Ir al contenido principal

Escapada a Marrackech


Acabamos de volver de Marrackech, una ciudad cautivadora a la no iba desde hacía más de 15 años!!Marrackech es una ciudad caótica, bulliciosa, en continuo movimiento. Un estallido de colores, de olores y  de sabores. Una ciudad que atrapa, que engancha, a la que siempre tienes ganas de volver.




Solo hemos estado tres días, pero los hemos aprovechado y sobre todo disfrutado a tope.  Además, hemos tenido la suerte de alojarnos en un Riad ideal, un auténtico remanso de paz y buen gusto en pleno centro de la Medina, donde nos han tratado genial y nos hemos sentido como en casa.





Si tengo que elegir mis “must”, mis “imperdibles de Marruecos”, ahí van:

La Plaza Jemaa el Fna. Es el centro neurálgico de la ciudad. Probablemente la plaza más famosa de todo Marruecos. Llena de gente, de aguadores, tatuadoras de Jena, echadores de cartas, cuentacuentos, domadores de serpientes, amaestradores de monos y todo tipo de personajes variopintos, hasta vendedores de dentaduras postizas hay!! Siempre está llena de gente, a todas horas. No siempre es fácil esquivar a la serpiente, aclarar que no quieres que te pinten la mano con jena o huir del mono antes de tenerlo encaramado a tu hombro, pero aún así,  merece la pena recorrer sin prisa la plaza de un extremo a otro, sin perderse nada de lo que ocurre al mismo tiempo a tu alrededor. 






Y por supuesto, no puede faltar una puesta de sol desde algunas de las terrazas de la Plaza, disfrutando de un rico té a la Menta, un “momento retina” absolutamente mágico, de esos que uno siempre debe conservar en su memoria. En nuestro caso,  fuimos testigos de un maravillo atardecer desde la terraza del Café de France, todo un clásico de la ciudad.


Otro de los grandes planes de Marrackech, sin lugar a dudas, es el zoco, un laberinto lleno de tiendas y puestos donde te comprarías de todo. Alfombras, babuchas, especias, lámparas, cerámica, teteras, collares, pendientes, bolsos , cestos….  Eso sí, sin parar de regatear, lo cual personalmente me resulta completamente agotador hasta el punto de desistir. 









En el zoco, el tiempo pasa sin que te des cuenta, recorres calles, vas y vuelves, te pierdes y te encuentras. Aunque hay tiendas que te aconsejan visitar, como la famosa Moustafá, mi consejo es dejarse llevar, deambular sin rumbo fijo, eso sí, si algo te gusta, cómpralo en el momento, porque cuando luego quieras volver a por ello, ya nunca lo encontrarás!!





Dentro del zoco hay zonas dedicadas a los distintos  gremios: el zoco de las babuchas, el del hierro forjado, el del cobre, el del cuero, el de la lana…. Merece la pena visitarlos todos. Nosotros lo hicimos acompañados de un guía con el que visitamos algunos talleres artesanales y pudimos comprobar el duro trabajo que hay detrás de muchos productos por los que luego los turistas no dejamos de regatear.  





También visitamos un taller de alfombras, con salas inmensas forradas de kilims maravillosos que te trasladan al mundo de Aladín y su lámpara maravillosa.



Tampoco hay que perderse la Plaza de las especias, que tiene muchísimo encanto. Es un buen sitio donde ir a comer porque hay varios restaurantes muy recomendables como el Nomad, con ambientazo, y desde cuya fantástica azotea se ven una de las mejores vistas de la ciudad, con los picos nevados del Atlas de telón de fondo. Otro muy agradable, y más de batalla es el Café des Épices, en la misma plaza, con una azotea también muy chula.




Pero no todo es comprar y regatear.. En el interior de la Medina, hay  varias monumentos que merece la pena visitar, como la Mezquita Koutubia, con su magnífico minarete, el Palacio Badí y el Palacio Bahía, en el sur, o  el museo de Marrakech, en el norte, ubicado en un precioso palacio de finales del siglo XIX. 



Me encantaron también las tumbas saadies, un recinto en el que llama sobre todo la atención la soberbia sala de las doce columnas, en mármol blanco de Carrara.  Muy cerca está el barrio judío con sus callejuelas, que también recorrimos.

ç




Un poco más alejado merece la  pena visitar el Jardin Majorelle, adquirido y restaurado en 1980 por Yves Saint Laurent y Pierre Bergé, al que llegamos en calesa de caballos. Un paseo muy bonito. El jardín es un oasis de árboles tropicales, cactus y bambús, donde el verde profundo de la vegetación contrasta con el morado de la buganvilla y sobre todo, con el azul intenso de las paredes, azul “Majorelle”, un oasis azul dentro de la ciudad roja.




