Hace unos
días fui a ver la exposición de Robert Doisneau, el famoso fotógrafo francés.
Doisneau y Cartier-Bresson son mis fotógrafos favoritos. Me maravillan sus obras y su capacidad para
captar el instante preciso.
La
exposición es preciosa. Completamente recomendable. Está en la Fundación Canal.
Su título no podía ser más apropiado, “La belleza de lo cotidiano”. En un total de 80 fotografías , Robert
Doisneau trata de mostrar la vida no como era, sino tal y como le gustaría que
fuera. Es
una obra llena de cotidianidad pero a la vez de magia. Y tan genial como cada una de las fotografías
son sus títulos, que te transportan rápidamente a la historia que cada una de
ellas trata de reflejar. Recomiendo no
perdérsela.
Ver estas
fotos tan bonitas me hizo pensar en que es una pena que estemos perdiendo la
costumbre de revelar fotos y hacer álbumes. Yo lo he hecho toda la vida, pero
reconozco que llevo sin hacerlo casi dos años y ponerme al día me parece ardua
tarea, con la cantidad de fotos que tengo.
Recuerdo
cuando hacíamos viajes e íbamos acumulando carretes. Lo primero que hacía, a la
vuelta de mi viaje era llevarlos a revelar. Qué emoción. Esperaba ansiosa los 3
o 4 días que tardaban, guardaba con mimo el recibo en mi cartera y cuando por
fín llegaba el momento de recogerlas, qué alegría, era cómo volver a vivir el
viaje. Mirabas y remirabas las fotos.
Las enseñabas. Las pegabas en el corcho. Hacías copias. “ Voy a ver si tengo el
negativo”. Una frase que ya no se usa. Negativos que siempre se perdían, por
cierto.
Siempre me ha encantado hacer álbumes de lo más elaborados. Junto a las fotos
pego mapas, postales, posavasos… recuerdos del viaje. Hojear esos álbumes es casi casi como volver a viajar. Tengo
álbumes preciosos, que ahora me encanta ver con mis hijos. Algunos los compraba en Italia, en esas papelerías maravillosas de Roma o de Florencia y
los guardaba para próximos viajes, impaciente por llenarlos cuanto antes.
Ahora
tenemos miles de fotos, hasta tenemos varias de un mismo momento, donde lo
único que varía es la cara de uno, la sonrisa de otro, unos ojos cerrados o una
boca abierta. Pero no las revelamos. Las guardamos en el ordenador, en un CD o
en un pendrive. De vez en cuando conectas el ordenador a la tele y las vemos,
pero no es lo mismo.
No es lo
mismo que sentir un momento de nostalgia y coger aquel álbum de hace 20 años y hojearlo
y volver a vivir un viaje, una fiesta, una Navidad, un verano o hasta toda una
época. Acordarte de lo que te trajeron los Reyes Magos aquel año, de tus primeros
viajes al extranjero, de tu noviete de los quince, de las fiestas de Nochevieja, de tu look de los 80, de tus
poses en bikini, de personas que pasaron por tu vida, de muchas que ya no
están, de los primeros años de tus hijos, de bodas, de bautizos, de primeras
comuniones… Tu vida en álbumes, preparada siempre para ser recordada.
Mañana mismo
me pongo manos a la obra. Prometido.
¡Feliz semana!
Yo soy de los tuyos María y también llevo casi 3 años sin revelar. En cualquier caso, no he desistido. Esta Navidad me pongo al día. Un beso
ResponderEliminarMe pasa lo mismo Jorge!!! a ver si conseguimos ponernos al día!! gracias por tu comentario. besos
EliminarYo también!
ResponderEliminarja, ja!! y vas al día???
EliminarReconozco que cada vez me cuesta más revelar....Y es una costumbre que no deberíamos perder....
ResponderEliminarBs
https://stylettosbyana.blogspot.com.es
Nos pasa a todos.... pero es una pena! !!
ResponderEliminarIgualita que tu, he dejado de revelar fotos y acumulo cientos de pens que confundo, almaceno y nunca veo. Una pena
ResponderEliminarELENA!HAY QUE RECUPERAR LAS BUENAS COSTUMBRES!!! UN BESO
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