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Mostrando entradas de marzo, 2025

Cinco meses después

Pasear por Catarroja y Paiporta, 5 meses después de aquella terrible noche del 29 de octubre, es aún desolador. Lo hemos visto mil veces en el telediario. Nos hemos estremecido y emocionado, pero me pregunto si no lo habremos olvidado. Pero cuando vas allí y paseas por sus calles, se te ponen los pelos de punta. Cada pared, cada muro, cada fachada es testigo de la desgracia.  En muchas aún se ve la señal de la atura que alcanzó el agua, que en algunos sitios fue de cerca de 3 metros. Tres metros de torrente, de agua sucia, de agua con barro, de agua cargada de cañas, de porquería, de aguas fecales, que arrasó con todo lo que encontró a su paso, con una fuerza tan descomunal que llegó a arrancar hasta las vías del tren. Ver en directo el famoso Barranco del Poyo impresiona. Impresiona verlo seco e imaginarlo lleno de agua hasta desbordarse.  En muchos barrios de Paiporta parece que ha habido una guerra.  Miras a tu alrededor y no parece España. Piensas en esas imágenes que...

A las de cierta edad

Mi madre dice que los niños ( a las niñas les pasa mucho menos), cuando llegan a la adolescencia, entran en “descomposición factorial”.  Creo que es una expresión que se ha inventado, o quizá ya la decía mi abuela, no lo sé, pero es cierto. Los niños, cuando llegan a los 14 o los 15, se descomponen como paso previo a su transformación. Les crece la nariz, les sale el bigotillo, les crecen tres pelos en la barbilla, se llenan de granos, las extremidades se les empiezan a alargar, les cambia la voz, les crece la nuez, emiten “gallos” y les crecen pelos en las piernas. Es un proceso natural y los pobres lo llevan lo mejor que pueden.  Sin embargo, “poco se habla” como se dice ahora, de otro proceso de descomposición factorial, igualmente natural, pero que, por razones desconocidas, se silencia. Me refiero a la descomposición que sufrimos las mujeres llegadas a una determinada edad. Algunas leerán estas líneas y me regañarán. Otras no se verán reflejadas, bien por ellas, pero otra...