lunes, 19 de junio de 2017

Falsa superioridad

Cada mañana, cuando llevo a mis hijos al colegio, coincido con una madre subida en un Porsche Cayenne. Se nota que lo de ir en un Cayenne “le pone”. Se siente poderosa y capaz de todo. Aparca donde le viene en gana, maniobra hacia adelante y hacia atrás sin ningún tipo de reparo. Un día de estos se lleva a un niño por delante y se queda tan pancha. Pero, claro, conduce un Porsche Cayenne y eso parece que la legitima para hacer cualquier cosa, la sitúa en un plano superior al resto de las pobres madres o padres que conducimos nuestros modestos “utilitarios” y a los que mira con cara de condescendencia. Insufrible.

Es curioso como determinadas posiciones o situaciones hacen a algunas personas sentirse superiores al resto, muy por encima, algo así como “elevados”.

Pasa desde la infancia. No hay más que pensar en el niño que reparte caramelos el día de su cumpleaños y que tiene la potestad de decidir a quién reparte y a quién no. O el niño dueño del balón antes de un partido de fútbol.

Pero sigue pasando con personas mucho más creciditas, que es peor. El ejemplo perfecto es el portero de discoteca. Si encima es una discoteca de moda, de ésas con cola en la puerta y el portero  está mazas y lleva pinganillo en la oreja, ya ni te cuento.  Se sienten como  dioses. Te miran como si te perdonaran la vida. De ellos depende que puedas entrar o que te quedes fuera. Son ellos los que juzgan si tu look es apropiado o no. Tu noche depende de él. Como le caigas mal, estás perdido y lo saben.

Otro típico ejemplo son las dependientas de tienda de lujo. En general, suelen resultar de lo más intimidantes.  



Entras en una tienda de lujo y te sientes observada de arriba abajo. Es como si estuvieran juzgando si realmente eres digna de entrar en aquel templo del lujo. De repente piensas, ¿por qué no me habrá arreglado más? como si las apariencias no engañaran…  En esos momentos, hayas entrado para comprar o solo para cotillear, no hay que venirse abajo. Hay que entrar con decisión y pisar fuerte la alfombra roja. Después de todo, la clienta eres tú.

Por no hablar de algunos funcionarios (no todos por supuesto, que los hay estupendos y eficientes).  

Me refiero a la típica situación en la que necesitas un papel urgente y acudes al organismo público de turno.  El funcionario que te atiende te ignora porque está en medio de una conversación con su amiga mucho más interesante que lo que tú vas a contarle. Cuando por fin se digna a escucharte te mira con cara de “veré, cuando puedo ocuparme, ahora estoy realmente liado, como puede observar”, A ti no te queda otra que poner cara de buena porque realmente sabes que estás en su mano y que si le caes mal tu solicitud puede pasar al fondo del taco de solicitudes que adornan la mesa. Así que sonríes y muestras tu cara más adorable y paciente. Estás en sus manos.

Tremendos son también, en otro orden de cosas, los futbolistas cuando dan una rueda de prensa.  No digo yo que en algún que otro aspecto un futbolista de primera no sea superior al resto de los mortales, pero... de ahí a dar ruedas de prensa en las que parecen presidentes de gobierno... Me resulta excesivo!

Hay muchos más casos. Estamos rodeados de seres superiores que en realidad no lo son. No hay más que abrir las revistas de moda o ver los programas de televisión para darse cuenta de varios ejemplos, pero eso da para otro post…

Feliz semana!!


14 comentarios:

  1. Genial Mariona,muy acertada como siempre!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A cambio tienes gente como el padre Ángel y más como él que son admirables a los otros mejor ignorarlos

      Eliminar
    2. Por supuesto! De buena gente tambien anda lleno el mundo,afortunadamente! Beso Nori!

      Eliminar
  2. Muy de acuerdo Mary ! Rozale el Porsche ! Jajjaja

    ResponderEliminar
  3. Miedo me da! Aunque cuando se baja del coche. .. pierde la fuerza seguro! !! Beso kitiña

    ResponderEliminar
  4. Que razon tienes,no te fies nunca de las apariencias hay mucho macarra por ahí. Que gracia, alguien me dijo una vez, que a las tiendas de lujo,hay que entrar aunque solo sea para educar el gusto, con perdon por las dependientas que se aburren mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja, ja.. la gente suele cortarse y no entra. Pero las hay espectaculares!

      Eliminar
  5. Grandes verdades María. Poderosisimos también los dentitas con sus inyecciones de metal, sus aspira-babas y sus ruidosos tornos Todo muy mad máx para tenerte bien acojonado... bs

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. JA JA cOLOMBÁS! Se nota que visitaste el dentista ayer!!! peró sí, estoy de acuerdo, ahí sí que estás en sus manos!!

      Eliminar