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Mostrando entradas de 2025

Nada raro

A veces noto que alguien me mira raro. Pero son  momentos excepcionales. O quizá es sólo mi imaginación. Visto como ellos, ando como ellos, hablo como ellos. Pestañeo, bostezo y guiño los ojos.  Vivo solo en un apartamento en el centro de la ciudad. Cada mañana madrugo, salgo a correr y voy a trabajar. Mis compañeros no saben mi realidad y me alegro. Me tratan como uno más. Sólo evito las horas del café y la comida. Porque yo no como, ni desayuno, ni ceno. Mi cuerpo no puede ingerir ningún alimento o colapsaría. Me gusta pasar desapercibido. Evito los grupos que conversan demasiado rápido y que hablan a la vez, porque las palabras me llegan con solapamientos y me dejan sin margen para reaccionar. Creo que nadie nota que, cuando me río, lo hago un poco después de que algo gracioso ha ocurrido. Es un desfase minúsculo. A veces me detengo frente a un escaparate y observo mi reflejo intentando reconocer las diferencias. Una línea demasiado recta en la mandíbula, un parpadeo demasi...

Lo que cala

Mucho se habla de la formación que necesitan los jóvenes, tanto la académica como la que tiene que ver con habilidades cada vez más demandadas como el pensamiento crítico o la creatividad. Sin embargo, poco se señala otra enseñanza, mucho más silenciosa pero que reciben a diario y cala profundamente: la del ejemplo Vivimos en un entorno donde cada vez se transmite más el “todo vale”, y si los demás lo hacen, no hay motivo para actuar distinto. La corrupción, la falta de coherencia, la indiferencia o incluso desprecio al bien común parecen haberse normalizado hasta el punto de que ya no sorprenden.  Me preocupa esta normalización, porque seguramente pesa mucho más que cualquier clase magistral. Porque los jóvenes aprenden de lo que ven y también de lo que respiramos como sociedad. Quizá  nuestra mayor responsabilidad, como padres, como educadores, pero también como personas de relevancia pública, como políticos, como empresarios… sea la de encarnar valores. Recordar que cada ge...

Carpas domingueras

Como dice mi amiga Marta, experta en RRHH, poco se habla de la capacidad de liderazgo, el trabajo en equipo y el propósito común que supone montar una carpa dominguera en una playa del sur de España. El tema merece ser objeto de estudio en una escuela de negocios de prestigio  internacional. El éxito de cualquier carpa playera dominguera depende de muchos ingredientes sabiamente combinados, pero sin duda, requiere, ante todo, de un líder nato. Un líder capaz de aunar voluntades, coordinar equipos y distribuir eficazmente las tareas. Un líder con visión estratégica y enormes dotes de paciencia. Un líder que inspire con el ejemplo y motive sin tregua al equipo. Porque la inspiración y la motivación no pueden faltar nunca en tan ardua tarea. De lo contrario, es imposible de realizar.  Levantar semejante imperio bajo el sol y a una temperatura media de 30 grados precisa una enorme energía y una escrupulosa organización, sin olvidar un inmovilizado material digno de cualquier empre...

Siesta, tentación veraniega

Tengo una enemiga íntima.   Me acecha cada día, más o menos a la misma hora.  Aparece sin avisar, con esa mezcla de dulzura y amenaza que tienen a menudo las cosas inevitables.  Me mira desde el sofá, me susurra desde la cama.  Tiene voz de nana y es manipuladora.  Yo siempre me resisto.   Porque tengo cosas que hacer. Porque, con las vacaciones recién comenzadas, aún arrastro el ritmo productivo del año y esa absurda necesidad de tachar tareas. Porque pienso que si me duermo, pierdo la tarde. Pero ella es paciente y me conoce bien.  Me promete que sólo cerraré los ojos “un momentito”. Y es así como me tienta, zalamera.  Ay siesta, qué bien me conoces, le digo yo. Ay siesta, que placer, qué tentación, qué costumbre tan nuestra, como esas señoras mayores en los pueblos, sentadas en sus sillas a la puerta de sus casas contemplando la calle. Qué estampa tan española. Imagino que en otros países también dormirán la siesta. Pero lo cierto es ...

Por narices

Hoy, andando por la calle, me he cruzado con una nariz.   Sí, una nariz. Una nariz imponente. Curvada. Decidida. Una nariz que habría ganado al mismisimo Cyrano de Bergerac.  Me he quedado mirándola, o más bien admirándola y he pensado: ¡qué maravilla! Siempre me han fascinado las narices. Son la parte más honesta de una cara. No disimulan. No se esconden. Presiden orgullosas el rostro. Están ahí, en el centro, liderando. De pequeña, jugaba a un juego que consistía en ponerle ojos, boca y nariz a una patata. Yo siempre empezaba por la nariz. Era mi parte favorita. La patata sin nariz parecía incompleta, sin carácter. Pero con una buena nariz, era todo un personaje. Recuerdo que hace unos años  coincidí en una panadería con una nariz. Estaba justo enfrente, con una barra de pan integral. No podía dejar de mirarla. Era soberbia. Altiva, prepotente. Todo aquel que la miraba se cohibía. Agradecí no estar casada con ella. Convivir con semejante  nariz no debe ser fác...

