martes, 25 de octubre de 2016

EL PODER DE UNOS BUENOS TACONES


Muchos días llego a casa, me descalzo y me pregunto “¿ Quién me manda a mí ponerme estos tacones?!!” Y es que hay días en que hacer todo lo que hacemos las mujeres a lo largo del día y encima hacerlo subida en unos buenos tacones, en mi caso, encima finos, realmente tiene su mérito. Ahora bien… antes muerta que sencilla!!

A menudo pienso si realmente merece la pena, aunque casi siempre llego a la conclusión de que… ¡¡por supuesto!! Es la eterna cuestión entre estética y comodidad. Es indudable que una mujer con tacones resulta más elegante, más esbelta y por supuesto más alta, pero es que, además y casi diría yo, sobre todo, hay una cuestión  de “poderío” . Hay quien lo llama autoestima, seguridad en si misma, confianza.. es más o menos lo mismo. A mí me gusta lo de “poderío”. 


Estaréis de acuerdo conmigo, esta pregunta va dirigida  a las féminas, que no es lo mismo entrar en una reunión con unos buenos tacones, que hacerlo plana, por muy mono y elegante que sea el zapato plano en cuestión. La sensación, lo digo por experiencia, es completamente diferente.



Me estoy imaginando, por ejemplo, a la mismísima Hillary Clinton subiendo al escenario para enfrentarse a Trump. Seguro que no se siente igual con tacones que plana. Viéndolo así, los tacones pueden hasta resultar decisivos en el resultado de unas elecciones, hasta pueden influir en el rumbo del mundo. Impresionante pero cierto.

Ahora bien, llevar a los niños al colegio, ir a trabajar, hacer la compra a mediodía, volver a trabajar, recoger la ropa en la tintorería de camino a casa, llevar al niño al dentista… y todo con tacones, resulta agotador, debo reconocerlo.



Y lo peor es cuando para salir por la noche te pones el típico zapato ideal pero completamente imposible. Maravilloso, divino, pero que te mata. 

En estos casos, yo siempre le digo a mi marido que me deje en la puerta del restaurante. “No puedo andar ni un metro” le explico, como si fuera la cosa más normal. Por supuesto, él no puede entender que me compre unos zapatos con los que no puedo andar cuando los zapatos son precisamente para andar. Da igual, es imposible hacérselo comprender. Y en realidad, tiene toda la razón… pero las chicas somos así.

Como decía Marilyn Monroe: «dale a una mujer los zapatos adecuados y podrá conquistar el mundo». Está claro que los tacones son mucho más que un simple complemento.

Feliz semana!!


sábado, 22 de octubre de 2016

El hombre biónico


Por el título parecería que voy a hablar de algún superhéroe o algo así, pero, no. Hoy quiero hablar de alguien cuya historia me ha impresionado. Me refiero a Hugh Herr, recién galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica.

Su historia es impresionante. Con sólo  17 años, escalando, tuvo la mala suerte de ser sorprendido por un terrible temporal de nieve que le mantuvo tres noches perdido a 30 grados bajo cero. Cuando le rescataron estaba prácticamente congelado y aunque logró sobrevivir, tuvieron que amputarle las dos piernas por debajo de las rodillas.

Después de varios meses de cirugías y un durísimo proceso de rehabilitación, Herr, para asombro de todos, decidió que quería seguir escalando y para lograrlo, empezó a utilizar unas prótesis diseñadas por él mismo. Sorprendentemente, como resultado de su habilidad en el diseño de sus propias prótesis, Herr logró escalar a una altura todavía mayor de la que había alcanzado antes del accidente. Verdaderamente espectacular.

En paralelo, Herr se graduó en física en la Universidad de Millersville, hizo una maestría en ingeniería mecánica por el MIT ( Massachussets Institute of Technology) y un doctorado en biofísica en la Universidad de Harvard.

Hoy en día, Herr dirige el grupo de biomecatrónica en el MIT que son es el que crea estas revolucionarias piernas biónicas por las cuales ha logrado el esperado Premio Princesa de Asturias.

