lunes, 10 de febrero de 2025

De Internet y de gatos

El nivel de desconfianza de Internet hacia mi persona ha alcanzado cotas insospechadas. 

Lo último que Internet me ha obligado a hacer para verificar mi identidad ha sido reconocer entre tres audios distintos cuál era el maullido de un gato. He tenido que escuchar los tres sonidos varias veces porque todos me parecían gatos. 

El primero de ellos era el sonido de un gato cortejando a una gata, un gato elegante rondando a una coqueta gatita. El segundo era una pobre gata pariendo, un maullido quejicoso y lastimero. Y el tercero, un gato afónico, y seguramente francés, porque en vez de maullar diciendo MIAUUUU como hacen nuestros gatos patrios de toda la vida, éste decía MIOOOOOO, pero era un gato igualmente, salvo que a los gatos franceses la IA les considere “chats” y no cuenten a estos efectos. La cosa es que he tenido que repetir el ejercicio varias veces porque la prueba no me dejaba elegir las 3 opciones. Me ha recordado a los test psicotécnicos del colegio, esos en los que había que seguir una secuencia geométrica y que eran imposibles de contestar para las que apenas tenemos visión de espacio. 

Al final se me ha bloqueado la cuenta. He tenido que llamar al servicio de atención al cliente, escanear un QR, mandar mi DNI, hacerme una foto por delante, por detrás, y de ambos perfiles, como en la cárcel y poner la huella del dedo gordo del pie. Sólo me ha faltado escupir para que puedan comprobar mi ADN. 

Me pregunto si todo esto se lo harán a todos o sólo a mí por algún motivo especial. Mi autoestima comienza a verse afectada. Empiezo a pensar que Internet tiene algo contra mí. ¿Tendrá Internet la capacidad de coger manía a un pobre usuario? Creo que no le doy tanta guerra. Soy buena, siempre acepto las cookies. ¿O quizá será precisamente eso?. Quizá Internet sabe tanto de mí que conoce mis puntos débiles y los aprovecha para atacarme. Pero entonces, ¿ por qué habrá elegido un gato en lugar de un perro si yo soy más de perros? Mi cabeza no para de dar vueltas. En fin, que he perdido la mañana por culpa de Internet y aún sigo con la cuenta bloqueada. 

Despropósitos de la era digital.

¡Feliz semana!