domingo, 12 de febrero de 2023

De veganos y pescadores

En realidad yo no debería escribir de esto. Es una memez. Una memez amplificada  por las redes como últimamente suele pasar con casi todas las memeces. Me refiero a la madre que en un tik tok ha declarado sentirse " absolutamente devastada" porque el colegio de su hija la ha obligado a ir disfrazada de pescadora, cuando ella es vegana. Resulta que ir vestida de pescadora a una función del cole atenta contra la moral, ética y valores de los veganos. Estupefacta me quedo.

Con la que está cayendo en el mundo¿de verdad, la gran tragedia de esta señora es que su hija vaya vestida de pescadora? Antes de escribir estas líneas he intentado tirar de empatía y tratar de ponerme en su  lugar. He tratado de imaginar alguna situación  similar en la que mi ética y principios se pudiesen ver atacados a través de un disfraz, pero no acabo de lograrlo. Pienso, por ejemplo qué habría pensado yo si a mi hijo le hubiesen pedido disfrazarse de Herodes en la función de Navidad del cole. Después de todo Herodes quería matar al niño Jesús, pieza angular de mis principios y valores. Hubiese preferido un disfraz de Rey Mago o de pastor, por eso de que siempre es mejor ir disfrazado de bueno que de malo, pero no hubiera rechistado. Debe ser que la situación no es comparable. Sigo buscando situaciones que me hagan comprender a esta madre pero, insisto, no lo consigo. 

Me pregunto si no hubiera sido más fácil decirle a la niña que ella era pescadora de algas por ejemplo. ¿Los veganos comen algas no? Porque ya me pierdo. 

Recuerdo un día que una chica muy activista a la salida del metro me pidió firmar contra el maltrato animal. Estuve un rato hablando con ella y  aproveché para preguntarle qué opinaba del aborto. Muy seria me contestó que cada mujer hace con su cuerpo lo que quiere. No firmé contra el maltrato animal. Tengo perro  y por supuesto soy contraria al maltrato a los animales pero me parece incoherente luchar contra el maltrato animal y defender el aborto libre.

Últimamente se habla mucho de  "brechas" para referirnos a la distancia cada vez mayor que separa el primer mundo del tercer mundo. Efectivamente, cuando hablas de igualdad, de acceso a la educación, de oportunidades laborales,  de condiciones de bienestar, la brecha entre regiones es enorme. 

Pero cuando analizas las "preocupaciones  cotidianas" que tenemos en este lado del mundo es cuando te das cuenta de que la brecha es prácticamente insalvable. 

Me encantó el caso de una madre que hizo avergonzarse a todo un pueblo haciendo público el bulling al que estaba sometido su hijo con discapacidad desde hace años.

Admiro a padres como mi amigo Miguel que desde que nació su hijo con acondroplasia lucha por dar visibilidad a esta discapacidad, la única de la que aún hoy, la gente se ríe. Admiro a los padres que pierden a su hijos de cáncer y luchan para conseguir fondos para la investigación. Admiro en general a las madres y padres coraje, que luchan a capa y espada para lograr un futuro mejor para sus hijos. 

Para cada causa su intensidad. Sentirse "devastada" por tan poco es tener muy pocos problemas por los que preocuparse.

Y por cierto yo si fuese pescador, oficio sacrificado donde los haya, iniciaría algún tipo de revuelta. Pero claro sería ponerse a la altura de la memez y no están los pescadores para tanta tontería.

Feliz semana!