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Mostrando entradas de 2023

Buscando la paz

Leo hoy que lo que ahora está de moda para luchar contra el estrés y encontrar la paz y el equilibrio es abrazar vacas. La gente en Inglaterra paga 60 libras por pasar un rato en una granja abrazados a una vaca, a la cual, supongo, alguien habrá tenido antes que domesticar. Yo a veces no distingo bien una vaca de un toro ( hay vacas muy bravas) así que, cuando lo pienso me da miedo. Dicen que la temperatura corporal de las vacas es más alta que la nuestra y que tienen un pulso más bajo, por eso acurrucarse a su lado hace que te sientas muy a gusto. No dicen nada del olor.  Otros abrazan caballos. Un caballo, así a priori, lo veo más amigable. Dicen que los caballos son sensibles y que pueden sentir tu tensión o tu tristeza y "que reaccionan sin juzgarte".  Me tranquiliza no ser juzgada por un caballo. Lo que no estoy segura es si vale abrazar a un pony o a un burro. Un burro parece menos "cool" aunque resulta muy navideño. Hay quien abraza árboles. Lo probé  hace po...

Calcetines sueltos

Siento un especial cariño por los calcetines sueltos. Me resisto a asumir que nunca encontraré a su pareja. En el fondo de mi cesto de la plancha hay siempre una capa de calcetines sueltos esperando que aparezcan sus iguales.  Los calcetines sueltos  son uno de los grandes misterios de la Humanidad. Ni el agujero de ozono ni el mismísimo Triángulo de las Bermudas superan el misterio de los calcetines que desaparecen y nadie sabe a dónde han ido a parar. Me pregunto si habrá lavadoras devoradoras de calcetines. Es una posible explicación. Lavadoras malvadas que disfutan destrozando parejas y triturando a uno de sus componentes. Otra posible explicación es que algunos calcetines huyan por decisión propia, cansados de andar siempre al unísono del otro. No es tan raro. Andar siempre a la par debe resultar agotador. Pero... ¿ a dónde irán? De ser así, siento tristeza por los pobres calcetines abandonados a su suerte. A un calcetín desparejado le cuesta recuperar su vida. Está pract...

Reflexiones otoñales

Pasó septiembre indolente. Voló octubre como si nada. Llegó noviembre. Cayó el otoño. Nuevos colores. Huele a castaña asada. Los monstruos de Halloween han vuelto a ganar a los santos. Las luces de Navidad ya están instaladas. Tic tac tic tac. No hay tiempo. Corremos. Como el conejo de Alicia. Producimos. Hacemos. Tenemos. No se si somos. Pero todo lo contamos. Agujeros negros. Vidas rosas. Nuevas guerras en el horizonte. Más sangre y más muerte. Lloramos, pero sólo un rato. Realidades invisibles.  Ya no las vemos. Aunque no estén tan lejos.  Burbujas. Nos hacemos bicho bola. La anestesia ha hecho efecto. No sentimos ni padecemos. Se vende España y no reaccionamos.  Palabras huecas. Lugares comunes. Eufemismos.  Falsos líderes. Delirios de poder y grandeza. Jugar al olvido.  Desmemoria.  Héroes anónimos. Brazos que acogen. Hombros sobre los que llorar. Los que siempre están y no presumen.  Andar de puntillas o chapotear en cada charco. Nadar sin ...

De procrastinar y otras lindezas

La primera vez que oí la palabra procrastinar pensé que se trataba de algún tipo de delito. Quizá una modalidad de asesinato con alevosía que en mi época no contemplaba el código penal. Luego me enteré de su significado y me extrañó no haberla escuchado nunca antes. Pero así son las palabras. De repente algunas se ponen de moda y otras caen en desuso. Procrastinar existe desde hace muchos años, de hecho, proviene del latín, pero antes nadie la usaba. Si a un señor de 80 años le hablas de procrastinar dudo mucho que te entienda. Lo mismo pasa con la famosa resiliencia, una palabra que se ha vuelto muy cansina. A la gente se le llena la boca con eso de que hay que ser resiliente. Me pregunto qué éramos antes y cómo sobrevivíamos, siendo simplemente resistentes. Ahora tienes que ser resiliente y por supuesto holístico, otra palabra de moda. Todo hoy es holístico. La vida hay que abordarla de manera  holística. Las estrategias son holísticas. Como lo son los planteamientos, los enfoque...

