miércoles, 13 de abril de 2016

Ópera de Pekin. El Emperador y su concubina.

Hace unas semanas por fin asistí a un espectáculo de ópera china. Llevaba tiempo queriendo ir y desde luego no me defraudó. Me encantó, eso sí, es algo completamente distinto a lo que podríamos llamar “opera tradicional occidental”.

Para ser más exactos, el tipo de representación al que asistí se denomina propiamente Ópera de Pekín, jīngjù o jīngxì en chino, y es una clase de ópera  que se inició a mediados del siglo XIX y  que se hizo muy popular en la dinastía Qing. La Ópera de Pekín está considerada como una de las máximas expresiones de la cultura china y en 2010 fue declarada Patrimonio inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Por cierto, Tianjín es una de los tres grandes centros operísticos de China, junto a Pekín y Shanghai. De hecho, el teatro al que fuimos es una maravilla, un teatro de principios del siglo XX, todo de madera y perfectamente conservado (  además de sala de espectáculos es también un museo dedicado a la ópera, muy interesante para visitar).



El espectáculo que fuimos a ver era una pieza de una ópera muy conocida que se titula “La canción de la pena sin fin”. Me encantó. Lo que más me llamó la atención fue el vestuario, realmente espectacular, al igual que el maquillaje. Aunque en general todo me resultó llamativo, la música, compuesta por instrumentos tradicionales chinos; la manera en la que se mueven los actores, sus gestos y movimientos de ojos.... Merece la pena.



La obra cuenta una de las historias de amor más famosas de la literatura china,  la del emperador Xuan Zong y la concubina Yang Gui Fei, recogida en el poema de Bai Juyi (772-846).

Xuan Zong ascendió al trono en el 712, en pleno apogeo de la dinastía Tang. De joven fue un gobernante activo y decidido, pero parece ser que se enamoró locamente de unas de sus concubinas, la hermosa Yang Gui Fei, 34 años más jóvenes. Este amor hizo que el emperador fuese descuidando sus tareas de gobierno llegando incluso a delegarlas en manos de familiares de Yang Gui Fei. Todo ello generó una enorme crisis y en 755 estalló una revuelta, encabezada por uno de los mejores generales de la dinastía. 


El emperador y su concubina se vieron obligados a huir de la capital. En esta huida, las tropas que les acompañaban se amotinaron, hartos de la concubina y de sus familiares. El emperador se vio obligado a ordenar que ejecutaran a Yang Gui Fei para dar satisfacción a las tropas. La leyenda dice que realmente ella nunca murió sino que escapó a Japón, donde de hecho se puede visitar su tumba. Tremenda historia.

Como dato curioso, la pieza concreta que vimos relata el día que la concubina se emborracha esperando al emperador que nunca llega (no se sabe bien si por atender cuestiones de Estado o porque estaba con otra concubina, la cosa es que la deja plantada). 



El espectáculo es una especie de danza de la concubina bastante “achispada” después de haberse tomado una cuantas copitas que le va pidiendo a sus eunucos, con uno de los cuales incluso coquetea. Genial.


Por cierto, Yang Guifei está considerada una de las cuatro mujeres chinas más bellas de la antigüedad china, a las cuales dedicaré otro post.



Feliz semana!!





3 comentarios:

  1. Increíble , también opera!!!! El alcalde de Tianjin debería ofrecerte la llave de la ciudad....... Deseando leer el post de las 4 mujeres mas bellas. Besos bloguera

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    1. ja ja, Marta!! no estaría mal que me patrocinasen la página...

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