Errores freudianos

Escribo deprisa.  En general, como todos, voy por la vida demasiado deprisa. Supongo que es un signo de nuestro tiempo. Pero las prisas no son buenas. Las prisas son traicioneras. Escribir deprisa es peligroso porque a menudo dices cosas que no querías decir, y menos, dejar por escrito. Y no hablo sólo de cosas que nunca se deberían decir por escrito por inapropiadas, inadecuadas o inoportunas, sino también de errores fruto de esta aceleración cotidiana que nos invade. Supongo que no soy la única a la que le pasa. De hecho, a menudo recibo mensajes de personas más que formadas ( académicamente me refiero) con errores ortográficos garrafales. Quiero atribuirlo a las prisas porque, de lo contario, no tiene perdón.  Pero en mi caso, los errores son de otro tipo. Una vez, por ejemplo, escribí en un informe “Conejo de Administración” en lugar de Consejo. Lo peor es que además utilicé una herramienta predictiva de Word que replicó la palabra Conejo en cada lugar del Informe en el qu...

¿ La realidad supera la ficción?

 Madrid, 2085. - Tío ¿sabes que hoy he estado hablando mucho con mi abuela? -¿Presencialmente? - No, bro. No te pases. ¿Tú sabías que nuestros abuelos pensaban? -¿Cómo que "pensaban"? ¿ellos? ¿Sin un modelo de asistencia cognitiva?   -Sí. Usaban su cerebro. Todo el día. Para tomar decisiones, hacer cálculos, recordar cosas… Incluso para elegir entre dos tipos de leche.   -Pobre gente. Sin filtros, sin predicciones… todo a pelo. Qué fuerte. -Y aprendían idiomas.  -¿Cómo que aprendían?   - Tal cual, repetían verbos,memorizaban palabras.... No lo entiendo bien. - No me lo creo. - ¿Y qué me dices del transporte? ¡Conducían coches! Y usaban manos, ojos y nervios.   -¿Pero no les daba ansiedad tener que mirar la carretera?   -Claro que sí. Por eso, se insultaban entre ellos cuando lo hacían. -Uf. Me da vértigo solo pensarlo. -¿Y sabes que "iban al cine"?   -¿A ver una sola peli?  -¡Sí! Y se quedaban sentados, callados,...

Mujeres gato

Hace poco, en una cena, un amigo me dijo al oído. "No me fío de las mujeres gato. Cada vez que una de ellas me mira con esos ojos tensados y ese labio inmóvil me entra la duda de si querrá saludarme o cazarme." Me entró la risa, pero le entendí perfectamente y me alegró que alguien, por fin, sacase a la luz este tema, inquietante. Las mujeres gato están por todas partes. Cejas en pico. Ojos abiertos como faros. Labios que parecen recién inflados, como las ruedas de una bici. Hablan poco, miran mucho. No ronronean, pero casi. Deslizan las palabras. Seductoras, te acarician con la voz.   Los gatos son listos. No se apegan.  No obedecen. Observan.  Se van cuando quieren.  Vuelven sólo si les conviene.  Y cuando atacan, no avisan. Ellas también.  No se despeinan.  No se comprometen.  No se arrugan (literalmente). Van por la vida como si fueran de mármol. Son guapas. Pero dan miedo. No sabes si son de carne y hueso o de botox y ácido hialurónico. ...

Ángulos muertos

Ayer, un comercial de un concesionario nos explicaba las ventajas de un nuevo modelo de coche. Casi todo me sonaba a chino y desconecté, confiando en que mi marido, diligentemente, se estuviese enterando de todo. Pero en un momento dado, el comercial captó mi atención. Fue cuando comentó que el modelo de coche en cuestión iba dotado del más inteligente detector de ángulos muertos.  Los ángulos muertos siempre me han dado miedo. Son algo así como los agujeros negros o el triángulo de las Bermudas. Espacios llenos de misterio. La vida está llena de ángulos muertos. En ellos residen agazapadas circunstancias cercanas de las que no somos conscientes. Circunstancias que nos rodean sin hacer ruido, que caminan a nuestro lado, rozan nuestra vida, pero no las vemos.   Los ángulos muertos son rincones donde no llega la vista, ni la intuición.  Porque la vida guarda secretos que de repente emergen, como curvas en una carretera oscura. Y un día, algo salta desde un ángulo ciego...

