Hay objetos en mi casa que no sirven para nada, pero que me encanta acumular.
Tengo, por ejemplo, una tendencia irrefrenable a acumular bolsas de tela. Las suelo usar para guardar zapatos en la maleta. Tengo más de cien. Tengo muchas mas bolsas que zapatos. Las más de cien bolsas ocupan dos cajas en mi armario. Podría tirar al menos la mitad, pero lo cierto es que no soy capaz de hacerlo. Como mucho, bajo unas cuantas al coche para cuando vaya a hacer la compra. Y cuando voy a hacer la compra, nunca las uso porque se me olvidan.
En este mismo orden de cosas, guardo bolsas de papel ( sólo las buenas) y bolsas de plástico ( cada vez menos desde que se han convertido en objeto diabólico no vaya a ser que acaben en la tripa de una ballena en extinción).
También tengo varias cajas llenas de cables. En plena época del Bluetooth, de la conexión inalámbrica y hasta de la telepatía digital, no acierto a encontrar la razón de guardarlos. Pero tengo la esperanza de que un día algo importante conectarán y hasta que llegué ese día ahí yacen inertes e inútiles por si acaso.
Guardo también una caja de pendientes viudos, pendientes que un dia perdieron a su pareja y que guardo, nostálgica, “por si aparece el otro”. Aunque el otro no va a aparecer. Pasa lo mismo que con los calcetines desparejados que guardamos por si un día vuelven a reunirse con su gemelo. Misión imposible, porque su gemelo fue devorado sin piedad por la lavadora.
Tengo una caja de botones que nunca uso, pero que conservo porque me hace sentirme un ama de casa hacendosa y responsable y pensar que el día que a alguna prenda le falte un botón sabré donde encontrarlo.
También tengo una caja de velas a medio usar. Son sobre todo velas con forma de números que uso una vez para soplar la tarta y que guardo pensando que las volveré a usar, cosa que nunca hago porque no me gusta soplar velas medio consumidas. Con esos números derretidos uno ya no sabe ni los años que cumple ( que bien pensado es casi lo mejor llegados a cierta edad).
Y guardo las libretas en las que desde hace más de 25 años escribo mis cosas, convencida de que algún día necesitaré repasar algo de lo que escribí.
Afortunadamente, he dejado de guardar las cajas de los relojes, anillos..., aunque ahora me arrepiento porque dicen que si en algún momento quisiera vender algo, con su caja valen más. Lo cual reafirma mi postura de que mejor es no tirar nada por si acaso. Basta que lo tires para que lo eches de menos.
A veces pienso que en la vida no todo es la utilidad.
Muchos objetos aparentemente inútiles son en realidad fósiles de nuestras emociones, restos de planes que nunca salieron, anhelos de lo que un día quisimos ser y no fuimos, vestigios de otra época, testigos silenciosos de nuestras buenas intenciones, o simples contradicciones domésticas.
Creo que alguien que no acumule cosas inútiles es sospechoso, no es digno de confianza. No acumular es en cierta manera antinatural y hasta inhumano.
Seguiré guardando mis cien bolsas de tela para zapatos. No las uso, no las necesito, no tienen sentido… pero un dia quizá me sirvan para algo, por ejemplo, para demostrar que no soy un robot.. y ¿quién dice que eso no será pronto necesario?
Feliz semana!!

Ja, ja, muy divertido, el que no guarda parece como que está desprotegido de su pasado o que lo ha ido desperdigando por ahi
ResponderEliminarQ cierto es!! Jaja
EliminarDaría mi vida por leer esas libretas mi Mery !!!! Como siempre entreteniéndonos y sacando mucho en lo q pensar, que de cosas absurdas guardo yo !!!!!🤦🏽♀️🤦🏽♀️🤦🏽♀️
ResponderEliminarJaja. Me encanta releerlas!!
EliminarAy Maria yo guardo exactamente las mismas cosas!. Añadiría numerosos neceseres de tela que nunca termino de usar o sudaderas que me da pena tirar pero que tienen mas de 25 años!
ResponderEliminarYa sabes que tú y yo somos de acumular, asi como otras son de vaciar. Qué le vamos a hacer! Un besazo y gracias por esta gran reflexion
Ufff. Sólo he puesto algunos ejemplos. La.lista es interminable!! Yo tb guardo neceseres!!
