lunes, 28 de noviembre de 2016

Álbumes de fotos

Hace unos días fui a ver la exposición de Robert Doisneau, el famoso fotógrafo francés. Doisneau y Cartier-Bresson son mis fotógrafos favoritos.  Me maravillan sus obras y su capacidad para captar el instante preciso.

La exposición es preciosa. Completamente recomendable. Está en la Fundación Canal. Su título no podía ser más apropiado, “La belleza de lo cotidiano”.  En un total de 80 fotografías , Robert Doisneau trata de mostrar la vida no como era, sino tal y como le gustaría que fuera.  Es una obra llena de cotidianidad pero a la vez de magia.  Y tan genial como cada una de las fotografías son sus títulos, que te transportan rápidamente a la historia que cada una de ellas trata de reflejar.  Recomiendo no perdérsela.



Ver estas fotos tan bonitas me hizo pensar en que es una pena que estemos perdiendo la costumbre de revelar fotos y hacer álbumes. Yo lo he hecho toda la vida, pero reconozco que llevo sin hacerlo casi dos años y ponerme al día me parece ardua tarea, con la cantidad de fotos que tengo.

Recuerdo cuando hacíamos viajes e íbamos acumulando carretes. Lo primero que hacía, a la vuelta de mi viaje era llevarlos a revelar. Qué emoción. Esperaba ansiosa los 3 o 4 días que tardaban, guardaba con mimo el recibo en mi cartera y cuando por fín llegaba el momento de recogerlas, qué alegría, era cómo volver a vivir el viaje.  Mirabas y remirabas las fotos. Las enseñabas. Las pegabas en el corcho. Hacías copias. “ Voy a ver si tengo el negativo”. Una frase que ya no se usa. Negativos que siempre se perdían, por cierto. 

Siempre me ha encantado hacer álbumes de lo más elaborados. Junto a las fotos pego mapas, postales, posavasos… recuerdos del viaje. Hojear esos álbumes es casi casi como volver a viajar.  Tengo álbumes preciosos, que ahora me encanta ver con mis hijos. Algunos los compraba en Italia, en esas papelerías maravillosas de Roma o de Florencia y los guardaba para próximos viajes, impaciente por llenarlos cuanto antes.

Ahora tenemos miles de fotos, hasta tenemos varias de un mismo momento, donde lo único que varía es la cara de uno, la sonrisa de otro, unos ojos cerrados o una boca abierta. Pero no las revelamos. Las guardamos en el ordenador, en un CD o en un pendrive. De vez en cuando conectas el ordenador a la tele y las vemos, pero no es lo mismo. 

No es lo mismo que sentir un momento de nostalgia y coger aquel álbum de hace 20 años y hojearlo y volver a vivir un viaje, una fiesta, una Navidad, un verano o hasta toda una época. Acordarte de lo que te trajeron los Reyes Magos aquel año, de tus primeros viajes al extranjero, de tu noviete de los quince, de las fiestas de Nochevieja, de tu look de los 80, de tus poses en bikini, de personas que pasaron por tu vida, de muchas que ya no están, de los primeros años de tus hijos, de bodas, de bautizos, de primeras comuniones… Tu vida en álbumes, preparada siempre para ser recordada.

Mañana mismo me pongo manos a la obra. Prometido.

¡Feliz semana!

8 comentarios:

  1. Yo soy de los tuyos María y también llevo casi 3 años sin revelar. En cualquier caso, no he desistido. Esta Navidad me pongo al día. Un beso

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    1. Me pasa lo mismo Jorge!!! a ver si conseguimos ponernos al día!! gracias por tu comentario. besos

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  2. Reconozco que cada vez me cuesta más revelar....Y es una costumbre que no deberíamos perder....
    Bs
    https://stylettosbyana.blogspot.com.es

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  3. Igualita que tu, he dejado de revelar fotos y acumulo cientos de pens que confundo, almaceno y nunca veo. Una pena

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