El apagón

Desde la pandemia, no podemos negar que la realidad muy a menudo supera la ficción y pasan cosas tan inesperadas como la Filomena, la Dana, y ahora el apagón de dos países enteros.  Ante la falta de explicaciones oficiales, mi cabeza no para de dar vueltas a sus posibles causas. Y lo cierto es que se me ocurren muchas. Cualquiera de ellas podría ser una hipótesis más que razonable. Lo primero que a todos nos ha venido a la cabeza es un ciberataque. Tiene su lógica. Los ciberataques están al orden del día.  Pero... ¿un ciberataque de quién? ¿De Rusia? ¿Con qué objetivo? Putin, sin duda, es capaz de cualquier cosa y, tal y como está la geopoĺítica actual, no resultaría sorprendente. Pero  pensar en un ataque tan sofisticado, sincronizado y masivo da miedo, mucho miedo, así que prefiero desviar  mi cabeza hacia causas más "rocambolescas".  Hay quien habla de un fenómeno atmosférico raro. Esta posible causa me resulta poco creíble, a priori.  No hacía mucho frí...

Cinco meses después

Pasear por Catarroja y Paiporta, 5 meses después de aquella terrible noche del 29 de octubre, es aún desolador. Lo hemos visto mil veces en el telediario. Nos hemos estremecido y emocionado, pero me pregunto si no lo habremos olvidado. Pero cuando vas allí y paseas por sus calles, se te ponen los pelos de punta. Cada pared, cada muro, cada fachada es testigo de la desgracia.  En muchas aún se ve la señal de la atura que alcanzó el agua, que en algunos sitios fue de cerca de 3 metros. Tres metros de torrente, de agua sucia, de agua con barro, de agua cargada de cañas, de porquería, de aguas fecales, que arrasó con todo lo que encontró a su paso, con una fuerza tan descomunal que llegó a arrancar hasta las vías del tren. Ver en directo el famoso Barranco del Poyo impresiona. Impresiona verlo seco e imaginarlo lleno de agua hasta desbordarse.  En muchos barrios de Paiporta parece que ha habido una guerra.  Miras a tu alrededor y no parece España. Piensas en esas imágenes que...

A las de cierta edad

Mi madre dice que los niños ( a las niñas les pasa mucho menos), cuando llegan a la adolescencia, entran en “descomposición factorial”.  Creo que es una expresión que se ha inventado, o quizá ya la decía mi abuela, no lo sé, pero es cierto. Los niños, cuando llegan a los 14 o los 15, se descomponen como paso previo a su transformación. Les crece la nariz, les sale el bigotillo, les crecen tres pelos en la barbilla, se llenan de granos, las extremidades se les empiezan a alargar, les cambia la voz, les crece la nuez, emiten “gallos” y les crecen pelos en las piernas. Es un proceso natural y los pobres lo llevan lo mejor que pueden.  Sin embargo, “poco se habla” como se dice ahora, de otro proceso de descomposición factorial, igualmente natural, pero que, por razones desconocidas, se silencia. Me refiero a la descomposición que sufrimos las mujeres llegadas a una determinada edad. Algunas leerán estas líneas y me regañarán. Otras no se verán reflejadas, bien por ellas, pero otra...

Ausencia

Los recuerdos inundan mis sueños. Te echo de menos. Ya no estás. Me aterra no verte de nuevo. No volvernos a encontrar. Cuanto daría por tenerte cerca. Por poderte hablar. Sin tí me siento pequeña. Ya nadie me protegerá. Haría lo que no hice. Y mil veces más lo que sí. No me perdería ese instante.  Ya no tengo oportunidad.  Sigo hablándote por dentro.  Te siento en la oscuridad. La vida sigue su curso.  Pero tú ya no estás. Tus cosas no tienen dueño. Compartimos orfandad. Los olores se evaporan. Pronto también se perderán. Me asusta el vacío. Un agujero que trato de llenar.  Cuanto más se llena más se ahonda. Una herida sin sanar. No quiero etiquetar mi dolor. Ni quiero frenar mi tristeza. No quiero desanudar el nudo  Que me une a tu ausencia. Leeré tus libros. Veré tus fotos. Recordaré tus palabras. Pero tú ya no estás.

De Internet y de gatos

El nivel de desconfianza de Internet hacia mi persona ha alcanzado cotas insospechadas.  Lo último que Internet me ha obligado a hacer para verificar mi identidad ha sido reconocer entre tres audios distintos cuál era el maullido de un gato. He tenido que escuchar los tres sonidos varias veces porque todos me parecían gatos.  El primero de ellos era el sonido de un gato cortejando a una gata, un gato elegante rondando a una coqueta gatita. El segundo era una pobre gata pariendo, un maullido quejicoso y lastimero. Y el tercero, un gato afónico, y seguramente francés, porque en vez de maullar diciendo MIAUUUU como hacen nuestros gatos patrios de toda la vida, éste decía MIOOOOOO, pero era un gato igualmente, salvo que a los gatos franceses la IA les considere “chats” y no cuenten a estos efectos. La cosa es que he tenido que repetir el ejercicio varias veces porque la prueba no me dejaba elegir las 3 opciones. Me ha recordado a los test psicotécnicos del colegio, esos en los q...