Y si te apetece algo “turístico” pero muy divertido, lo mejor es irse al Palmeral y darte un paseo en camello. Nos lo pasamos pipa!! Además, prácticamente te disfrazan (chilaba y turbante) con lo cual te metes completamente en el papel y hasta berebere te sientes!!!




Y si después de la locura del zoco aún  te quedan ganas y energía, nada como disfrutar de la noche marroquí. Es impresionante los restaurantes cosmopolitas y glamurosos que hay en Marruecos. Nosotros estuvimos en dos: Le Foundouk y Bo Zin. El primero era una antigua posada donde paraban las caravanas de mercaderes. Es muy difícil llegar a este restaurante, así que te recoge a pie de taxi un señor ataviado con chilaba y con farolillo en mano (forma parte de su atractivo!)  Y el segundo, es puro glamour y está animadísimo, con un jardín interior maravilloso. Los dos nos encantaron y en los dos cenamos muy bien y disfrutamos del mejor ambiente de Marruecos. El perfecto broche final para dos días muy intensos y agotadores.

En fin, que no hemos parado, volvemos agotados pero encantados!  Marrackech es una gran ciudad, a la que espero volver pronto. 

Y como siempre, lo mejor… la compañía!!!




Feliz semana!!!

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Marrackech, maravillosa ciudad, en la que estuve hace muchos años, con varios compis del Santander, y a la que espero volver algún día.

    ResponderEliminar
  3. Qué bien qué suerte María que te haya gustado tanto Marrakech, es una ciudad muy extraña, te atrae con la mirada pero después hay cosas que a mí casi casi me produccian horror, ciertos olores , la cantidad de insectos, la pobreza,la miseria .Pero bien tú has visto la mejor faceta y hay que quedarse con ello.
    Como siempre, preciosa descripción de la ciudad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que te guste papá!!! Tú eres mas de ciudades como París o Roma!! Beso

      Eliminar
  4. Friend, una vez más nos has trasladado con tus relatos. Esta vez nos toca Marrakech. Que maravilla!!!Uno de mis próximos destinos. Sigue trasladándonos con ese DON que tienes a muchos sitios más.

    ResponderEliminar
  5. Menudo viaje acabo de hacerme María, tus explicaciones son maravillosas!!! Espero ir en septiembre así que tomo nota de todo. Qué guapos y qué mayores están los niños!!! Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qbien que vayas en septiembre!!! Me encanta!!! Están enormes siiii. No quiero q crezcan!!!! Besos medusa!!

      Eliminar
  6. Genial la escapada familiar! Es como viajar contigo, gracias por compartirlo con tus fieles seguidores. En unos días nos vemos y me cuentas!. Beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja!!! Gracias fiel seguidor!!! No sé bien quién serás... porque me sales como desconocido... qué intriga!!! Beso

      Eliminar
  7. Qué buen paseíto me acabo de dar por la Medina. Creo que me voy a preparar un té para terminar de ambientarme. Tenía muchas ganas de volver y, ahora, después de leer tu post, más!

    ResponderEliminar
  8. María: qué maravilla tu relato, como siempre. apetece todo transportarse a ese mundo de olores, sabores y sobre todo, mucho color!! Ciudad de contrastes también, como dice tu padre. Intentaré ir, aunque no sé si me van a llevar... jajaja

    ResponderEliminar
  9. Maria qué buena crónica ! La última vez estuve con amigas y me chiflo Bo Zin ! He estado dos veces pero ninguna con JM porque no le atrae nada así que le voy a pasar tu post a caber si se anima !!! Un beso amiga

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estaba animadisimo!!!! JM tiene q animarse!!! Gracias kitiña!! Besos

      Eliminar
  10. Impresionante, Maria. Yo nunca he estado en Marrakech, pero mientras leia tu relato me he sentido transportada alli mismo, y gracias tb a tus maravillosas fotos. Un besazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Vestimenta tradicional china.

No puedo vivir en China y no tener un “Qi pao” ( lo que para nosotros es el "típico vestido chino").  Tengo que decidir si me lo compro ya hecho o me lo hago a medida.  Buscando posibles modelos, he estado investigando sobre la “vestimenta” tradicional china y me ha parecido interesante dedicarle unas líneas. Originariamente, el traje tradicional chino era el  "Hanfu". El hanfu es un traje milenario, existe desde hace más de 3.000 años  e incluso hay quien dice que es el traje tradicional más antiguo del mundo y que en él se inspira el famoso kimono japonés.  El hanfu está compuesto de dos partes, una especie de túnica por arriba y una falda larga por abajo. Me parece espectacular. El Hanfu era la vestimenta de la dinastía Han, de ahí el nombre.  Los hanfu, que los vestían tanto los hombres como las mujeres, solían ser  de seda y existían muchos tipos distintos, dependiendo del rango social de la persona que lo vistiera....

