Esta mañana, un amigo sincero, al hilo de mi último post viajero me criticaba, con cariño, mi manera superlativa de hablar. Según él, para mí todo es genial espectacular, ideal, precioso, maravilloso.. Le dí la razón. Sí, soy así, qué le voy a hacer. Tiendo al optimismo y suelo ver lo bueno de la vida. Cuando algo me gusta, me suele encantar, cuando me lo paso bien, me lo paso genial y si algo es bonito, para mí es ideal. Hay veces que exagero lo reconozco pero la mayoría de las veces, lo siento tal cual. Mis expresiones son tan superlativas como lo suelen ser mis emociones. Las expresiones se pueden controlar y modular pero las emociones es más difícil. Cada uno siente y se emociona a su manera. La cosa es que el comentario de mi amigo me ha hecho reflexionar sobre lo que está ocurriendo últimamente a través de la redes sociales. La gente parece vivir un mundo color de rosa. Un mundo en el que todos son guapos y estilosos, hacen viajes maravillosos, comen y cenan en sitios de...
Escribo sobre la vida. Reflexiones, pensamientos, ideas que cruzan por mi mente, viajes, anécdotas, aventuras...