Las  piernas, rodillas y tobillos que desarrolla Herr y su equipo están conectados a los nervios a través de sensores. Estos sensores transmiten las órdenes del movimiento exacto que el cerebro quiere realizar con la pierna ausente.

Estas prótesis son tan “inteligentes” que no sólo te permiten mantenerte en pie o andar, sino que con ellas puedes correr, bailar y hasta escalar .


Durante la entrega de los premios, Herr dijo que su única meta es contribuir con todas sus fuerzas al gran reto global de acabar con la discapacidad a lo largo de este siglo. Un reto grandioso.

Como dijo el Rey en su discurso trayectorias como la Herr “hacen surgir en todos nosotros un sentimiento profundo de esperanza. La esperanza de que millones de personas con discapacidad en el mundo puedan mejorar su movilidad, su calidad de vida, y puedan incluso hacer cosas que antes apenas podían imaginar con ayuda de las prótesis y los exoesqueletos que él y sus colaboradores diseñan.” 

Me ha asombrado enormemente la valentía, el esfuerzo y tesón, la creatividad y la capacidad de innovación de este gran biofísico que ha logrado algo que hasta hace muy poco parecía de ciencia ficción.

Y me encantó además que acudiera a recoger los premios con un traje perfecto pero con un “toque” distinto: los pantalones cortados por debajo de la rodilla, mostrando sus prótesis.  

Está claro que para contribuir a ese gran reto de lograr un mundo sin discapacidad hace falta mucha inversión y muchos recursos que permitan seguir investigando, pero, además, es importante romper muchas barreras, prejuicios  y  tabúes y empezar a ver a las personas con discapacidad con mucha más naturalidad y a ello sí que podemos contribuir todos. No lo olvidemos.

Por cierto, decía al principio que no iba a hablaros de super héroes, pero mejor rectifico, no creéis? 


Feliz semana!!

martes, 18 de octubre de 2016

Paseando a Miss Norma

Ayer leía en el periódico el caso de una anciana americana, de 90 años, que al detectarle un cáncer de útero, decide renunciar  a la quimio y dedicar lo que le queda de vida a recorrer Estados Unidos en caravana.

Cuando le dieron la noticia de su enfermedad, Norma, como se llamaba, sin pensárselo dos veces, dijo: "Tengo 90 años. Es hora de tomar la carretera". Y no lo decía en sentido figurado, qué va. Lo decía muy pero que muy en serio.



Norma acababa de quedarse viuda. Los últimos meses de vida de su marido habían sido en un hospital, así que, cuando le dan la noticia de su enfermedad decide que ella quería dar un  final diferente a su vida. Y ni corta ni perezosa emprende su gran aventura, acompañada de su hijo, su nuera y su perro Ringo.

En poco más de un año, esta genial  y menuda “abuelita”, con sus 47 kilos de peso y su metro y medio de altura, recorrió en caravana más de 20.000 kilómetros por todo Estados Unidos y en este gran viaje aprovechó para hacer muchas de las cosas que siempre quiso hacer . Algunas de ellas aparentemente “normales” y a la  vez extraordinarias para ella, como hacerse la pedicura. Y otras muchas más atrevidas y como subirse en globo, montar a caballo o probar las ostras.

Mientras viajaba, su hijo y su nuera iban relatando sus peripecias y aventuras en las redes, conmoviendo a miles de internautas que pronto se convirtieron en apasionados fans.

Norma murió hace unos días.  “La vida es un balance entre retener y dejar ir", escribieron en su perfil de Facebook, con miles de seguidores.

Me parece una historia genial, aunque, todo hay que decirlo no es lo mismo que te anuncien un cáncer con 90 años que que te den la noticia con 40 y dos hijos pequeños.Como todo en la vida, las circunstancias son distintas en cada caso. Está claro. Así que no puedo dejar de expresar mi más profunda admiración por todas aquellas personas que, con una entereza y fortaleza inigualables, luchan día a día contra esta terrible enfermedad.  Para ellas mi más profunda admiración ( y muy en especial para una de las personas más estupendas que conozco y que tengo la suerte de tener entre mis mejores amigas). 

