Me encanta pensar en la cantidad de lugares imaginarios que pueblan nuestro lenguaje. Muchos de ellos me resultan tremendamente evocadores y me entran muchas ganas de visitarlos.
Uno de ellos es Babia. Desde que era pequeña me pregunto si algún día despertaré de verdad alli. Conozco a cantidad de gente que ha estado. Algunos pasan largas temporadas. No hay quién les haga volver. Otros van y vienen con una facilidad pasmosa. Otros en cambio nunca jamás lo han visitado. Yo me imagino Babia como un lugar muy bucólico, muy verde y frondoso, con árboles colgantes, murallas y grandes arcos. Parece ser que lo asocio con Babilonia o algo así. Pensar que estoy en Babia me provoca a la vez sensación de paz, de tranquilidad. Debe ser maravilloso poder desplazarte a Babia cuando te plazca. Una especie de superpoder infravalorado.
Evocadora me resulta también la Conchinchina. La Conchinchina debe estar muy muy lejos. Un lugar muy exótico. De esos que llegas y ya te quieres quedar. Hace mucho que no la oigo mencionar pero recuerdo que de pequeña mi madre se iba hasta la Conchinchina a comprar algunas cosas e incluso algunas amigas mías vivían en la Conchinchina. Años más tarde me decepcionó mucho descubrir que para mi madre, que no conducía, la Conchinchina podía ser cualquier cosa más allá de Moncloa.
Los Cerros de Úbeda tampoco deben estar mal pero, a bote pronto, me parecen más dificil de alcanzar. Lo de irse por los Cerros de Úbeda siempre me parece un poco lioso, debe costar llegar. Seguramente hay hasta que escalar. Me apetece menos ese viaje. Seguro que me pierdo. Esos cerros deben estar llenos de gente perdida dando vueltas sin parar. Me da miedo llegar no vaya a ser que luego ya no pueda regresar.
El quinto pino también debe tener su gracia. Supongo que estará en un pinar y que con lo famoso que es estará ya de lo más señalizado. No creo que deba ser dificil de encontrar. Quiza hasta cobren entrada por visitarlo. Me pregunto quién lo descubriría y qué distancia tan atroz lo separará del anodino cuarto pino.
Sea donde sea, creo que es maravilloso tener un sitio en el que evadirse cuando hace falta. Un sitio en el que ni los que están contigo pueden encontrarte, un dominio propio, en el que dejar reposar los pensamientos que no salen a la luz. Un lugar de sosiego, de quietud, hasta de ensimismamiento, que no requiera atención, en el que te puedas dejar llevar. Si me pierdo, no me busqueis. Quizá esté en Babia.
Feliz semana!
Esto es como lo de la idea de “montar un chiringuito en la playa “.. Yo me la imagino tipo maldivas... bada de lo que estamos acostumbrados a ver! Sin gente ni ruido ni música estruendosa sino un sitio bonito como para uno solo... pero en la playa
ResponderEliminarJaja!!! Qbueno!! Suena idílico eso sí....
Eliminar🤣 🤣 MARY, A mi me encanta estar en la parra, la expresión, y el estadio, es qué se debe estar muy bien allí en una parrita rodeado de uvas, mirando al cielo.... Jjajajjajajja me encantaaaa. Yo de vez en cuando me subo a mi parra y veo el mundo pasar!!!
ResponderEliminarQué bueno Pilar!!! En la parra se está de lujo!! Mientras no te caigas del guindo!!! Jaja
EliminarMe hiciste reir muchísimo Maria. A mi La expresión del quinto pino me encanta es muy española. Un abrazo
ResponderEliminarJaja!!! A veces solo capaces de visitarlo con los motivos más insospechados querida Connie!!!
Eliminar����������������Eso es lo que que queremos todas: una habitación propia como Virginia Wolf
ResponderEliminarCierto Alicia!!! O al menos un viajecito a babia con todos los gastos pagados!!!
EliminarVete a Babia, te lo recomiendo....
ResponderEliminarMe encanta el temazo de hoy.
Hay otros lugares como “a tomar vientos” “quién sabe dónde” o “allende los mares”
Siempre fuera del alcance de uno mismo ������
Feliz noche María! ������
Es verdad María Jesús!!! Allende los mares es muy evocador también!!!! Como londe hacer las américas!! Cosa de aventureros!! Besos guapa
ResponderEliminartengo suerte de tener una tía taaaan guay , taaan especial y tan genial y encima q escriba taaan bien
ResponderEliminarTú sí que eres genial Paula!!!!
EliminarMaría, Babia existe y es muy verde( en verano, en invierno caen grandes nevadas), pero montañoso. Está entre León y Asturias, a la entrada del Parque Natural de Somiedo. Alfonso XIII cazaba mucho allí y era imposible localizarle por lo aislado que está y lo abrupto del terreno, por eso estar en Babia se convirtió en estar ausente o evadido, distraído de tus obligaciones.
ResponderEliminarEs una preciosidad de sitio, aún muy salvaje y auténtico, pero me temo que sin lianas ni arcos. ¡Puedes ir a Babia cuando quieras!
Pues tendré que ir!!!! Aunque tb me gusta quedarme en mi Babia particular, donde es más difícil que alguien me encuentre!!! Te diré que donde sí he estado es en la Conchinchina!! Que ilusión me hizo!! Gracias Myriam!! Un beso
EliminarMuy bien Yo fui de vacaciones a Pernanbuco en Brasil y paso mucho por Quintanapalla en Burgos. Y mi hermano fue medico de Villadiego
ResponderEliminarO sea que para ti de imaginarios nada!! Reales como la vida misma!!
EliminarOtra buena opción son las Chimbambas... que está mas o menos por donde el viento da la vuelta...
ResponderEliminarJaja!!!! Donde el viento da la vuelta debe ser un sitio terriblemente agitado!!! Ahí no voy!!! Las chimbambas no eran las conchibambas?? O mezclo ya lugares y nombres??? Uy qué lio!!! Jaja
EliminarOye y en la Luna de Valencia. Qué preciosidad!!!!
ResponderEliminarJaja!!! Si!! Y me.pregunto Valencia acaso tiene luna propia?? Me pido una para Madrid!!!
EliminarY ni te cuento vete a freír espárragos jjajajja aja qué divertido tu aliii con tu sartencilla!!!
ResponderEliminarJaja!! Vuelta y vuelta!!!
EliminarEl quinto pino debe de tener la corteza del tronco suave y brillante ya de la cantidad de gente que la habrá tocado para hacerse un selfie...
ResponderEliminarJaja. Genial!! Tienes toda la razón Soñadora!!!!
EliminarAy amiga!!! Me he reído mucho jaja. Me traen muchos recuerdos esas expresiones!!! Bs
ResponderEliminarJaja romerales!!! Lo de la Conchinchina antes se decía mucho!!! Besos amiga!!
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