Este post va a ser poco elegante. Lo
sé. Pero no puedo dejar de hablaros de algo tan típico como los cuartos de baño
chinos.
Empezaremos por decir que muy pocos
restaurantes tienen baño, y si lo tienen, salvo los buenos restaurantes claro,
suele ser bastante “tremendo”. En muchos restaurantes cuando preguntas por el
baño te mandan fuera y te toca encontrarlo. Si estás en un sitio comercial,
aún, pero si estás en la calle y en pleno invierno, ponerte a buscar el baño es
toda una odisea.
Claro, que una vez que lo encuentras
(en Tianjin hay baños públicos por todos lados, debo reconocerlo) se te cae el
alma a los pies, al menos a mí, porque, salvo raras excepciones, olvídate de la
tradicional “taza”. Qué va!. Lo que te encuentras es esto.
Y por supuesto, nunca hay que olvidarse de llevar
un paquetito de Kleenex preparado.
Pero lo mejor es que las chinas
hacen pis con la puerta abierta. Es algo realmente sorprendente, al menos para
los occidentales. Eso sí, lo de la puerta abierta me ha permitido comprobar la
flexibilidad y agilidad de las chinas. Todas ellas, con independencia de la
edad, son capaces de ponerse de cuclillas con una facilidad pasmosa.
Impresionante.
Yo la verdad es que, desde que vivo
en China, he desarrollado una “capacidad de aguante” realmente increíble, todo
con tal de evitar ir al baño.
A otras sin embargo, no parece ocurrirleS lo
mismo. No hay más que comprobar la foto de esta señora que, ni corta ni
perezosa, decidió hacerlo en la calle.
Tal cual. Al menos podía haber pedido a
alguien que la tapara un poco, digo yo… ja, ja, ja!!!
Feliz semana!!
Si, acuérdate María que os contaba yo que cuando estudiaba la carrera en un colegio mayor hispano oriental (Chino),había que tener cuidado cuando ibas al servicio, porque siempre al abrir la puerta te encontrabas un chino encaramado en el trono en cuclillas y la respuesta inmediata ¡¡ cierra la puerta ¡¡ , chino guarro.
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