Feliz semana!

domingo, 9 de octubre de 2016

Una de libros

Hoy me toca hablar de libros. Los que me conocen saben que me encanta leer. Leo todos los días pase lo que pase y me acueste a la hora que me acueste. Siempre lo digo, no hay nada mejor que estar enganchada a un buen libro.  Claro que cuando lo estoy, lo devoro y luego me da mucha pena haberlo leído tan rápido y hasta me dan ganas de empezarlo de nuevo.




Desde pequeña he leído mucho y los personajes de mis libros favoritos forman parte de mi vida. Esto puede llegar a ser peligroso cuando el protagonista por ejemplo es el mismísimo Grey, el de las 50 sombras. Creo que mi marido hasta llegó a estar celoso, ja, ja.

Hasta hace un año leía en papel, es decir, libros tradicionales, de toda la vida, nada de “ e-books”. Pero  cuando me fui a China, me compré el Kindle y desde entonces me he aficionado. Me parece comodísimo y muy práctico. Y además, en cuanto termino un libro rápidamente puedo comprarme otro. Por otro lado, te ahorras un montón de dinero, porque los libros electrónicos son mucho más baratos que en formato papel. Aún así, todo hay que decirlo, nada como pasar las hojas de un buen libro “tradicional”.



Desde que me fui a China también me he aficionado a leer en inglés. Es estupendo y aprendes mucho vocabulario. Lo que hago normalmente es bajarme un fragmento, antes de comprar el libro.  El fragmento me permite “intuir” si me va a gustar el libro y sobre todo ver si es fácil de leer en inglés.

Y esto me lleva a hablar de unas de mis autoras favoritas para leer en inglés. Se llama Liane Moriarty y es australiana. Sus historias son absolutamente geniales y siempre con planteamientos muy originales.  Y  encima, se entiende perfecto. Me he leído sus 6 libros y todos, sin excepción me han encantado. Los dos primeros los leí en español, El secreto de mi marido  y Pequeñas mentiras. Geniales ambos. El resto, en inglés ( Three wishes, What Alice forgot, The last anniversary y The hypnostist’s Love story)  Los recomiendo vivamemente.

Soy fan incondicional  de Liane Moriarty y estoy feliz porque acaba de publicar su último libro (Truly, Madly, Guilty) que hoy mismo me pienso comprar. ya os contaré qué tal. 

Feliz semana!



miércoles, 5 de octubre de 2016

Cómo comer sano y no enloquecer en el intento


Después de mi último post, no puedo dejar de dedicar una líneas a otro tema que también me tiene muy sorprendida: la obsesión de cada vez más gente por comer "extremadamente" sano.


Me explico. Soy máxima defensora de la comida sana. Por supuesto. Mis padres son médicos y siempre nos han inculcado buenos hábitos alimenticios.  Cuando era pequeña en mi casa nunca había bollos, ni galletas industriales, ni coca cola. Por no haber no había ni pan de molde ( sólo tomábamos el “pan pan” como lo llamábamos en mi casa,  como si el decirlo dos veces lo convirtiese en más pan que el mero  “pan”). Una comida equilibrada me parece fantástica.  Fruta, verdura, carne, proteínas, hidratos de carbono… 

Hasta aquí todo perfecto. Pero es que hay mucha gente que de tanto pretender comer sano, hace cosas verdaderamente raras. Hay gente que toma la fruta antes de comer, por ejemplo. Sinceramente, no veo muy normal tomarte una manzana antes de las lentejas. Imagino que lo harán en su casa, porque ir a una comida de trabajo y pedir que te traigan el kiwi antes de los aperitivos no creo yo que quede muy normal.



Otros sólo toman productos que sean ecológicos o biológicos. Cualquier comportamiento que implique ser responsable con la conservación del medio ambiente y en general del planeta me parece fantástica y algo a fomentar, está claro,  pero cuidado con los falsos mitos y las obsesiones. Todo en su justa medida, como cada cosa en la vida.

