena

Debo reconocer que los primeros días del enclaustramiento pensaba yo, ilusa de mí, que iba a tener tiempo para todo lo que siempre he querido hacer y nunca me ha dado tiempo, e incluso me iba a dar tiempo a aburrirme. Sin embargo, solo llevamos tres días enclaustrados y ya estoy hasta estresada. Se me acumulan las tareas!! En 24 horas he recibido todas y cada una de las revistas del kiosco en pdf, invitaciones a tours on line de todos los mejores museos del mundo, videos de todo tipo, invitaciones a cenas telemáticas y a parties on line, llamadas por Skype, millones de whatsapp, miles de cadenas que seguir, cientos de rezos a los que unirme, miles de recomomendaciones que leer, peticiones de "change" que suscribir,  bulos que comprobar, series abiertas en todas las plataformas habidas y por haber... Confieso que estoy empezando a estresarme con todo lo que tengo que hacer. A este paso necesito que por favor nos confinen como mínimo un año o no me dará tiempo a...

Dime cómo te enfrentas al coronavirus y te diré quién eres

Esto del coronavirus nos tiene a todos medio locos. La cosa no es para menos. Los últimos días me he dedicado a observar  las reacciones de la gente y en esto, como en todo, me hace gracia comprobar lo distintos que somos los unos de los otros. Abundan los alarmistas, los que cada vez que hablas con ellos te lo pintan todo más negro. Se hunde España, el mundo, la bolsa, la economía, las empresas, los bancos, el turismo, el consumo, el bienestar social, occidente, oriente... La gran debacle. Sin remedio y sin solución. Dan miedo. Otros, más que alarmistas, son precavidos, y  llevan ya más de un mes, como hormiguitas, llenado la despensa, haciéndose con mascarillas, con medicinas, con guantes, y hasta con tubos respiratorios por si surgiera la necesidad. En el lado opuesto, están los pasotas, que con la excusa de que al final vamos a caer todos, no siguen ninguna recomendación, ni toman ninguna precaución. Pasan de todo. Por supuesto, este ...

Tiempos modernos

No soy muy fan de la expresión "no me da la vida". Curiosamente, la tengo muy asociada a personas flojas, que en cuanto se les juntas dos cosas en su "quehacer cotidiano" ya no dan a basto. Sin embargo, debo reconocer que de un tiempo a esta parte "no me da la vida". La semana pasada fui a la inauguración de  una exposición. Se trataba de la colección de Erling Kagge, al cual presentaron como escritor, editor, abogado, empresario, coleccionista de arte y por si fuera poco, aventurero. Y no aventurero de tres al cuarto, no!. Ha ido al Polo Norte, al Polo Sur y ha escalado el Everest. Toma ya!  Definitivamente, me deprimí. ¿A qué decico yo mi tiempo? Me pregunto. ¿Cómo es posible que a unos les cunda tanto y a otros tan poco?. La idea me obsesiona. Hasta hace nada me consideraba como alguien bastante activo. Trabajo, tengo 3 hijos, entro, salgo, viajo, voy, vengo, leo, escribo.... Pero de un tiempo a esta parte algo pasa. No me cunde. Hasta poc...