miércoles, 11 de abril de 2018

Son rumores, son rumores....


Llevo días dando vueltas al tema de la reputación. Qué difícil es construirla y qué fácil destruirla.

Me llama la atención, por ejemplo,  lo que está pasando con las ONG. La gran mayoría son estupendas, serias, comprometidas y cada vez más profesionales. Pero de repente surge un problema en una de ellas y la reputación de muchas se viene abajo. Que si no hay que fiarse, que si el dinero se pierde en el camino, que si no llega a sus destinatarios, que si todos iguales….

A los bancos les ha pasado lo mismo estos últimos años. Algunos lo hicieron fatal, está claro, pero de ahí a machacarlos a todos for ever and ever… no me parece justo! O a los políticos, muchos con enorme vocación de servicio público, pero con mala reputación por culpa de unos pocos...

Pero lo que más me da que pensar es la reputación individual, eso que ahora se llama la “marca personal”. Todos a lo largo de nuestra vida, con nuestros actos (y omisiones), vamos construyendo la imagen que proyectamos al mundo. 

Algunos lo hacen de manera inconsciente. Son los que actúan sin más, con espontaneidad, sin preocuparse de lo que los demás piensen de ellos.


Otros, sin embargo, construyen su propia marca personal con tesón y constancia. No dan puntada sin hilo, actúan siempre en función de su imagen, trabajan día a día para construirse una determinada reputación. Personalmente, este tipo de comportamientos me resultan un tanto estresantes. Ni te cuento en los casos en que esa imagen se construye sobre fundamentos poco sólidos. Porque vivir con el riesgo de que la gente te desenmascare y descubra que eres pura fachada debe resultar agotador.

También hay quien se forja una reputación, una fama y haga lo que haga no le afecta. Son los que tienen una marca personal a prueba de balazos. Son los menos, pero los hay. Conozco varios. 

Pero en cualquier caso lo que me asusta es lo fácil que desde fuera se puede derribar una imagen. Y más en el momento que vivimos, donde todo se difunde a la velocidad del rayo, sea cierto o sea falso. Es tan fácil extender un bulo..

Basta un mínimo de “alevosía” inicial. Alguien se inventa algo y lo empieza a contar, eso sí, añadiendo el  sello de “top secret”.  A partir de ahí, que tiemble el protagonista del bulo. No hay nada que hacer.  El mensaje se extiende como la pólvora. No se necesita ningún tipo de contraste, ninguna verificación sobre el origen. Es más, el origen, a medida que se extiende el bulo, cada vez parece más fidedigno: “ lo sé de buena tinta”, “me lo ha dicho una amiga  de su hermano”, “ lo sabe todo Madrid”, te dicen. 

Y si la cosa tiene cierto morbo, ya ni te cuento. La difusión se multiplica.  Y de repente,  así, como quien no quiere la cosa, te has cargado la reputación de alguien, y de paso, y en muchas ocasiones, puedes llevarte por delante matrimonios, familias, cargos… De un plumazo todo se viene abajo. Da terror pensarlo.

Me encanta el símil del que rompe una almohada, se sube al tejado, deja volar las plumas y luego pretende recogerlas. Es imposible. Pues lo mismo pasa con la reputación. Una vez destruida no hay quien la recomponga.

Así que.. échate la fama y acuéstate a dormir dice el refrán, aunque yo por si acaso dejaría un ojo bien abierto. Aunque... como diría Rafaella Carrá: " son rumores, son rumores..."!!

Feliz semana!


23 comentarios:

  1. Como la reputación de la Leti! A ver ahora cómo arregla el embolao!

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    1. Buff... y en el fondo ... por una tontería sacada de quicio y examinada hasta la saciedad. Cansino ya el tema.besos!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. La cuestión quizás es el no perder el norte, sobre quiénes y como somos, para no sobrepasar determinados limites y perder el respeto y prestigio personal...ea!

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    1. Auqnue... como diría etienne... donde está el norte??? Besos

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  4. El norte es ser valiente para saber quien eres...pero de verdad! Jajaja...Ea!

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  5. El ser humano...somos muy complejos, pero es lo que hay.

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  6. Sí, desde luego Maria en éste mundo en el qué vivimos exclavo de la imagen y el exhibicionismo continuo, hay qué tener bien estructurado tu psiquismo para limitar bien lo qué te afecta y seguir siendo uno mismo con todas sus consecuencias!!

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  7. Uy perdon puse exclavo quise poner esclavo!

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  8. Bonum es íntegra causa, mal un ex quocumque defectu. No se quien lo dijo pero lo creo.

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  9. Magnifica y certera reflexión María.Y los medios de comunicación juegan un papel fundamental;por eso hay que distinguir entre la opinión pública y la opinión publicada.
    No olvidemos el origen etimológico de la palabra "in"formación.
    Y respecto a las "manchas",y como reza el dicho,"...la mancha de mora con otra verde se quita..."
    Besos

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  10. Yo creo que hay que diferenciar los casos de personajes públicos de la mayoría anónima que tiene más fácil el lavado de la marca personal, no te parece?

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    1. Eso es cierto.. está claro que la repercusión y difusión de un bulo es mayor para el caso de personajes públicos pero.. todos tenemos una reputación que cuidar!! Beso Jaime!

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  11. Mi reputada Amiga siempre tan acertada !!!!!

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