El "desedadismo"

De un tiempo a esta parte me doy cuenta de que se me están viniendo abajo muchas “barreras mentales”, incluso diría “falsos mitos” relacionados con la edad. Una ya no sabe qué pensar. Los límites se desdibujan. Empiezo con una constatación que me trae de cabeza: hoy en día, hay madres más jóvenes que sus hijas. No tenemos mas que ver a Demi Moore, madre de tres hijas mayores que ella. Demi Moore es ahora más joven de lo que era en la película Ghost que la lanzó a la fama y que es de 1990. Un misterio. Un caso mucho más cercano es Isabel Preysler, que se ha convertido, al menos en el Hola, en la hija de su hija, que era de mi edad, al menos de pequeña. Ahora, visto que su madre pretende ser de mi edad, ya dudo de los años que tendrá ella. A Ana Obregón le pasa un poco lo mismo. Debe ser el síndrome de la eterna juventud. Qué obsesión. Otra falsa creencia está directamente relacionada con la maternidad. Recuerdo que cuando yo empecé a tener hijos, quería tenerlos todos antes de los 40. S...

¡Feliz 2025!

Vuelan los pensamientos que no atrapas. Se desvanecen los sueños que no luchas.   Languidecen los deseos sin cumplir. Mueren las ganas cohibidas. Los besos que no das se evaporan. Las palabras que no dices se deshacen.   Las risas que no brotan lloran. Las lágrimas que no salen duelen.   Las gracias que no das enmudecen. La belleza que no aprecias se hace invisible. El rencor que no vences se enquista. La alegría que no salta se adormece. Sangran las heridas sin curar. Se marchita el amor que no cuidas. Desaparece lo que dejas de  recordar. Se adormece el esfuerzo que no practicas. Se empequeñece el que tiene y no da. Se endurece el que no mira más allá. Desespera el que sólo espera.   En 2025….   Ama. Ríe. Llora. Persigue tus sueños. Cumple tus deseos. Cura tus heridas. Cuida a los que quieres. Comparte lo que tienes. Mira a tu alrededor. Aprecia la belleza. Baila. Canta. Esfuérzate. Actúa. Agradece. Vive.   ¡¡Feliz 2025!!        

Cretinos

Parece que el plagio está de moda. Es muy peligroso que las malas prácticas se pongan de moda, que se pierdan los valores y la ética, que la gente crea que es normal hacer cosas que no están bien, que se infravaloren determinados comportamientos. Y es muy peligroso porque es una bola que crece poco a poco y que cuando se hace grande nos devora a todos. No está bien mentir, ni robar, pero mucha gente, aparentemente respetable, lo hace sin el más mínimo pudor. Tampoco está bien aprovecharte del talento ajeno, hacer tuyos las reflexiones y pensamientos de otros y además, pretender lucrarse con ello. No sólo no está bien sino que está muy mal. Es más, en ocasiones, hasta es delito. Debería ser algo obvio, pero, desafortunadamente, no lo es.  El que lo hace carece de escrúpulos y de valores. Y no debería quedar impune. El mundo está lleno de cretinos.  Cretinos que se ocultan bajo una apariencia inocente y amable, pero que esperan a la mínima de cambio para atacar y clavar el puñal...

Senegal. Viaje a la Casamance

He tenido la suerte de volver a Senegal, esta vez de la mano de la Fundación Xaley. Ha sido un viaje precioso, pero, sobre todo, ha sido una oportunidad para conocer de primera mano algunos de los proyectos que Xaley está llevando a cabo en el país y que impactan en la vida de miles de niñas y mujeres senegalesas.  Hemos visitado el centro de costura de Mbour donde forman a jóvenes para que puedan tener un futuro mejor. Hemos asistido a charlas de salud sexual y reproductiva, un tema muy importante en un país en el que los embarazos precoces son muy frecuentes y provocan que las niñas abandonen la escuela. Visitamos un centro donde acogen a chicas víctimas de abusos o violencia, a veces embarazadas y repudiadas por sus familias. Visitamos la tienda de una emprendedora que ha recuperado antiguas técnicas textiles y que hace cosas preciosas. Inauguramos un centro de transformación de frutas y legumbres y nos reunimos con un grupo local para comentar las consecuencias de la falta de i...

Con chándal y a lo loco

Ayer hablaba con una amiga sobre estos días de final de septiembre en los que una no sabe qué ponerse. "Ropa de entretiempo" te recomiendan. Qué lío. Una no sabe si ponerse el abrigo o seguir con tirantes. Por la mañana te congelas y por la tarde te asfixias. Mi amiga en cambio, práctica y resolutiva, lo tenía claro. "Lo mejor es ir en chándal". Yo la miré atónita. Pensé que estaba de broma. Es una persona que suele vestir bien y que además se gasta mucho dinero en ropa. No me atrevi a responder y me quedé pensativa.  El chándal ha ganado la batalla al buen gusto. No hay más que mirar a nuestro alrededor. Hoy en día el chándal campa a sus anchas. Hasta las colecciones de los diseñadores de alta costura incorporan chándales. Chándales sofisticados y lujosos pero chándales al fin y al cabo. Habrá quien me tilde de "pija", de anticuada o de "demodée ". Me da igual. Pero no tengo chándal y creo que nunca lo tendré, aunque quién sabe, no digas nun...

