Siempre suelo
hablar de lo positivo, de lo que me gusta, de lo estupendo que es casi todo. Pero
hoy me apetece hablar de lo que no me gusta, lo que detesto, lo que me
enerva, el lado oscuro de la fuerza, eso sí, en clave de humor, no vaya a resultar demasiado talibana, que
puedo llegar a serlo si me lo propongo, que conste.
Igual que la
felicidad está en los pequeños detalles de la vida, es curioso cómo pequeños
detalles también pueden sacarte de quicio.
Supongo que depende de muchos factores: lo maniática que seas, la paciencia que tengas, la capacidad de autocontrol… En mi caso la mayoría probablemente sean manías absurdas, lo reconozco, aunque algunas cosas creo que fácilmente enervan a cualquiera. Ahí van a ver quién se ve reflejado.
Supongo que depende de muchos factores: lo maniática que seas, la paciencia que tengas, la capacidad de autocontrol… En mi caso la mayoría probablemente sean manías absurdas, lo reconozco, aunque algunas cosas creo que fácilmente enervan a cualquiera. Ahí van a ver quién se ve reflejado.
· Odio
meterme en la ducha y que no haya gel, o ir a lavarte el pelo y que no haya
champú, sobre todo cuando ello requiere salir de la bañera y hasta del cuarto
de baño para hacerte con el producto en cuestión.
· En
este mismo orden de cosas, odio ir al cuarto de baño y que no haya papel. Si
estás en casa, es fácilmente solucionable, pero lo fatal es cuando estás en
algún baño público. De hecho, es lo primero que miro cuando entro en uno.
· Otra
cosa que me pone de muy mal humor es pasarme el día soñando con el trozo de
tarta de chocolate que sobró ayer y que cuando llego a casa se la haya comido
alguien. Me cuesta mucho asumir esa frustración. Tal cual. Me enfado con
el que se la haya comido.
· Me
ataca los nervios estar buscando sitio para aparcar y que cuando por fín lo veo
me lo quite el de delante. Soy capaz de soltar todo tipo de improperios. También me pone muy nerviosita la gente que tiene un coche 4 x 4 más grande que un camión y que pasa los badenes a 2 por hora. No lo aguanto.
· Odio
hacerme la manicura y destrozármela al minuto al tener que buscar el dinero en
la cartera para pagar. Así que me he hecho fan incondicional de la manicura
permanente que te libera de esta clase de inconvenientes.
· No
soporto que la gente baje las persianas y que se queden a la vista. Corro
siempre las cortinas o bajo los estores pero no aguanto ver una persiana
bajada.
· Me
pone nerviosa que a la hora de la comida se lleven determinadas cosas a la
mesa, en aras de la comodidad. Me refiero a cacerolas, sartenes y tuppers por
ejemplo. No puedo.
· No
entiendo la gente que pone un plato hondo sin plato llano debajo. Jamás lo hago. Ni cuando estoy sola.
· No
resisto vestirme sin antes ponerme crema.
· No
aguanto que alguien cuelgue mi ropa en perchas poco apropiadas, por ejemplo una
chaqueta de lana en una percha de pinzas para pantalones. La mayoría de las
veces eso significa destrozar la chaqueta. Y me da mucha rabia también
que la ropa se destiña y la culpa siempre la tenga la lavadora.
· No
soporto cuando en el momento más interesante de una película el de al lado
desenvuelve un caramelo con toda parsimonia, con todo el ruidito asociado.
· Me
pone muy nerviosa que la gente se vea obligada a toser en los intermedios
de los conciertos. Creo que tose hasta el que no tiene ganas.
· No
puedo resistir más de cinco minutos sentada al lado de alguien que se muerde
las uñas. Cuando me ocurre lanzo miradas asesinas sin poderme contener.
· No
resisto que coman kikos a mi lado. Me pone nerviosa el ruido que hace. En estos
casos ya sé que la única solución es unirme a comerlos.
· Tampoco
resisto que la gente haga pompas con el chicle.
· Me
ataca la gente que en el autobús hace como que no ha visto a una embarazada con
una tripa de 10 kilos con tal de no moverse de su cómodo asiento. Quien dice
embarazada dice anciana.
· Me
pone nerviosa la gente que cuando habla invade tu espacio de intimidad. Me
inhibe.
· Me
enerva la gente que en el tren no para de hablar por teléfono a voces, como si
estuvieran solos y nadie les oyese.
· No me
gustan nada los restaurantes en los que hay televisión, con la excusa de poder
ver los partidos de fútbol esos que todo el mundo queda para ver en algún
sitio. Es motivo suficiente para no volver. Soy así.
· Llevo
fatal ir a cenar a un restaurante de moda y encontrarte a un niño en la mesa de
al lado. Los niños en su sitio y
a su hora.
· No
resistiría ir de viaje escuchando el programa Carrusel deportivo. Creo que me
bajaría del coche en cuanto tuviera ocasión.
· No
puedo dormir con la puerta de la habitación, del armario o del baño abierta.
· Me
pone muy nerviosa la gente que no es médico pero lo parece.
