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Inutilidades y porsiacasos

 

Aprovechando que tengo que estar confinada 10 días me he puesto a intentar ordenar armarios. Y digo intentar porque conseguirlo es tarea prácticamente imposible.

Me pregunto si todas las casas tienen tanto cajón de sastre como tiene la mía. Me refiero a esos cajones en los que lo mismo te encuentras bolis que no pintan que pilas que no sabes si funcionan, linternas que cuando buscas nunca encuentras, pegamento que ya no pega, velas a medio consumir...

Lo peor de estos cajones es su tendencia irremediable a la reproducción. Por mucho que los limpies su contenido se reproduce instantáneamente.

Junto a los cajones de sastre están las cajas de recuerdos, de tendencia también bastante reproductiva o en este caso, más bien acumulativa, a medida que va pasando la vida. Las cartas de Reyes Magos de los niños, los dientes del ratón Pérez, los regalos del dia de la madre o del padre...En una de estas cajas hasta he encontrado la pulserita que le pusieron en el tobillo a mi hijo Juan cuando nació.  Me pregunto si todo el mundo guardará  estas cosas o si seré la unica nostálgica que lo hace. A veces me planteó tirarlo todo pero me da tanta pena hacerlo que siempre lo vuelvo a guardar.

El cajón de las instrucciones es otro clásico, junto con el de las radiografías, porque en mi casa, no sé bien por qué,  también guardamos las radiografías. Claro que mi marido es aún peor porque él es de los que  guarda los extractos de la tarjetas. Doy gracias cada día a que ya no recibimos los extractos bancarios. De lo contrario habríamos tenido que irnos de casa para hacer hueco a los voluminosos carpetones de extractos.

El apartado medicinas es otro a destacar.  En mi casa tenemos un armario entero dedicado a medicinas muchas de las cuales nunca volverán a ser usadas.  Además, abundan las bolsas y bolsitas llenas de pastillas. Esas típicas bolsas que te llevas de viaje con las medicinas indispensables y que luego  te da pereza deshacer y duermen el sueño de los justos en algún cajón del baño. También tengo varias bolsitas llenas de muestras de perfume que por cierto nunca usaré porque solo uso mi perfume, del cual nunca me han dado una muestra! Pero no las tiro por si acaso.

Y hablando de bolsitas, otra cosa que abunda en mi casa y que ocupa mucho más lugar del que debería son las bolsas para guardar  zapatos en la maleta. Las tengo de todo tipo. Creo que tengo mas bolsas que zapatos pueda llegar a tener en toda mi vida. Y encima los niños, para chincharme, meten sus zapatillas en una bolsa del corte inglés que es lo que más nerviosa me pone en este mundo.

En fin, he puesto solo algunos ejemplos pero la lista no tiene fin: cestas llenas de velas con todos los números y en la que siempre falta la vela del cumpleaños que celebras, cajas de moldes para galletas que nunca haces, botes de bolis que nunca pintan, cajas de botones, recuerdos de viajes, abalorios pasados de moda...

No sé si esta tendencia a no deshacerme de nada y a acumular inutilidades tendrá un significado subliminal. Lo que sí imagino es que no seré la única a quien le pase,  así que creo que alguien debería montar un negocio. Creo que se haría de oro!!  Hasta el lema le doy a quien se anime: " Por donde paso arraso. Di adiós a inutilidades y por "si acasos"!! . 

Lo montamos?

Feliz semana!!

Comentarios

  1. Excelente reflexión que comparto plenamente pero que , en nuestro caso, con motivo de haber cambiado mucho de casa no se reproduce en cantidades “ industriales” Me ha encantado, enhorabuena y sigue “ ordenando “:)

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    1. Buf!! Te diré que yo tengo aún cajas sin abrir de alguna mudanza. Creo es mejor tirarlas sin abrir!!! Gracias pr comentar javier!! Abrazo.

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  2. Uf yo también tengo miles de chucherias, pero también en esta pandemia decidí deshacerme de lo que más pudiera. Me encanto. Un beso

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    1. Yo lo intento pero no lo consigo!!! Como mucho tiros los bolos que no pintan, las pilas que no sirven y alguna q otra bolita de cachivaches inútiles pero poco más!!! Aghhhh!!!! Gracias Connie! Beso

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  3. Yo hice una limpieza brutal hace un año y medio. Necesité ayuda y me ayudó Marie, tiré cosas de que a veces pienso que no tenía que haberlas tirado hasta que me desapego otra vez del apego a guardar sin sentido.

    Cuando me pongo a tirar hay una pregunta que me ayuda a seleccionar: si mañana me muriese qué harían mis hijos con esto? “lo tirarían” pues voy y lo tiro.
    La otra es recordar desde cuando lleva eso en mi casa sin usarse o esas otras que ni siquiera sabía que las tenía.

    El espacio libre es energía para el cuerpo y para el Alma.

    Tirar es un ejercicio increíble que te ayuda a soltar tanto lo material como lo inmaterial.

    A veces medimos el valor de las vidas por las cosas que uno tiene hasta que te das cuenta de que el valor de las vidas es por lo que uno Es.

    Y por supuesto que hay cosas que son para siempre... ��

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    1. Que sabia eres siempre María Jesús!!!! Un día os venís marie y tú a mi casa y que tiemblen mis cajones!!!! Besos

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