Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2024

Con chándal y a lo loco

Ayer hablaba con una amiga sobre estos días de final de septiembre en los que una no sabe qué ponerse. "Ropa de entretiempo" te recomiendan. Qué lío. Una no sabe si ponerse el abrigo o seguir con tirantes. Por la mañana te congelas y por la tarde te asfixias. Mi amiga en cambio, práctica y resolutiva, lo tenía claro. "Lo mejor es ir en chándal". Yo la miré atónita. Pensé que estaba de broma. Es una persona que suele vestir bien y que además se gasta mucho dinero en ropa. No me atrevi a responder y me quedé pensativa.  El chándal ha ganado la batalla al buen gusto. No hay más que mirar a nuestro alrededor. Hoy en día el chándal campa a sus anchas. Hasta las colecciones de los diseñadores de alta costura incorporan chándales. Chándales sofisticados y lujosos pero chándales al fin y al cabo. Habrá quien me tilde de "pija", de anticuada o de "demodée ". Me da igual. Pero no tengo chándal y creo que nunca lo tendré, aunque quién sabe, no digas nun...

Otras vidas

Llevo tiempo queriendo escribir pero no me sale. Pienso temas. Busco métodos de inspiración. Me concentro. Me relajo. Hago yoga. Leo. Escucho música. Pero nada. Qué tristeza. Mis fans me reclaman, se impacientan. Algunos hasta se preocupan. “Que las musas me pillen trabajando” decía Picasso. Sigo su consejo y aquí estoy, volcando sobre folio en blanco lo primero que se me pasa por la cabeza.  Varias ideas me vienen a la mente. Lanzo una. Me pregunto si es bueno pasarse la vida haciendo cosas que en el fondo uno no quiere hacer. Casi todo lo que hacemos cada día son cosas que si pudiésemos elegir, seguramente no haríamos. Madrugar, trabajar, ir a la compra, recoger a los niños en el colegio, preparar la cena… Somos animales domésticos, o más bien domesticados, entrenados para llevar una vida, en la mayoría de los casos, rutinaria.  Las rutinas son cómodas, conllevan confort, tranquilidad, confianza, pero a veces también cierto hartazgo. Las rutinas nos aletargan, nos adormece...