domingo, 28 de marzo de 2021

Caperucita

A veces la realidad es tan grande y está tan cerca que ni la vemos. Es lo que le pasó a Caperucita con el lobo.  Desde pequeña me he preguntado si Caperucita era ingenua, osada o simplemente cegata.  Confundir al lobo con su abuela, teniendo en cuenta semejante boca,  semejantes dientes, semejantes pelos y sobre todo semejantes orejas, es de una ingenuidad que roza la estupidez, salvo que insisto, la niña fuese cegata.


Muchos lobos se esconden bajo apariencias de lo más bondadosas. Confías, les abres tu casa, les das la mano y hasta les acaricias con cariño hasta que te pegan el bocado y te preguntas cómo no te diste cuenta. A fuerza de recibir bocados, y algunos dolorosos, te vas volviendo más suspicaz y puede llegar un momento en el que ya no te fíes ni de tu madre. Incluso puedes pasarte de rosca y terminar con el colmillo más afilado y retorcido que el propio lobo. En ese momento es cuando te das cuenta de que tú mismo necesitas disfraz porque te has pasado al bando de los lobos y empiezan a verse tus orejas. Es lo que se denomina la metamorfosis de Caperucita en el lobo.

Para mí que en el fondo lo que realmente era Caperucita era una provocadora, y no era al lobo a quien buscaba sino al cazador. Por eso se acercaba tanto al lobo. Por supuesto que sabía que no era su abuela, pero sabía que si se acercaba para comprobarlo el lobo se la querría comer y entonces, atraído por sus gritos, aparecería el apuesto cazador. Y lo consiguió. Armas de mujer. Expresión que por cierto intuyo que será políticamente incorrecta, pero que en la época de Caperucita aún se podía decir!

Feliz semana!!

 

 

domingo, 21 de marzo de 2021

El día menos pensado

A menudo me pregunto si hoy será el día menos pensado. Supongo que al pensarlo deja de serlo y así entro en una espiral en la que el día menos pensado nunca llegará.

El día menos pensado es una fecha muy misteriosa.  Es el día en el que menos te esperas que pase lo que al final pasa. Puede convertirse en una fecha a celebrar o en una fecha para olvidar. Es un día camaleónico que adapta su naturaleza al futuro que él mismo marca. 

El día menos pensado es un día clandestino.  Nunca aparece marcado en el calendario. Son días sorpresivos. Andan agazapados detrás de los días señalados. Si miras el calendario, podrás ver en rojo las fechas de cumpleaños, de vacaciones, de aniversarios, de pago de deudas, de puesta de vacunas, pero nunca encontrarás en rojo ningún día menos pensado.

Los días menos pensados son como espías, están ahí, forman parte de tu vida, pero nunca los ves. En algún momento actuarán, pero nadie sabe cuándo.  A veces hasta dan vértigo.

Un día menos pensado no se puede intuir. Si tratas de intuirlos rápidamente desaparecen. Es imposible adivinarlos ni predecirlos. Surgen de pronto. Son primos hermanos del día que menos te lo esperas, ambos de características muy similares.

A menudo, los días menos pensados una vez que transcurren se convierten en fechas señaladas. De hecho, muchos grandes acontecimientos han ocurrido en días menos pensados. 

También es frecuente que  cuando suceden la gente se pregunte cómo no los vio llegar. No se dan cuenta de que precisamente en eso radica su esencia.

Hace un tiempo que empecé a interiorizar que de nada me sirve esperarlos ni temerlos ni si quiera ansiarlos. No hay escudos contra ellos, ni imanes que los atraigan o los repelan. No les afectan las supersticiones ni dependen del horóscopo. Los días menos pensados seguirán haciendo de las suyas cuando les plazca. Pero como todo en la vida, cuando llegan, también se van, aunque algunos parezcan quedarse fosilizados para siempre...

Feliz semana!!





jueves, 4 de marzo de 2021

Experiencias y apariencias

 

Ayer estrené un pantalón cropped, que equivale a los pesqueros de toda la vida, aunque queda mucho más moderno llamarlos cropped.  Mi hija me encontró fantástica con mi look juvenil y yo misma me sentí más joven gracias a mis pantalones "mágicos". 

En China, me llamó la atención que siendo los chinos poco aficionados al café, en cada esquina hay un Starbucks. ¿La razón? Muy simple. Cuando un chino se toma un café en  Starbucks se siente  occidental, y, aunque les cueste reconocerlo, a la mayoría de los chinos les encanta lo occidental. 

Ahora ya no se venden productos o servicios sino experiencias. Cada producto lleva asociado un mundo de sensaciones. Mi vecino, bastante apocado, se ha comprado un coche imponente y desde que lo tiene se ha vuelto otro. Creo que hasta ha crecido. El coche le ha empoderado, palabra de moda. A su mujer le pasa lo mismo con su bolso. Tiene un gusto espantoso, pero no se quita de encima el Vuitton como si llevarlo la transformase en la mismísima Isabel Preysler.

Supongo que habrá gente convencida de que los atributos asociados a un producto se transmiten por ósmosis a su propietario. Te compras una barra de labios y te conviertes en Pretty Woman, te tomas una Coca Cola y eres feliz , te compras una Nespresso y te ligas a George Clooney y te bebes un Red Bull y eres capaz de volar.  Inmenso el poder del Marketing.

Como cuando eras pequeño y te creías princesa, sirena o Superman según de lo que te disfrazases. A un amigo mío durante los tres primeros años de su vida siempre le disfrazaron de seta y el pobre, 50 años después, es un auténtico tostonazo.

A menudo dan ganas de convertirse en otra cosa. Hay quien lo consigue pero pierde su esencia y ni él mismo se reconoce. Otros persiguen retos inalcanzables pretendiendo ser alguien que nunca serán y viven frustrados. Y algunos simplemente  aspiran a ser mejores cada día, que ya es. 

No está mal recordar que no es oro  todo lo que reluce.  En una sociedad marcada por la imagen resulta difícil no dejarse llevar por las apariencias. A veces hay que rascar un poco para  descubrir lo que hay detrás de la fachada. Hay mucho "huevo de pascua" bonito por fuera y relleno por dentro, pero también hay mucho "ninot de fallas", llamativo por fuera y completamente hueco por dentro.  Cuidado que arden muy rápido!

Feliz semana!!