Seguro que habrá
quien me tilde de rancia pero esto del estilo “casual” que se está imponiendo
(exageradamente) en muchas empresas de un tiempo a esta parte me tiene
últimamente bastante asombrada.
Me parece
estupendo que los hombres puedan tener la opción de deshacerse de la corbata de
vez en cuando y sobre todo cuando aprietan estos calores. Me parece fenomenal
que el traje no sea la única etiqueta posible y que quepa la posibilidad
transmitir una imagen de profesionalidad y seriedad sin necesidad de llevar
corbata, incluso sin necesidad de llevar chaqueta (el hábito no hace al
monje).
Hasta aquí todo
perfecto. Pero… de ahí a ir a ir a trabajar, por ejemplo, con pantalones
vaqueros rotos, sinceramente no lo veo. Sobre todo si desempeñas
determinado puesto de responsabilidad y tienes cierta edad, por muy de
moda que estén los vaqueros rotos. Es como la que decide ir a trabajar en
pareo o en vestido playero porque está mucho más fresca. O lo que es peor
enseñando el tanga, o los tirantes del sujetador. Perdón, pero no lo considero
“apropiado”.
Hay quien
confunde el “casual Friday” con el “casual Saturday” o si me
apuras, directamente con el “casual camping”. Creo que hay
unos mínimos estándares, unas normas básicas que es importante no traspasar
porque entonces estamos perdidos.
En las películas puede que quede muy
bien eso de firmar contratos millonarios en pijama y zapatillas, hasta puede
que algunos países y en algunas empresas sea así (hay
empresas y países en sí mismos muy “casual”, se me ocurre Google o Australia,
por ejemplo) pero, de momento, en España y en empresas “de toda la vida”,
estaría bien intentar no perder las formas, por mucho que avancemos, nos
modernicemos, nos transformemos, nos flexibilicemos y nos digitalicemos.
El otro día mi
amiga Irene fue a tomar una copa al Ritz de Londres. Irene, puro glamour,
llevaba unas zapatillas Converse y cuál fue su sorpresa cuando en el Ritz le
dijeron que con Converse no podía entrar y le ofrecieron unos tacones.
Muchos lo criticarán pero a mí me parece genial. Por muy de moda que estén las
zapatillas de deporte y similares, hay sitios a los que no se puede ir en
zapatillas.
Esto me recuerda el día que Carolina de Mónaco, la más
chic entre las superchic, apareció en zapatillas de deporte, de Chanel, eso
sí, en el mismísimo Baile de la Rosa de Mónaco. Pero ella tenía excusa.
La acaban de operar de la rodilla y además de zapatillas llevaba bastón. Nada
que objetar. También es verdad que cuando eres chic, superchic, da igual lo que te pongas, porque todo te queda bien. Pero eso solo
les pasa a muy pocos. El resto de los mortales hay determinadas cosas que no
podemos permitirnos.
Me encantó leer
el otro día una entrevista a la campeona de Wimbledon en la que decía que
su máximo capricho era un vestido de la diseñadora Stella McCartney, porque
quería quitarse el chándal. Lo entiendo. Contrasta absolutamente con los que
sin necesidad de llevar chándal porque ni juegan al tenis, ni corren, ni
hacen ningún deporte, lo llevan a todas horas. Lo siento, pero no se puede.
Sin
exageraciones, sin imposiciones y sin complejos, pero respetando unos
mínimos, por favor.
Como decía Coco
Chanel: “No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la
educación. No es la ropa, es la clase.”
Feliz semana!!
Me ha encantado Mary!! Ya sabes q mi Regiii dice q siempre vas súper elegante y yo pienso lo mismo!!! 😘😘😘
ResponderEliminarJa ja!!Gracias dr pollo!!besos
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuy bien María totalmente súper, yo estoy muy de acuerdo en todo lo que tú dices y me comenta tu madre que por supuesto también ella.
ResponderEliminarEs un momento muy delicado en la humanidad y en todas sus costumbres, nadie sabe donde van y pocos de donde vienen. Define la situación actual los pantalones rotos que supone confundir moda con estupidez.
Todo cambiará y las aguas siempre vuelven a sus cauces.
Besos y siempre enhorabuena.
A veces las aguas de desbordan...
EliminarGracias papá!! Besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarAl trabajo hay que ir como hay que ir, con un traje perfecto, y lo más importante, con una corbata y un buen par de zapatos acorde con el traje. El rollo "casual"...solo unos pocos saben y pueden llevarlo.
ResponderEliminarTienes toda la razón y por el comentario.... intuyo quién eres1!!!Ja ja.besos
Eliminar👏👏👏👏👏
ResponderEliminarGracias Donovan!!besos
EliminarMuy de acuerdo con todo María....es una vergüenza, lo de los viernes no tiene nombre y como dice uno de tus seguidores, solo algunos entienden y saben llevar el "casual"....y ya puestos, cuando subes en el ascensor y miras los pies eso ya no tiene nombre!! ����
ResponderEliminarJa,Ja, eres genial Marie!!lo de los pies es capítulo aparte ja ja besos
ResponderEliminarEn las dependencias municipales a las que acudo para mi quehacer diario lamentablemente todo esta permitido, Puedes atender al interesado con escayolas, sin ellas y con las garras sobresaliendo de las que denominábamos Adidas "palahuer" o tambien llamadas jesucristo. incluso a los mas atrevidos se les permite,por eso de la caló, recortarse las mangas de la camisa cual mecanico que acaba de lavar los escapes del coche con el complemento de la carbonilla impregnada en la misma. Yo por mi parte ya tengo el modelito del verano, ire en bañador con tirantes pero con la manguera por fuera aunque igual eso no les resulte demasiado transgresor y es que con estos puercos ni el mas atrevido gana el premio a la indecencia
ResponderEliminarJa ja, tengo que ir un día a hacerte una visita Santi!!
EliminarOs aseguro qur la anecdota del Ritz es aboslutamente cierta y tengo que decir que me encantó el trato tan exquisito que me dieron y los pedazo tacones de charol negro que me dejaron, maravillosos. Me sentí como una princesa. Y desde luego el rollo casual mal entendido me espanta Maria. En el Banco alguna parece que va a la piscina! Bastante lamentable. Hay que ir apropiado en cada cinrcunstancia y situacion y esi es educacion! Un beso grande amiga!
ResponderEliminarOs aseguro qur la anecdota del Ritz es aboslutamente cierta y tengo que decir que me encantó el trato tan exquisito que me dieron y los pedazo tacones de charol negro que me dejaron, maravillosos. Me sentí como una princesa. Y desde luego el rollo casual mal entendido me espanta Maria. En el Banco alguna parece que va a la piscina! Bastante lamentable. Hay que ir apropiado en cada cinrcunstancia y situacion y esi es educacion! Un beso grande amiga!
ResponderEliminarMe parece genial ml del Ritz ja ja!!! En algún sitio Que yo sé también deberían prestar ropa adecuada a algunos!! Besos y gracias
EliminarDi que si María. Sólo falta q lleguen con las chanclas y la arena de playa por las pantorrillas.
ResponderEliminarDi que si María. Sólo falta q lleguen con las chanclas y la arena de playa por las pantorrillas.
ResponderEliminarJa ja.... porque no hay playa que si no.... !!
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