· No
puedo con la gente que se cuela en las colas y se hacen los longuis.
Creo que la lista
podría ser interminable. Una vez que empiezas no puedes acabar, ja, ja. Prueba a hacerlo y verás. Así que
mejor lo dejo aquí no sin antes decir que lo que MÁS MÁS MÁS odio es buscar
cosas que no encuentro. Y sobre todo si son cosas cotidianas como las gafas, las
llaves del coche, el móvil, las llaves de casa, el cargador, los guantes… Es algo
que me enerva y me desquicia. Siempre echo la culpa a los demás, aunque debo
decir que muchas veces la culpa es mía!
¡¡FELIZ SEMANA!!
Jajaja, María !!! Como te entiendo !! Yo también soy muy maniática y además cada vez me da menos vergüenza reaccionar rápido ante ese tipo de manías, como por ejemplo un nuevo sitio en el avión si tengo alguien masticando chicle con la boca abierta al lado (lo he hecho dos veces) no lo aguanto !! O si alguien huele mal, también lo he hecho...es lo mejor y te sientes muy aliviada. En cuanto a cosas de casa, tengo muchiiiiisimas, pero la más destacada son como tienen que estar las cosas/ sillas, alfombras, mesas, decoracion, etc....colocadas al milímetro !!! No puedo dormir si no están bien colocadas. un beso
ResponderEliminarComo dice mi madre, más vale una vez morado que ciento amarillo! ! Si se puede hay que reaccionar rápido y aguantar. Yo en el cine también me cambio a menudo de sitio!!!
EliminarY no aguantar quería decir!!
EliminarJajajja Maria te veo muy maniatica aunque es verdad que con muchas de tus manias me he sentido muy identificada con las mas con la del champu y con la menos con la de las perchas poco apropiadas jajajaj
ResponderEliminarPor cierto yo no puedo soportar llegar al baño y que las toallas no esten perfectamente colgadas
Y tengo muchas más que no he puesto ja ja! !
EliminarJajajja Maria te veo muy maniatica aunque es verdad que con muchas de tus manias me he sentido muy identificada con las mas con la del champu y con la menos con la de las perchas poco apropiadas jajajaj
ResponderEliminarPor cierto yo no puedo soportar llegar al baño y que las toallas no esten perfectamente colgadas
Maria, coincido contigo en muchas manias!!!!
ResponderEliminarMe alegra no ser la única! !!
EliminarEl otro día descubrí un invento estupendo para la ultima de las manias: un chip pegatina xa localizar las cosas que siempre perdemos: gafas, llaves, cargador... En ECI, sección libros y no muy caro porque te ahorra tiempo y enfados!
ResponderEliminarAmaya! ! Siempre he pensado que debía haber algo así! ! Me lo compro seguro y para la cartera de mi marido otra se pasa el día buscándola y eso también me pone nerviosa ja ja
ResponderEliminarPufffff comparto tantos y podría añadir miles y miles más
ResponderEliminarPero el q siempre me gustó tuyo y cuento siempre es el de la crema aún recuerdo de adolescentes cuando te esperaba en tu casa a q te ducharas y cambiaras para salir y el momento salir de la ducha y q nadie te rozara si antes no te habías puesto tu crema ... recuerdos
Ja ja! ! Sigue pasándome exactamente lo mismo. Me muero de dentera!!
EliminarPues igual que todas los comentarios anteriores. Desgraciadamente la cantidad de manías van en relación a la edad..... cuánto mayor eres más manías, alcanzas un pico y a cierta edad empiezan a desaparecer. Creo que estamos en el momento cumbre, porque yo tb tengo muchísimas. Comparto las tuyas, creo que todas, pero es difícil que me meta en la ducha sin lo necesario, por manía, claro!!!! Las perchas los ruiditos de los de alrededor y los olores horrible, y el orden en la casa y los armarios obsesivo, eso incluye tipos y posición de perchas, plantillas para doblar la ropa, alineación de todas las prendas...... bueno multitud. Me pregunto, los hombres son también tan maniáticos??? En mi casa por lo menos no....
ResponderEliminarJa ja Ana! Eres genial. A mi lo del orden obsesivo no me ha entrado todavía! Vente un día a mi casa y me ordenas los armarios, lo de las plantillas para doblar la ropa me maravilla!!. Y X cierto hay unos hombres todavía más maniáticos que nosotras, no lo dudes! Beso
EliminarMuy bueno. Buenísimo! Me estoy riendo yo sola... Te ha faltado lo de la gente andando por la calle con bolsas chungas y lo de la gente que habla en misa. La lista es interminable.
ResponderEliminarSin olvidar a los que, son ningún tipo de pudor o vergüenza, te muestran al comer el mismísimo bolo alimenticio, como tú dirías, ja ja. ...
EliminarY qué me decís cuando vas a la compra con la lista quebte ha hecho la chica y llegas a casa y se le ha olvidado decirte que faktaba algo básico? Me ppne de los nervios!!! Jajaja
ResponderEliminarUn clásico!!! ja ja
Eliminar