domingo, 20 de diciembre de 2020

¡¡Feliz Navidad y feliz 2021!!

Faltan muy pocos días para que acabe un año que nunca olvidaremos. Un año en el que el mundo se paró, dejó de dar vueltas y nos enclaustró a todos en casa. Un año en que han pasado muchas cosas y la mayoría malas, aún mirado desde la más optimista de las perspectivas. Pero al fin y al cabo, un año más en nuestras vidas y un motivo por tanto para estar agradecidos.

Ahí va mi abecedario de 2020, este año más especial que nunca.

A de Alegría. La alegría de que se acabe por fin un año que trastocó el rumbo del planeta. A también de Aplausos, los que hemos dado a tantas personas que se los han merecido.

B de Besos, los que hace meses que no podemos dar y que se acumulan para volar libres algún  día.

 C de Coronavirus, de COVID 19, ese bicho inesperado que no supimos ver venir, indiscreto, porque se mete donde nadie le llama, atrevido, porque es capaz de atacar a quien se cruce por su camino, traicionero, porque no sabes calcular su fuerza. C de Cuarentena y de Confinamiento, ese aislamiento que nos ha impuesto el maldito bicho, que nos ha alejado de nuestros seres queridos, que ha alterado  nuestras costumbres y ha trastocado nuestros ritmos. 2020 ha sido sin duda el año de la C.

D de Datos, los que nos han tenido en vilo, los que reflejan una realidad que te pone los pelos de punta, los que no siempre nos parecen fiables. D también de Desigualdad, la que lamentablemente cada vez se hace mayor.

E de Esperanza, porque todos esperamos que 2021 lo cambie todo. Porque la esperanza es lo último que se pierde.

F, de Felicidad, la que tanta gente ha sentido cuando han salido vivos de la UCI, cuando han podido abrazar de nuevo, cuando habiendo estado muy cerca de la muerte, han sobrevivido.

G, de Generosidad, la que tantas personas han demostrado. Y G de gel hidroalcohólico, el que,de tanto usar, nos ha borrado ya hasta las huellas dactilares.

H, de Hospitales, que se vieron desbordados en los peores meses y que estuvieron siempre al pie del cañón. De Hartazgo, el que todos sentimos ya, el que nos inunda. De Héroes, porque los ha habido a montones.

I, de Ilusión, la que todos tenemos en que todo esto acabe, en que nuestra vida vuelva a ser lo que era. También de Idiotez, la que muchos  han demostrado tener en estos tiempos.

J, de Juergas que nos han arrebatado, que no hemos podido vivir como hubiésemos querido, de Jolgorios pospuestos. También J de Jóvenes, porque no se han portado tan mal como los pintan. Porque muchos de ellos también se merecen un aplauso.

K, de los Kilos acumulados en los meses en los que no nos movimos, o de los Kilos perdidos por los que les dio por entrenar en el salón como si  no hubiera un mañana.

L, de Luz, la que todos vemos o queremos ver al final del túnel.

M, de Mascarilla, el accesorio que ha irrumpido en nuestras vidas y al que no ha quedado otra que acostumbrarnos. M de Mayores, los que más lo están sufriendo, los que más echan de menos estar con los suyos porque no saben el tiempo que les quedará, porque tienen miedo. Y M, de médicos, los que han arriesgado su vida por los demás.

N, de Normalidad, la de antes, la de siempre, la de verdad, la que tanto añoramos. 

O, de Oportunidad, porque las crisis también traen oportunidades, solo hay que saber verlas. 

P, de Planeta, porque nunca habíamos tenido tanta conciencia de estar todos en el mismo. Porque si no lo cuidamos esto se acaba. Y también de PCR, porque nunca un palito dentro de una nariz tuvo tanto impacto en la vida de alguien.

Q, de Quietud, el estado que durante tantos meses nos embargó por completo.

R, de Rabia, la que hemos sentido tantas veces a lo largo de este año. R de Resistiré, el himno de los peores meses del confinamiento. Y de Recuerdos, porque este año nos deja tan solo recuerdos de muchas personas queridas que no pudieron vencer al bicho.

S, de Solidaridad, la de todos aquellos que se han volcado en los demás y lo han dado todo. De Sueños, los de tantas personas que han visto cómo se truncaban.

T, de Tiempo, el que parece que se  nos ha escapado de las manos sin poder disfrutarlo. Y también de Teletrabajo, esa nueva manera de trabajar que nos ha traído el ccoronavirus.