Septiembre, ay septiembre....

Ayer sacudí mi bolsa de la playa y cayó una caracola, último vestigio de agosto. Carpetazo final a las vacaciones. Bienvenido septiembre. En septiembre declina el verano y se presume el otoño. Se acortan los días y llegan las lluvias. Hay a quien le encanta septiembre, hay gente para todo. Yo llego a septiembre agotada, perezosa. Lejos de cargar pilas en agosto, creo que es el mes en el que acabo de gastarlas del todo. En septiembre necesito un chute extra de energía. Septiembre es el mes de la cuesta, es un mes que requiere mucho esfuerzo. En septiembre toca aterrizar, retomar rutinas,  regresar a la “normalidad”, recuperar costumbres y ritmos. Cuesta madrugar, trabajar, cuesta la vuelta al cole, cuesta renunciar a la siesta, cuesta volver al orden, o al caos, depende como se mire. Septiembre tiene mucho en común con febrero, es un mes efímero, que intentas sortear como puedes, es el mes que quieres que sea agosto y que casi sin darte cuenta se convierte en octubre.  También ...

La vida en sobras

Hay un tema aparentemente banal que siempre me intriga: quién se come las sobras en cada casa. Cuando yo era pequeña era mi madre la que se las comía. Otras veces las convertía en algo que nada tenía que ver con la naturaleza originaria de la sobra. Mi madre siempre ha sido una especialista en disfrazar las sobras.Una vez convirtió unas sobras de pollo en sardina escabechada. Ignoro cómo lo hizo.  Las sobras tienen personalidad propia. Hay sobras emocionantes, que descubres  de manera inesperada y te alegran el dia. Otras son infinitas, nunca se acaban y les coges manía. A algunas les crece pelo y terminan mustias en la basura. Hay sobras atractivas, por las que la gente se pelea, y sobras cotidianas, que nadie quiere. También hay sobras que desaparecen por arte de magia y nadie reconoce haberse comido. Los más ahorradores siempre se comen las sobras. Los más vagos también. Los más creativos las transforman en cualquier cosa. La gestión de las sobras requiere un asombroso desp...

Almohadas

 Llevo un tiempo sin inspiración. El tema me tenía preocupada. Un amigo escritor me propuso un truco: elegir al azar  un objeto cotidiano y escribir sobre él, sin un fin concreto, improvisando. Y eso he hecho.  He mirado a mi alrededor y he elegido mi almohada. Podía haber elegido un gorro de ducha, un felpudo o un calzador, pero he elegido una almohada. Curiosamente, lo primero que me viene a la cabeza son las mil y una noches. Creo que mas allá de la vinculación evidente que no hace falta explicar, debe influirme el origen árabe de la palabra.  Hace poco me contaban que en algunos hoteles de lujo existe el puesto de probador de almohadas. Debe ser gente que  no duerme mucho porque se pasan la noche pidiendo que les cambien de almohada. Las almohadas antes se compartían. Las camas de matrimonio tenían una única almohada con independencia del número de moradores. Eran almohadas muy largas que era difícil meter en su funda. Se tardaba el doble en cambiar las sába...

