Una de mis amigas ha logrado multiplicarse. Tal cual. Como los panes y los peces. Ella está en todas partes y llega a todo. Es alta ejecutiva, trabaja muchas horas, dirige un equipo grande, da charlas, asiste a reuniones, recoge a los niños en el colegio, les lleva al médico, hace yoga y pilates, tiene comidas de trabajo, cenas con amigos, va al teatro, no se pierde una exposición y es super activa en las redes sociales. Sin multiplicarse es literalmente imposible estar en tantos sitios y llegar a tantas cosas. Lo que no sé muy bien es qué tal llevará su marido la multiplicación de su mujer y hasta qué punto será capaz de diferenciar la original de las copias. ¿O acaso serán todas originales? Me cuesta creerlo.
Hay quien piensa que no siempre es ella. Corre el rumor de que ha contratado varios dobles tan idénticos que nadie nota la diferencia. Hay incluso quien dice que un día hubo un fallo de agenda y la original y uno de los dobles coincidieron en una comida. Se armó una buena. La doble tuvo que pasarse dos horas escondida en el baño.
Me pregunto cómo se organizará mi amiga para coordinar tantas suplentes y cómo decidirá a quién manda en cada ocasión. Las tareas que se guarde para ella reflejarán bien sus prioridades. Qué difícil. Porque a pesar de que no dudo de que sea abnegada madre, no tengo del todo claro qué decisión tomará si le coinciden una función del cole y una reunión profesional. ¿A cuál acudirá la titular y a cuál la suplente? Las malas lenguas dicen que a las cenas románticas con su marido siempre manda a una doble. No quiero ni imaginar entonces quién asumirá otros "deberes conyugales".
También me gustaría saber si alguna doble se le ha rebelado en alguna ocasión, cansada de asumir siempre los papeles más ingratos o por simple acumulación de funciones.
El tema de mi amiga me da mucho que pensar. Me pregunto hasta qué punto uno es capaz de asumir tantos roles en su vida ¿Se puede ser profesional brillante y a la vez abnegada madre o abnegado padre? ¿Realmente es posible la famosa conciliación? ¿Es posible encontrar el equilibrio sin renunciar a nada? ¿Se enfrentan hombres y mujeres de igual manera a esta dicotomía? ¿Nos estamos volviendo locos queriendo llegar a todo? ¿No nos estaremos perdiendo lo importante por el camino?
El que se sepa las respuestas que me las cuente, please. Entre tanto, voy a ver cómo se hace eso de la multiplicación. Quizá no esté tan mal recurrir a ello porque.. ¿Quién no ha estado tentado de estar en varios sitios al mismo tiempo?
Feliz semana!!