La semana pasada, en la sala de espera del médico, me sorprendió que la enfermera, cada vez que llamaba a un paciente, solo dijera el nombre, sin apellido. Así, en una sala de espera rebosante, cada vez que se anunciaba un nombre "de pila" se levantaban tres o cuatro personas de nombre coincidente, de las cuales, todas menos una se volvían a sentar porque no era a ellas a quien llamaban.
Una señora, después de levantarse tres veces y tener que volver a sentarse otras tantas, protestó enérgicamente. ¿Y cuál fue la respuesta?? Que por protección de datos no se podía decir en alto el nombre y el apellido. Lo entendería si el nombre fuese acompañado de algún tipo de detalle. Logicamente atentaría contra la intimidad que el enfermero dijese " le toca a Margarita Pérez aquejada de hemorroides" Pero lo otro me parece un excesivo celo. Y por cierto, que se compren un máquina de números y así lo solucionan.
Hoy en día en una entrevista de trabajo nadie puede preguntarte tu género, tu religión, tu edad o tu estado civil porque son datos de la esfera privada. Sin embargo, la gente publica sin pudor su vida en las redes. Si lo que se lleva es airear a los cuatro vientos cada momento vital, ¿a cuento de qué viene luego ofenderse porque te preguntan la edad? ¿O es que de lo que se trata es de evitar que haya prejuicios basados en estos datos? Ya me pierdo.
En los contratos nos meten larguísimas cláusulas de protección de datos, por teléfono te someten a tortura haciéndote escuchar interminables políticas de datos personales y luego, sin embargo, vas a una comisaría a poner una denuncia y te enteres con pelos y señales de lo que le ha pasado al resto de denunciantes. Cero intimidad. No lo entiendo.
Tampoco entiendo que te llamen a todas horas para ofrecerte productos y servicios que nunca necesitas. ¿De dónde han sacado mis datos? Aunque si tenemos en cuenta que nos pasamos el día aceptando cookies no me extraña que hayamos cedido, no sólo nuestros datos, sino también nuestra alma. Dicen que se soluciona pidiendo entrar en la famosa "lista de Robinson" que suena como a club selecto pero que me temo que debe ser como "la niña de la curva", una leyenda urbana.
Internet lo sabe todo de tí, tu teléfono te espía, adivina tus pensamientos, tus deseos o intenciones antes de que incluso los verbalices. Da miedo. Vamos dejando nuestro rastro digital por todos lados. La red, como si de un ente poderoso se tratara, conoce perfectamente lo que haces, lo que ganas, lo que compras y dónde lo compras, tus viajes, tus aficiones, tus caprichos y hasta tus pecados.
Pocas personas a partir de una determinada edad son anónimas. Sorprende cuando metes en Google el nombre de alguien supuestamente anónimo y descubres que no lo es.
En este mundo digitalizado, dominado por los algoritmos y la inteligencia artificial, se ha perdido algo a lo que nunca dimos la suficiente importancia, el anonimato. Y el anonimato, como la reputación, una vez que se pierde, nunca se vuelve a recuperar.
Recuerdo que cuando era pequeña pensaba que 'Anónimo" era el nombre de un autor. Hoy se que Anónimo es una especie en extinción.
Feliz semana!
El otro dia justo hablaba con un amigo sobre este tema. Mientras nos la cogemos con papel de fumar con la ley de proteccion de datos, nos parece bien que nos llamen de la compañia no se que para ofrecernos un cambio de tarifa. Oiga, como sabe usted mi telefono, si yo nunca he sido cliente suyo?
ResponderEliminarAsí es!
EliminarMuy bueno, aunque me temo que con las nuevas tecnologías de IA, la cosa se va a complicar mucho más!!!
ResponderEliminarBuf..... Gracias!
EliminarJajaja me parto con lo de la consulta del médico !! Buena reflexión 🥰🥰🥰
ResponderEliminarJaja muchas gracias!
EliminarLa red más que red es una tela de araña venenosa que nos atrapa en su pegajosa tela sin enterarnos,.a ver quién es el guapo que se quita de ahí
ResponderEliminarMagnífica reflexión que comparto de principio a fin.
EliminarDa miedo!
EliminarEs cierto, María… tantos miramientos con la ley de protección de datos y después Internet sabe absolutamente de nosotros(y eso que yo nunca acepto las cookies jejeje, casi nunca😂)
ResponderEliminarFantástica reflexión y muy de actualidad. Por un lado nos pretenden hacer creer que estamos protegidos frente a la privacidad de nuestros datos con una manida ley, pero la realidad demuestra que con la excusa de "nuestra seguridad" la figura del anonimato paso a formar parte del museo antropológoico.
ResponderEliminarEso parece... cada vez quedan menos anónimos!
EliminarY en el caso de la banca, le obligan a ceder datos cuando otros como Amazon! no tienen esa obligación
ResponderEliminarMuchas empresas saben TODO de nosotros!
EliminarMiy bueno. Es todo una contradicción. Yo estoy muy confusa. No tengo ni foto en le wassap como ves
ResponderEliminarToda la razón María. Lo de la consulta del
ResponderEliminarMédico es una de esas situaciones ridículas de nuestros tiempos. En efecto no solo tienen nuestros datos sino que comercian con ellos a nuestras espaldas. Eso es lo grave
Así es... amparados bajo la supuesta protección todos se hacen los buenos... jaja
EliminarGracias María!, ahora desde abril tendremos otro gran momento de la protección de datos . Las bajas por regla!! Besos Marta
ResponderEliminarJaja. Lo q nos faltaba!!!
EliminarSólo los animales carecen de apellido.
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