U, de Unión, porque nunca había sido tan patente que la unión hace la fuerza.

V, de Vulnerabilidad, la que todos hemos descubierto. Ahora sabemos que todos somos vulnerables por muy fuertes y poderosos que nos creamos. Y por supuesto, V de Vacuna, en la que tenemos puestas todas nuestras esperanzas

W, de WC paper. El gran protagonista de los carritos de la compra durante mucho tiempo. El tesoro más deseado. El que llegó a estar en peligro de extinción.

X, paso palabra.

Y, de Ya está bien. Porque queremos que todo esto se acabe.

Z de Zoom, la nueva manera de juntarnos y vernos las caras. Otro de los grandes protagonistas del año, gracias al cual hemos descubierto papadas de las que nunca fuimos conscientes.

Adiós 2020!!  Ojalá 2021 sea el año en el que no solo volvemos a ser lo que éramos sino mucho mejores. Todo es posible cuando ponemos empeño.


Feliz Navidad y Feliz 2021!!!


lunes, 7 de diciembre de 2020

Inutilidades y porsiacasos

 

Aprovechando que tengo que estar confinada 10 días me he puesto a intentar ordenar armarios. Y digo intentar porque conseguirlo es tarea prácticamente imposible.

Me pregunto si todas las casas tienen tanto cajón de sastre como tiene la mía. Me refiero a esos cajones en los que lo mismo te encuentras bolis que no pintan que pilas que no sabes si funcionan, linternas que cuando buscas nunca encuentras, pegamento que ya no pega, velas a medio consumir...

Lo peor de estos cajones es su tendencia irremediable a la reproducción. Por mucho que los limpies su contenido se reproduce instantáneamente.

Junto a los cajones de sastre están las cajas de recuerdos, de tendencia también bastante reproductiva o en este caso, más bien acumulativa, a medida que va pasando la vida. Las cartas de Reyes Magos de los niños, los dientes del ratón Pérez, los regalos del dia de la madre o del padre...En una de estas cajas hasta he encontrado la pulserita que le pusieron en el tobillo a mi hijo Juan cuando nació.  Me pregunto si todo el mundo guardará  estas cosas o si seré la unica nostálgica que lo hace. A veces me planteó tirarlo todo pero me da tanta pena hacerlo que siempre lo vuelvo a guardar.

El cajón de las instrucciones es otro clásico, junto con el de las radiografías, porque en mi casa, no sé bien por qué,  también guardamos las radiografías. Claro que mi marido es aún peor porque él es de los que  guarda los extractos de la tarjetas. Doy gracias cada día a que ya no recibimos los extractos bancarios. De lo contrario habríamos tenido que irnos de casa para hacer hueco a los voluminosos carpetones de extractos.

El apartado medicinas es otro a destacar.  En mi casa tenemos un armario entero dedicado a medicinas muchas de las cuales nunca volverán a ser usadas.  Además, abundan las bolsas y bolsitas llenas de pastillas. Esas típicas bolsas que te llevas de viaje con las medicinas indispensables y que luego  te da pereza deshacer y duermen el sueño de los justos en algún cajón del baño. También tengo varias bolsitas llenas de muestras de perfume que por cierto nunca usaré porque solo uso mi perfume, del cual nunca me han dado una muestra! Pero no las tiro por si acaso.

Y hablando de bolsitas, otra cosa que abunda en mi casa y que ocupa mucho más lugar del que debería son las bolsas para guardar  zapatos en la maleta. Las tengo de todo tipo. Creo que tengo mas bolsas que zapatos pueda llegar a tener en toda mi vida. Y encima los niños, para chincharme, meten sus zapatillas en una bolsa del corte inglés que es lo que más nerviosa me pone en este mundo.

En fin, he puesto solo algunos ejemplos pero la lista no tiene fin: cestas llenas de velas con todos los números y en la que siempre falta la vela del cumpleaños que celebras, cajas de moldes para galletas que nunca haces, botes de bolis que nunca pintan, cajas de botones, recuerdos de viajes, abalorios pasados de moda...

No sé si esta tendencia a no deshacerme de nada y a acumular inutilidades tendrá un significado subliminal. Lo que sí imagino es que no seré la única a quien le pase,  así que creo que alguien debería montar un negocio. Creo que se haría de oro!!  Hasta el lema le doy a quien se anime: " Por donde paso arraso. Di adiós a inutilidades y por "si acasos"!! . 

Lo montamos?

Feliz semana!!