Llevo días dando
vueltas al tema de la reputación. Qué difícil es construirla y qué fácil destruirla.
Me llama la
atención, por ejemplo, lo que está pasando con las ONG. La gran mayoría son
estupendas, serias, comprometidas y cada vez más profesionales. Pero de repente
surge un problema en una de ellas y la reputación de muchas se viene abajo. Que
si no hay que fiarse, que si el dinero se pierde en el camino, que si no llega
a sus destinatarios, que si todos iguales….
A los bancos les
ha pasado lo mismo estos últimos años. Algunos lo hicieron fatal, está claro, pero
de ahí a machacarlos a todos for ever and
ever… no me parece justo! O a los políticos, muchos con enorme vocación de servicio público, pero con mala reputación por culpa de unos pocos...
Pero lo que más
me da que pensar es la reputación individual, eso que ahora se llama la “marca
personal”. Todos a lo largo de nuestra vida, con nuestros actos (y omisiones), vamos
construyendo la imagen que proyectamos
al mundo.
Algunos lo hacen de manera inconsciente. Son los que actúan sin más, con
espontaneidad, sin preocuparse de lo que los demás piensen de ellos.
Otros, sin
embargo, construyen su propia marca personal con tesón y constancia. No dan puntada sin hilo, actúan siempre en función de su imagen, trabajan día a día para construirse una determinada reputación. Personalmente,
este tipo de comportamientos me resultan un tanto estresantes. Ni te cuento en
los casos en que esa imagen se construye sobre fundamentos poco sólidos. Porque
vivir con el riesgo de que la gente te desenmascare y descubra que eres pura
fachada debe resultar agotador.
También hay quien se forja una reputación, una
fama y haga lo que haga no le afecta. Son los que tienen una marca personal
a prueba de balazos. Son los menos, pero los hay. Conozco varios.
Pero en cualquier
caso lo que me asusta es lo fácil que desde fuera se puede derribar una imagen.
Y más en el momento que vivimos, donde todo se difunde a la velocidad del rayo,
sea cierto o sea falso. Es tan fácil extender un bulo..
Basta un mínimo
de “alevosía” inicial. Alguien se inventa algo y lo empieza a contar, eso sí, añadiendo
el sello de “top secret”. A partir de ahí, que tiemble el protagonista
del bulo. No hay nada que hacer. El mensaje
se extiende como la pólvora. No se necesita ningún tipo de contraste, ninguna verificación
sobre el origen. Es más, el origen, a medida que se extiende el bulo, cada vez
parece más fidedigno: “ lo sé de buena tinta”, “me lo ha dicho una amiga de su hermano”, “ lo sabe todo Madrid”, te dicen.
Y si la cosa tiene cierto
morbo, ya ni te cuento. La difusión se
multiplica. Y de repente, así, como
quien no quiere la cosa, te has cargado la reputación de alguien, y de paso, y
en muchas ocasiones, puedes llevarte por delante matrimonios, familias, cargos…
De un plumazo todo se viene abajo. Da terror pensarlo.
Me encanta el
símil del que rompe una almohada, se sube al tejado, deja volar las plumas y
luego pretende recogerlas. Es imposible. Pues lo mismo pasa con la reputación. Una
vez destruida no hay quien la recomponga.
Así que.. échate la fama y acuéstate
a dormir dice el refrán, aunque yo por si acaso dejaría un ojo bien abierto. Aunque... como diría Rafaella Carrá: " son rumores, son rumores..."!!
Feliz semana!
Como la reputación de la Leti! A ver ahora cómo arregla el embolao!
ResponderEliminarBuff... y en el fondo ... por una tontería sacada de quicio y examinada hasta la saciedad. Cansino ya el tema.besos!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa cuestión quizás es el no perder el norte, sobre quiénes y como somos, para no sobrepasar determinados limites y perder el respeto y prestigio personal...ea!
ResponderEliminarAuqnue... como diría etienne... donde está el norte??? Besos
EliminarOle! Estoy de acuerdo 100%
ResponderEliminarGracias gladys!! Beso
EliminarEl norte es ser valiente para saber quien eres...pero de verdad! Jajaja...Ea!
ResponderEliminary atreverse a que los demás lo sepan jaja!!
EliminarEl ser humano...somos muy complejos, pero es lo que hay.
ResponderEliminarAsí es Anita! Beso
EliminarSí, desde luego Maria en éste mundo en el qué vivimos exclavo de la imagen y el exhibicionismo continuo, hay qué tener bien estructurado tu psiquismo para limitar bien lo qué te afecta y seguir siendo uno mismo con todas sus consecuencias!!
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo!! Besos piii
EliminarUy perdon puse exclavo quise poner esclavo!
ResponderEliminarson las prisas, son las prisas...
EliminarBonum es íntegra causa, mal un ex quocumque defectu. No se quien lo dijo pero lo creo.
ResponderEliminarGenial!! Jaja
EliminarMagnifica y certera reflexión María.Y los medios de comunicación juegan un papel fundamental;por eso hay que distinguir entre la opinión pública y la opinión publicada.
ResponderEliminarNo olvidemos el origen etimológico de la palabra "in"formación.
Y respecto a las "manchas",y como reza el dicho,"...la mancha de mora con otra verde se quita..."
Besos
Buen comentario Julián!!! Muchas gracias. Abrazo
EliminarYo creo que hay que diferenciar los casos de personajes públicos de la mayoría anónima que tiene más fácil el lavado de la marca personal, no te parece?
ResponderEliminarEso es cierto.. está claro que la repercusión y difusión de un bulo es mayor para el caso de personajes públicos pero.. todos tenemos una reputación que cuidar!! Beso Jaime!
EliminarMi reputada Amiga siempre tan acertada !!!!!
ResponderEliminarme parto contigo Kitiña!!!! Besos y gracias !!jaja
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