El otro día alguien me dijo que no probaba nada que pudiese “fermentar” en su estómago. Me quedé loca. Jamás lo había pensado. ¿Qué cosas fermentan en tu estómago? Ni idea. Otra amiga me dijo que no tomaba verduras que tuvieran almidón. ¿Perdón???. No tengo ni idea lo que lleva almidón, más allá del arroz. Pues parece ser que las zanahorias, las alcachofas y los guisantes, por ejemplo, tienen almidón, mientras que los espárragos, las judías verdes o la coliflor no tienen. No lo sabía la verdad.
Algunos se han enganchado a lo “détox” y ya no comen otra cosa. Por cierto,  eso de desayunar un zumo de espinacas… no sé cómo calificarlo. Lo siento, pero donde esté un buen café con churros y porras que se quite lo demás. Puede que no sea tan sano, seguro, pero está delicioso y al final.. ¿de qué se trata? De disfrutar, o no? Parece que algunos lo están olvidando.

Y para acabar, el otro día leí, que hasta existe un trastorno denominado ortorexia, que consiste en la obsesión patológica por comer alimentos sanos.  En fin, que me parece estupendo comer equilibrado y sano pero cuidado con obsesionarse.

Feliz semana!


lunes, 3 de octubre de 2016

Especial para los no deportistas


De un tiempo a esta parte he comenzado a preocuparme. .. hasta empiezo a sentirme un poco bicho raro. .  La razón es muy sencilla, no hago deporte. Horror. Algunos se llevarán las manos a la cabeza. ¿Cómo es posible ? Y es que hoy en día todo el mundo hace deporte. Estoy impresionada.

Hasta mi íntima amiga de la infancia, que, como yo, era nula en gimnasia  (de hecho estábamos exentas,  en su caso no recuerdo por qué,  en el mio por puro cuento) es ahora, ni más ni menos, que instructora de yoga!! Ella que ni el pino hacía,  ahora aguanta más de 10 con las piernas estiradas en posición de clavo. Espectacular. Me tiene impresionada.



La gente va al gimnasio,  juega al pádel, al tenis,  hace "running"  (porque ya no se corre como se ha hecho toda la vida, no, ahora lo que se estila es el "running" ). Hasta corren maratones y participan en triatlones!!!!!!! 





Incluso cada vez veo a más gente con esa especie de relojes que lo miden todo. Los pasos que vas al día, tus pulsaciones,  las calorías que consumes. .. aggg. . Me estresa un poquito no?  A saber que más miden y quien lo controla  (¿estará el FBI detrás?).

También me llama la atención que todas las tiendas tienen una sección, amplia sección debería decir, dedicada a la ropa de deporte.  Zara,  Mango,  H&M, hasta el chino de la esquina vende ropa deportiva ( "gymwear" se llama por cierto, con lo fácil que era lo del "chándal" aquel de nuestra infancia, ja, ja).

Y claro, la gente va ideal al gimnasio. Camisetas atómicas, zapatillas siderales, pantalones que te suben el culo... impresionante. 



Teniendo en cuenta el panorama , el otro día me apunté a Pilates, que a estas alturas creo que es lo único que puede llegar a engancharme. Porque esas es otra. La gente se "engancha" a correr,  se "engancha" al gimnasio. Como es posible que a mì eso no me haya pasado en la vida?  No recuerdo nunca jamás haber estado "enganchada" a ningún deporte. Que pena, ¿no? De verdad que me encantaría. Lo mío es más de pagar y no ir.  

Pero volviendo a Pilates, como decía, empecé la semana pasada después de un año sin hacer nada  (salvo andar,  "walking" que queda mucho mejor ). Y por supuesto al abrir mi armario no encontré absolutamente nada propio que ponerme. No ya para ir al la moda que no lo pretendía  sino algo mínimamente digno. Rebuscando, terminé  encontrando unos leggings del año pun y una camiseta gris de GAP que creo que me compré en Estados Unidos hace 30 años. Ja ja.  Igualito que mis amigas las súper deportistas, que van como un pincel. Cuando se enteren me echan de la panda. Que no trascienda por favor.  

Creo que de mañana  no pasa irme de compras para adquirir un  "look sport" como Dios manda. Quizá termine "enganchada ".  Os iré contando. ..

Feliz semana!!