Bendito 31 de enero

Por fin llegó el 31 de enero. Me pregunto cómo es posible que un mes se haga tan largo, teniendo en cuenta, además, que lo empezamos una semana más tarde.  Porque la primera semana de enero es, en realidad, una semana de impasse, un compás de espera. Hasta el 7 de enero uno no entra en faena.  Seguimos de resaca, de festejos, de cabalgata de Reyes, de roscones, de regalos, de emoción. Pero a partir del 7 llega la realidad y qué cuesta arriba se hace. Con razón se habla de la cuesta de enero. Una cuesta tan pronunciada que a veces se hace difícil subirla. Dicen los expertos que es una cuestión de dopamina. En diciembre, con tanto jolgorio, la dopamina se dispara y nos provoca un estado de subidón. En enero, sin embargo, la alegría se frena, desciende la dopamina y nos entra en bajón. Algo así debe pasar. Enero es el mes en el que uno pone a prueba su fuerza de voluntad. Toca dejar de comer, retomar el ejercicio, poner en marcha los nuevos propósitos. Es el mes en el que se ...

Tic tac, tic tac.

  En cementerios de horas languidece mi tiempo.  Garras atrapan mi atención. Mi inconsciente conciencia  sólo vive en diagonal.  Se acumulan las estaciones, El verano y la Navidad. Lo que eres no lo serás más. Lo que fuiste lo perdiste. Los meses se deslizan en tobogán. Tras el 1 empuja el 31. Tic tac, tic tac. Cuando sea tarde te arrepentirás. Imposible que quepa en un día. La goma no se puede estirar más. De tanto forzarla se rompe, Y no se puede reparar.  El cielo está lleno de santos,  Que se fueron a descansar.  Aquí abajo hay mucho ruido,  Imposible desconectar. Tic tac tic tac. No puedes correr más.  Sin saber dónde está la meta, sólo te perderás. Buscas lejos de donde está. Frío, frío. Ahí no lo encontrarás. El reloj sigue girando,  Y no lo recuperarás. De tanto girar te has mareado, Imposible seguir la raya.  Los límites se han desdibujado. La perspectiva ya no está. Quizá la rueda un día se pare. Ya no la puedes empujar. L...

Cretinos

Parece que el plagio está de moda. Es muy peligroso que las malas prácticas se pongan de moda, que se pierdan los valores y la ética, que la gente crea que es normal hacer cosas que no están bien, que se infravaloren determinados comportamientos. Y es muy peligroso porque es una bola que crece poco a poco y que cuando se hace grande nos devora a todos. No está bien mentir, ni robar, pero mucha gente, aparentemente respetable, lo hace sin el más mínimo pudor. Tampoco está bien aprovecharte del talento ajeno, hacer tuyos las reflexiones y pensamientos de otros y además, pretender lucrarse con ello. No sólo no está bien sino que está muy mal. Es más, en ocasiones, hasta es delito. Debería ser algo obvio, pero, desafortunadamente, no lo es.  El que lo hace carece de escrúpulos y de valores. Y no debería quedar impune. El mundo está lleno de cretinos.  Cretinos que se ocultan bajo una apariencia inocente y amable, pero que esperan a la mínima de cambio para atacar y clavar el puñal...

Al año nuevo le pido

Al año nuevo le pido ser feliz, Y que no me crezca la nariz, Tampoco las orejas, Como les pasa a las viejas.   Amor y salud también quiero, que si no, quizá me muero, Aún soy joven para morir, mil cosas quiero vivir. Quiero ver a mis hijos creciendo, Aunque mayor me vaya haciendo. Quiero saborear cada día, Y dar gracias con alegría. Que no falten las risas, Y que vivamos con menos prisas. Sentir el alma en paz, y no tener un hambre voraz Y ya puestos a pedir, querría comer y no engordar, mi cintura recuperar y en bikini pasear. También engancharme al deporte, Para mantener el porte, Y que nada me de corte, Y besar al consorte. No necesito chutarme botox, ni tampoco pasear en motos. La vida es envejecer, y quien no lo ve, tonto es.   Quiero disfrutar del atardecer, Y por la brisa dejarme mecer. Mojar los pies en la orilla, Mientras leo sentada en mi silla.   Quiero del campo disfrutar, Y salir a caminar  Tomarme un buen vino, Y no caer en desatino Mucho no pido Seguro...