lunes, 6 de junio de 2016

Mi experiencia con un cerrajero chino

La semana pasada me dejé las llaves dentro de casa. Horror. 

Miércoles, 4.30 de la tarde. Recojo a los niños del colegio, llegamos a casa y me dispongo a abrir la puerta. Empiezo a buscar las llaves como loca, busca que te busca y nada. Me he dejado las llaves dentro, y lo peor, Carlos está de viaje, ni más ni menos que en Indonesia.

“No pleocupalse” pienso, seguro que en la “management office” tienen otra llave. Bajo y explico mi problema a una china muy poco resuelta, que, cuando por fin me entiende, me dice que no tienen ninguna llave y me da la tarjeta de un cerrajero. No me lo puedo creer. Le digo que por favor  llame ella ( no me veo con fuerzas de afrontar una conversación en chino por teléfono con el cerrajero en cuestión). Tardará 20 minutos. Ok, aquí le espero. Me reconocerá fácil, ja ja.

Después de casi una hora, aparece el cerrajero, acompañado de la que tiene toda la pinta de ser su mujer. A todo esto mis hijos, cargados con sus mochilas, hambrientos, cansados, esperando en el descansillo.

Subimos a mi casa y “la cerrajera” lo primero que hace es sacar una sillita de tijera para su querido marido, a la vez que él se equipa con una linterna de cabeza tipo minero.  Genial. El tipo tiene pinta de tener muy malas pulgas por cierto… su mujer ni se atreve a abrir la boca.




El cerrajero comienza su trabajo. 20  minutos, nada. 45 minutos nada. Hora y cuarto, nada. Tic, tac, tic, tac….

Yo cada vez estoy más atónita. En Madrid, llega el cerrajero y te abre la puerta blindada en un plis plas. Empiezo hasta a dudar si el señor en cuestión será cerrajero ( será dentista? Minero? Ginecólogo quizá??!! Aghhhhhh!!!).

A todo esto los niños despanzurrados en el suelo, uno haciendo deberes, otro casi durmiendo y Celia meditando… ja ja…


Yo al principio divertida con la situación, poco a poco cada vez más nerviosa y después de casi dos horas… desquiciada.



El señor cerrajero no sólo no consigue abrir la puerta sino que veo que se la va a cargar y nos va a tocar pagarla. Así que decido llamar a Carlos, que listo como es él, localiza al dueño, que queda en mandarnos una llave.

Ahora me toca explicarle al buen señor que deje de intentarlo y que mejor se vaya a su casa. Normalmente me apaño bastante bien con el traductor del móvil, pero, para colmo de males, me he quedado sin batería… 

Aquí es cuando entra en acción mi querida vecina Mónica, que baja a socorrernos. Entre las dos intentamos explicarle que no hace falta que siga porque se va a cargar la puerta. Pero el señor lo que entiende es que queremos que se cargue la puerta y no da crédito, ja, ja…

Al final, conseguimos entendernos a la vez que aparece un propio con las llaves. Salvados!!!!!!!!!!!!! Apiadada de nosotros, Mónica nos invita a cenar a su casa, donde su maravillosa madre Salomé, que cocina de lujo, nos prepara una riquísima cena. Gracias vecinos!! Muaccc.

Feliz semana!!






4 comentarios:

  1. jajajajajajjajajajajjajja!
    Esta historia es muy tú! jajajajaja

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  2. Mary esta fue muy buena ! Recuerdo que me acosté sin saber si te habían abierto la puerta jaja. Las fotos son geniales!

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  3. Yo tengo un Cerrajero en Sevilla que abre puertas blindadas en dos segundos. La cerrajería es una profesión donde se nota mucha a aquel que tiene experiencia y sabe del tema. Seguramente, el cerrejero chino no tenía ni idea de cómo hacer el trabajo.

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