EliminarJaja, muy bueno!!😍
ResponderEliminarGracias!!
EliminarA mi me parece sanador tirar. O mejor regalar. Pienso que de esta forma puedo demostrar que vivo con menos cosas materiales.
ResponderEliminarQué suerte!
EliminarAcumulo pocas cosas pero comparto la afición por las bolsas de zapatos, bolsas de papel y plástico y pendientes y collares que nunca me volveré a poner pero que me llevan a bonitos recuerdos!. Eso sí, siempre me quedará el trastero…
ResponderEliminarBendito trastero
EliminarEs genial María!!!! yo también guardo y acumulo porque me da pena deshacerme de las cosas y creo que en algún momento las voy a necesitar y al final tienes que acabar deshaciendote de ellas porque si no no cabes en tu propia casa!!! 😘😘😘😘😘
ResponderEliminarDe vez en cuando... toca hacer limpia!!
EliminarQue bueno María, yo creo que todos guardamos cosas muy parecidas, me he sentido muy identificada😉. Como siempre, sacándonos sonrisas y nostalgia !!!
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarJajajajaja que bueno Maria. Recuerdo que mi madre, que quizás tenia el síndrome de Diogenes, guardaba todo, acumulaba todo tipo de vestidos y calzados, lo que en una ocasión nos vino muy bien para una fiesta yeyé en la fuimos vestidos con el atuendo de aquella época, pantalones campana pelucas y gafas de las que llevaban las chicas de Chico Ibañez Serrador, pero fuera de esa anécdota soy de los que lo tiran todo, sin pensar si me pudiera servir para alguna otra ocasión, he tirado con alegría a esos contenedores cercanos a casa un montón de ropa de la que desconozco si lenpodran dar nuevo uso, a nos ser que estemos en presencia de alguien que quiera reencarnarse en Concha Velasco.
ResponderEliminarBss
Jaja..me troncho contigo!!!
EliminarQué bueno María!! Yo procuro tirar cuando por fin hago limpieza, pero también acumulo bolsas de papel ordenadas por tamaños y de plástico en un cesto en la cocina sólo para eso!! Y cuadernos y agendas que son completamente inútiles. Y botones y eso que no coso nunca. Proximo artículo escribe sobre los trasteros. Eso sí que son una mina. Besos! Cristina
ResponderEliminarJaja..almas gemelas!
Eliminar😂😂😂 Somos clones guardadores!!! Qué bueno! Ahora me siento menos sola en este mundo del guardar! Mi vida no sería la misma sin las cien bolsas de tela, las buenas de papel, los pares viudos de cualquier cosa, las libretas de notas de antaño...
ResponderEliminarMe encanta q a tanta gente nos pase lo mismo!
EliminarJajajaja buenísimo como siempre !!! Me hace reflexionar ya que yo soy al revés, lo tiro todo y sin piedad y por si acaso me da por recuperarlo de la basura antes de tirarlo lo corto con unas tijeras. Será un síntoma de algo ?🤫🤫🤫😢😢😢
ResponderEliminarGuauu. Eso ya es muy 🔝
EliminarJjj me has leído el pensamiento. Justo hoy andaba yo dando vueltas a por qué guardo tantas cosas y coincidimos en varias: bolsas de tela, de papel, cajas monísimas, botones ... y claro cuando surge alguien pidiendo algo así ahí estamos con la solución. Seguirá estando en mis New Year resolutions - despedirme de algunas de ellas y luego acabaré buscándoles un nuevo sitio
ResponderEliminarEres de la mías!
EliminarJaajajaa, me ha encantado Maria, ademas en lo de las bolsas de tela soy tal cual, como te entiendo, y en los pendientes, calcetines….
ResponderEliminarJeje... terrible!!
EliminarEres MUNDIAL querida amiga!! Me ha encantado!!
ResponderEliminarMil gracias!!!
EliminarLo que me he reído Maria, casi seguro que te gano en las bolsas buenas, de esas duras, muchas de ellas de tiendas que ya no existen, también de aquellas cintas tan bonitas que ponían con el nombre de la tienda pero en lo que gano seguro es en muestras de cremas, mascarillas, kits de viaje de costura, limas, paquetes de kleenex, maquillajes que no voy a usar nunca...una caja grande de Ikea que mañana mismo llevo al contenedor. Besos
EliminarJaja, de todo eso tampoco voy mal servida!!!
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