Siempre me atrajo la figura del último emperador
chino, PuYi. Imagino que desde que ví la famosa película de Bertolucci.
El año pasado, cuando estuvimos por primera vez en
Pekín y visitamos la Ciudad Prohibida y el Palacio de verano, ambos
espectaculares, aproveché para contarles a los niños la historia del Emperador
PuYi y debo decir que desde entonces ellos también sienten mucha curiosidad por
la vida de este personaje.
Así que me hizo mucha ilusión descubrir que PuYi
había vivido unos años en Tianjin. Por supuesto, no podíamos dejar de visitar la casa donde vivió después
de ser expulsado de la Ciudad Prohibida.
Es una casa muy bonita. Las guías dicen que de
estilo español. Me encantó la visita.
Puedes visitar los salones, las
habitaciones del Emperador, de la emperatriz y de la principal concubina, que
también acompaño a PuYi en su exilio en Tianjin. Incluso te ponen un vídeo muy
interesante con la vida del último emperador. Los niños estuvieron muy atentos.
PuYi pertenecía a la última dinastía china, la
dinastía Qing. Fue elegido Emperador con 2 años. Desde ese momento le separaron
de su familia y pasó a vivir en la Ciudad Prohibida, rodeado de guardias, eunucos
y otros sirvientes que lo trataban como si fuese un dios.
Con menos de 7 años
le forzaron a abdicar al ser instaurada la República en China. Tras abdicar, en
1912, PuYi siguió viviendo en la Ciudad Prohibida, completamente aislado del
mundo que le rodeaba, en una especie de jaula de oro.
Con 19 años le obligaron a abandonar completamente
la Ciudad Prohibida y fue cuando se instaló en Tianjin. Allí, según he leído,
vivió bastante bien, tenía dinero, séquito y llevaba un estilo de vida completamente occidental,
tratando de estrechar lazos con distintos países con la intención final de
volver a recuperar su “trono perdido”.
Sus deseos de volver a ser emperador coincidían con los deseos imperialistas de Japón, que acaba utilizando al Emperador de marioneta y le nombran Emperador de
Manchuria, provincia perteneciente a China y que fue invadida por Japón en 1934.
Esto supuso una enorme traición a China así que, al final de la Segunda Guerra
Mundial y con la derrota de Japón por la entonces URSS, PuYi es deportado a
Rusia donde pasa cinco años en prisión. De ahí le trasladan a otra prisión en
China, donde pasa otros tantos años de “rehabilitación”.
Finalmente, PuYi asume todas sus errores y faltas,
se arrepiente, pide perdón y por fin le permiten salir de prisión.
A partir de ese momento empieza a vivir como un
ciudadano más. Despojado completamente de todo las riquezas de las que había
sido dueño, PuYi terminó su vida trabajando como jardinero en el Jardín
Botánico de Pekín y como archivista en la Biblioteca Nacional hasta su muerte
en 1967.
Me parece una historia completamente fascinante. De
hecho, me estoy leyendo su autobiografía, muy recomendable, “De Emperador a
ciudadano”, que es el libro en el que está basada la película. Cuando lo acabe
tengo a la espera “ Mi marido el Emperador”, contado por la que fue su segunda
mujer, cuando Puyi ya no era Emperador sino ciudadano “de a pie”.
Feliz semana!!
Que historia tan bonita y triste, yo he visto la película, pero la última etapa del emperador no la conocía.
ResponderEliminarA los niños, me imagino, que todas estas historias les gustarán mucho.
Me ha encantado la historia! Tampoco conocía el final!
ResponderEliminarSiempre me ha dado pena el último emperador.... y me encanta su historia! por eso la quería compartir. me hizo mucha ilusión visitar su casa aquí en Tianjin.
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