El apagón

Desde la pandemia, no podemos negar que la realidad muy a menudo supera la ficción y pasan cosas tan inesperadas como la Filomena, la Dana, y ahora el apagón de dos países enteros.  Ante la falta de explicaciones oficiales, mi cabeza no para de dar vueltas a sus posibles causas. Y lo cierto es que se me ocurren muchas. Cualquiera de ellas podría ser una hipótesis más que razonable. Lo primero que a todos nos ha venido a la cabeza es un ciberataque. Tiene su lógica. Los ciberataques están al orden del día.  Pero... ¿un ciberataque de quién? ¿De Rusia? ¿Con qué objetivo? Putin, sin duda, es capaz de cualquier cosa y, tal y como está la geopoĺítica actual, no resultaría sorprendente. Pero  pensar en un ataque tan sofisticado, sincronizado y masivo da miedo, mucho miedo, así que prefiero desviar  mi cabeza hacia causas más "rocambolescas".  Hay quien habla de un fenómeno atmosférico raro. Esta posible causa me resulta poco creíble, a priori.  No hacía mucho frí...

Al año nuevo le pido

Al año nuevo le pido ser feliz, Y que no me crezca la nariz, Tampoco las orejas, Como les pasa a las viejas.   Amor y salud también quiero, que si no, quizá me muero, Aún soy joven para morir, mil cosas quiero vivir. Quiero ver a mis hijos creciendo, Aunque mayor me vaya haciendo. Quiero saborear cada día, Y dar gracias con alegría. Que no falten las risas, Y que vivamos con menos prisas. Sentir el alma en paz, y no tener un hambre voraz Y ya puestos a pedir, querría comer y no engordar, mi cintura recuperar y en bikini pasear. También engancharme al deporte, Para mantener el porte, Y que nada me de corte, Y besar al consorte. No necesito chutarme botox, ni tampoco pasear en motos. La vida es envejecer, y quien no lo ve, tonto es.   Quiero disfrutar del atardecer, Y por la brisa dejarme mecer. Mojar los pies en la orilla, Mientras leo sentada en mi silla.   Quiero del campo disfrutar, Y salir a caminar  Tomarme un buen vino, Y no caer en desatino Mucho no pido Seguro...

De casquería y otros menesteres

No me gustan los callos. No me gusta su aspecto, ni su textura. Mi madre los prepara muy ricos, eso dicen, porque yo, hasta la fecha, no me he atrevido a probarlos. De pequeña, pensaba que los callos eran eso, callos, como los de los pies, y no entendía que alguien se los pudiese comer. Luego me enteré de que eran tripas y lo entendí todavía menos.  En cambio, me encantaban los sesos. En mi casa comíamos sesos rebozados. Comer sesos era como comer nubes o algodón  de azúcar. Al meterte un seso en la boca se deshacía. No sé si los niños de hoy siguen comiendo sesos. A mí han dejado de gustarme. Desconozco el motivo pero, si de lo que se come se cría, debería volver a comerlos porque me da la sensación de que, de un tiempo a esta parte, estoy perdiendo algún que otro seso, supongo que será la edad. Me surge la duda de si los sesos conservarán neuronas, porque después de todo, los sesos son cerebro. Eso de comer cerebro suena a zombies, a película de miedo. Tampoco me gustan las ...

Viaje a Senegal

Recién llegada de Senegal.  Es muy difícil resumir en palabras tantas emociones. Vuelvo a Madrid llena de recuerdos, con el corazón cargado de sentimientos y con miles de "momentos retina", imágenes que quedarán grababas para siempre. En wolof, la lengua más hablada de Senegal, teranga significa hospitalidad. Teranga es una de las palabras que mejor definen este viaje. Senegal y su gente nos han hecho sentirnos "en casa".   Los senegaleses son gente amable, hospitalaria, que acogen al extranjero como a un amigo, que te reciben con cariño y  que se esfuerzan para que te sientas a gusto. Y así es como nos hemos sentido. Tafa, nuestro acompañante  senegalés durante todo el viaje, ha tenido mucho que ver en ello. Gracias a él hemos conocido mejor Senegal, su cultura y sus costumbres.  "Aquí matamos el tiempo, a diferencia de vosotros que el tiempo os mata” nos dijo un día. Y cuanta razón tiene. Viajar siempre es descubrir y en este viaje hemos descubierto mucha...