domingo, 9 de junio de 2019

A una gran luchadora

Me pregunto de dónde se sacan las fuerzas para levantarse cuando una enfermedad como el cáncer te tira y te vuelve a tirar una y mil veces.

Mi gran amiga de toda la vida tiene cáncer. Tiene cáncer desde hace 10 años. Un cáncer imbatible contra el que lleva luchando a capa y espada toda una decada. 10 años. Se dice pronto pero son muchos años. Muchos años de lucha imparable, de dolor, de sufrimiento, de renuncias, de sacrificio, de cansancio, de agotamiento, de hastío, de ya no puedo más.

Y sin embargo, durante estos 10 años mi amiga nunca ha tirado la toalla, nunca se ha rendido. Y cuando digo nunca es nunca jamás. Durante estos 10 años ha asumido la enfermedad con una entereza y una fortaleza que nos tiene a todos los que la rodeamos absolutamente asombrados.

Durante estos 10 años Beatriz no ha dejado de luchar contra el destino y lo ha hecho siempre con una sonrisa, con la más grande de las sonrisas. Con unas ganas insuperables de vivir.


Durante estos 10 años Beatriz no se ha perdido un viaje, ni una fiesta, ni una cena, ni un plan. Da igual que esté agotada,  exhausta a veces. Da igual que tenga ganas de vomitar, que no tenga pelo, que esté a reventar de cortisona. Da igual que el dolor la aceche, que ya no pueda ni andar, que tenga que acudir a una " pastillita rescate" para aguantar, ella siempre siempre esta ahí, sonriendo, disfrutando, viviendo la vida a tope.

Nadie sabemos qué pasará con Beatriz. Hace mucho que dejamos de pensarlo. Beatriz se ha salido de todos los manuales. Ha superado todas las expectativas, todos los pronósticos. Ha logrado lo que parecía imposible de lograr. Su capacidad de lucha y sus ganas de vivir son imbatibles.

Nadie sabe lo que pasará pero sí estamos seguros de algo y es de la  la GRANDIOSA lección de vida que nos está dejando Beatriz. No se me ocurre otro adjetivo para describirlo. Cada día aprendemos de ella todos los que la rodeamos, la adoramos y la admiramos. No hay nadie como ella. Ella nos hace ser mejores. Ella nos enseña cada día que siempre hay que luchar, que nunca hay que rendirse. Que la fuerza está dentro de nosotros y que cada uno puede multilplicarla hasta el infinito si de verdad quiere hacerlo. Que todo en la vida es la actitud. Ella nos enseña a relativizar, a no preocuparse por tonterías. A dar a cada cosa la importancia que tiene.

Estar al lado de Beatriz durante todo este tiempo es de los mayores lujos que uno puede tener en la vida. Porque no todo el mundo tiene la suerte de tener cerca a alguien tan grande.

El " efecto bea" es gigantesco. Nada es importante cuando piensas en todo lo que ella tiene y con la dignidad que lo lleva.
Ojalá que se nos pegue un poquito de su grandeza. Ojalá aprendamos de ella. Ojalá pudiera curarse pero eso sabemos que no es posible.

Beatriz quiere seguir viviendo, quiere seguir disfrutando, no quiere  perderse nada. Ella es una gran luchadora.

 No tirará jamás la toalla, aunque desde fuera los demás, pequeños frente a su grandeza, a veces no lo podamos comprender.

No quiero que la enfermedad venza esta batalla y nunca la vencerá. Porque pase lo que pase Beatriz será siempre una supercampeona. Beatriz siempre vivirá!!

martes, 4 de junio de 2019

Construcciones mentales

Hoy me he quedado chafadísima al enterarme de que las famosa nube, la “cloud” para los más modernos, no es tan etérea como yo pensaba. Yo me imaginaba la nube como algo etéreo, incorpóreo, efímero, que no ocupa espacio ni lugar, hasta esponjoso, pero en realidad parece que se trata de algo tan material como un montón de discos duros apilados en condiciones más o menos fiables en función del país del que se trate. En Alemania los discos están todos de los más ordenaditos y refrigerados, mientras que en China los discos están apilados en plan cutre y hasta sofocados del calor que pasan.

Descubrir esta realidad me ha provocado una pérdida absoluta de confianza en la famosa nube y me ha generado una cierta inquietud. Resulta que ahora no guardamos nada ni imprimimos nada porque asumimos que todo está en la nube, pero... en qué clase de nube nos movemos? El tema me tiene de lo más inquieta. Al menos ya no vivo en China, donde a saber qué sería de mis datos…



Es curioso cómo nos imaginamos las cosas a veces y lo poco que esa imagen tiene que ver con la realidad.  Es como cuando de pequeña me dijeron que unos vecinos se habían quedado colgados en el ascensor y yo me los imaginaba literalmente colgados de un cable. En este caso lo que más me perturbaba era que, junto con mis vecinos, se habían quedado colgados sus dos perros peludos y gigantes. La imagen de los vecinos colgados aún la aguantaba, pero los perros colgados del cuello me resultaba algo muy difícil de digerir.  Inquietante me parecía también la gente que perdía la cabeza. Buff.  Me imaginaba cabezas rodando por las calles y me daba muchísimo miedo.

Imagino que todos tenemos composiciones mentales propias, que damos por reales y que sin embargo no tienen nada que ver con la realidad.  como el que se imagina que cae fatal a alguien porque nunca le saluda y lo que pasa en realidad es que ese alguien es miope y no le saluda porque no le ve.

Las composiciones mentales del mundo adulto son muy peligrosas porque tienden a  consolidarse, a solidificarse de tal manera que luego no hay quien las destruya. A veces toman forma de prejuicios, otras de complejos, de manías, hasta de odios viscerales completamente infundados. A veces las construimos nosotros solitos y las vamos alimentando día a día. Otras veces son los demás los que influyen en su construcción, a menudo sin darse cuenta.   

No es fácil detectar las composiciones mentales que ocupan nuestras cabezas pero qué útil sería descubrirlas y eliminarlas. De lo contrario terminan siendo terriblemente limitantes, dominadoras e influyentes.  Mi hermana, que es psicóloga y especialista en psicodrama, seguro que sabe mucho de composiciones mentales y de cómo acabar con ellas, así que, aunque no era mi intención inicial meter una cuña publicitaria, aprovecho la ocasión para animaros a visitarla cuando sintáis que las construcciones mentales dominan vuestra cabeza cuál piojos las de mis hijos!

Feliz semana!