Nuestra base estaba en Bastia, en el norte, la segunda ciudad más importante de la isla después de su capital, Ajaccio. Desde Bastia hemos recorrido una buena parte del norte de la isla. Recorrerla entera en una semana es tarea casi imposible porque es una isla grande y las carreteras son maravillosas pero muy complicadas. De hecho, la distancia allí se mide en tiempo en lugar de en kilómetros, teniendo en cuenta que puedes tardar casi horas en recorrer 50 kilómetros.
Bastia, fundada en el s. XIV por los genoveses, es una ciudad muy mediterránea, una ciudad alegre, con sus callejuelas bordeadas por altas casas de contraventanas pintadas. Una ciudad que recuerda más a Italia que a Francia, llena de encanto, con su vieux port, su ciudadela, la animada place de St. Nicolás, y sus preciosas iglesias.
Cap Corse es la zona más salvaje y abrupta de la isla. La carretera por la que recorres la costa, la D80, es un espectáculo, con vistas para quitar el hipo. Te dan ganas de parar el coche en cada recodo. Es un litoral escarpado con un agua azul turquesa. Un recorrido de pueblos, marinas y calas preciosas.
En Cap Corse hay pueblos tan encantadores como Erbalunga, un pequeño pueblo pesquero, con su lengua de casitas bañadas por el mar y su antigua torre genovesa en ruinas. Es además un pueblo muy animado para ir a comer o a cenar.
En la punta del Cap Corse está el molino Mattei, con una impresionante vista de 36o grados. Por cierto, este antiguo molino adorna las etiquetas de la bebida más famosa de la zona, el aperitivo Cap Corse Mattei.
En Cap Corse está también Nonza, un pueblo encaramado en la montaña con una playa negra impresionante a la que se accede por unos larguísimos escalones que bajas con mucho brío y subes con bastante menos!!!
Un poco mas abajo de Cap Corse está St.Florent, un sitio chic de veraneo de muchos parisinos. St Florent, con su ciudadela y su puerto, es un pueblo animado lleno de tiendas y restaurantes. Desde allí puedes coger un barco y llegar hasta las maravillosas playas de Saleccia o de Lotu, con su agua transparente y su arena blanca, al mas puro estilo caribeño. Una delicia.
En Saint-Florent comienza el Dessert des Agriates, que a pesar del nombre no es un desierto sino un paraje de colinas perfumadas por el olor del maquis y donde encuentras playas tan bonitas como la de Ostriconi o la de Catarelli, con un chiringuito estupendo para comer.
Muy cerca de estas playas pero en el interior está la Balagne, una zona en la que se encuentran algunos pueblos considerados entre los mas bonitos de Francia como Pigna o St Antonino, pueblos medievales colgados en la montaña, con callejuelas llenas de flores, tiendas de artesanos, y abuelos jugando a la petanca en cada plaza. Pueblos en los que el tiempo se ha detenido y en los que no te importaría perderte unos dias y que nadie te encontrara.
Otra excursión preciosa es la que hicimos a Porto, atravesando el centro de la isla, la Haute Corse, una región de altas montañas, de ríos, de lagos, de piscinas naturales, de bosques de pinos y hayas. Naturaleza en su estado más salvaje. Su capital es Corte, un pueblo situado a 450 metros de altitud, en lo alto de un promontorio de roca, entre el valle de Tavignanu y el valle de Restonica. La vista panorámica desde su ciudadela es realmente extraordinaria.
De Corte a Porto llegas por una carretera llena de curvas sinuosas y peligrosas en la que salen a tu paso cabras y cerdos. Atraviesa desfiladeros y gargantas rocosas y en algún momento hasta temes caer en el abismo, pero por fin llegas a Porto que te recibe con todo su esplendor.
El emplazamiento de Porto en el golfo del mismo nombre es ideal y hay mucho que visitar por la zona. Nosotros elegimos las Calanques de Piana, declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Las Calanques son enormes formaciones escarpadas de roca color anaranjado. Se pueden visitar por carretera o por mar. Nosotros las visitamos en barco y nos pareció impresionante. Son imponentes rocas, algunas de una altura de hasta 300 metros, con formas evocadoras y que van cambiando de color. Un baño en el agua cristalina y adentrarse en algunas de sus cuevas hacen de la excursión un plan perfecto.
Córcega es también tierra de vinos y de buen comer, como toda Francia. Hay muchas rutas de degustación de vinos, sobre todo en la zona de Patrimonio, muy cerca de Bastia. También hay embutidos y quesos deliciosos. El queso más famoso es el Brocciu, riquísimo. Por cierto, son deliciosos los “Friettli” , una especie de buñuelos rellenos de este queso, muy populares.
Nos hemos quedado con ganas de visitar el sur, maravilloso también (estuvimos hace 20 años y nos encantó). Así que en breve habrá que volver para rematar el recorrido completo de esta bellísima isla. Entre tanto... Hasta pronto Córcega!!!
Amiga Maria gracias por este ratito en Córcega que me ha encantado porque da gusto leerte ! Sabes bien de donde vengo hoy 😂 y esta escapadita imaginaria ha sido la bomba !!!! Ganas de verte. Bss
ResponderEliminarGracias querida kitiña!!! Cin amigas y seguidoras como tú da gusto!!! Ánimo con la vuelta!!! Besos
EliminarMaría eres una excelente guía turística, leyendo el relato de tu último viaje a esa fantástica isla de corsarios me entran unas ganas tremendas de coger un avión e irme allí para ver todas estos sitios que tan bién describes, pero me quedaré con las ganas y sobre todo con tu magnífico informe turístico de Córcega, un abrazo hija.
ResponderEliminarJaja papá!! Eres genial!! Me alegro de q te haya gustado. Seguro q te ha recordado a tu viaje a Cerdeña hace ya tantos años... un beso
EliminarQué maravilla de calitas y rincones tiene Córcega. Dan ganas de ir por lo menos 15 dias.
ResponderEliminarUn beso y me alegro por vosotros
Es maravilloso!!! Gracias Héctor!!! Un beso
EliminarMaría pero qué pasada este blog. Con qué detalle y cariño nos lo has
ResponderEliminarcontado. Córcega me ha parecidonjna isla maravillosa!!! Deseando ir. Siempre me pasa con tus viajes porque eres la mejor guia!...Muac
Jaja!!! Que mona eres!!! Me encanta que luego hagas mis viajes!!!.mil gracias!!. Beso
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