Viaje a Senegal

Recién llegada de Senegal.  Es muy difícil resumir en palabras tantas emociones. Vuelvo a Madrid llena de recuerdos, con el corazón cargado de sentimientos y con miles de "momentos retina", imágenes que quedarán grababas para siempre. En wolof, la lengua más hablada de Senegal, teranga significa hospitalidad. Teranga es una de las palabras que mejor definen este viaje. Senegal y su gente nos han hecho sentirnos "en casa".   Los senegaleses son gente amable, hospitalaria, que acogen al extranjero como a un amigo, que te reciben con cariño y  que se esfuerzan para que te sientas a gusto. Y así es como nos hemos sentido. Tafa, nuestro acompañante  senegalés durante todo el viaje, ha tenido mucho que ver en ello. Gracias a él hemos conocido mejor Senegal, su cultura y sus costumbres.  "Aquí matamos el tiempo, a diferencia de vosotros que el tiempo os mata” nos dijo un día. Y cuanta razón tiene. Viajar siempre es descubrir y en este viaje hemos descubierto mucha...

Se busca atención perdida

Hace poco una amiga me preguntó qué  buscaría yo en una caja de cosas perdidas a lo largo de la vida. No lo dudé. Buscaría la cintura de los 15 años y mi capacidad de atención, desaparecida desde hace un tiempo. Recuperar la cintura que tenía con 15 años me haría una enorme ilusión, aunque me temo que a estas alturas será difícil.  Respecto a  la capacidad de atención todavía confío en recuperarla. La verdad es que no sé en qué momento se me escapó. Ingenua de mí, creí tenerla bien amarrada, entrenada como estaba desde hace años. Me equivoqué. En cuanto tuvo oportunidad, voló. Como un globo que se te escapa de repente y lo ves surcar el cielo hasta perderle la pista. Desde entonces me he vuelto una mujer "desenfocada". Lo hago todo a la vez. Y cuando haces todo a la vez es imposible poner foco. Veo una película mientras me pinto las uñas, chateo por WhatsApp y hago la compra on line. Estudio un informe a la vez que contesto correos, cotilleo Instagram y escucho un podcast...

Mi madre es feminista

No sé si mi madre es feminista. La verdad es que nunca se lo he oído decir. Mi madre de pequeña fue hormiga y presume mucho de ello. Tuvo la suerte de que nunca la pisaron y luego debió reencarnarse en niña hasta crecer y convertirse en mi madre. A veces me da por poner en duda esta historia que la verdad es que siempre me ha planteado muchas incógnitas.  De lo que sin embargo nunca he tenido duda es de que mi madre siempre fue moderna, independiente y atrevida.  Recuerdo que  cuando yo era pequeña pocas madres trabajaban. A veces me daba envidia esas madres que recogían a sus hijas en el colegio y hacían pandilla entre ellas. Pero entonces me acordaba de que mi madre era médico y me daba una especie de subidón, debía ser de orgullo. Mi madre trabajaba por la mañana y por la tarde, y además "conciliaba".  También cocinaba, hacía los disfraces, nos ayudaba con las manualidades y nos bordaba el nombre en la servilleta del cole. Mi madre sabía ( y sigue sabiendo) hacer ...

Datos ( y datas)

  La semana pasada, en la sala de espera del médico, me sorprendió que la enfermera, cada vez que llamaba a un paciente, solo dijera el nombre, sin apellido. Así, en una sala de espera rebosante, cada vez que se anunciaba un nombre "de pila" se levantaban tres o cuatro personas de nombre coincidente, de las cuales, todas menos una se volvían a sentar porque no era a ellas a quien llamaban.  Una señora, después de levantarse tres  veces y tener que volver a sentarse otras tantas,  protestó enérgicamente. ¿Y cuál fue la respuesta?? Que por protección de datos no se podía decir en alto el nombre y el apellido. Lo entendería si el nombre fuese acompañado de algún tipo de detalle. Logicamente atentaría contra la intimidad que el enfermero dijese " le toca a Margarita Pérez aquejada de hemorroides" Pero lo otro me parece un excesivo celo. Y por cierto, que se compren un máquina de números y así lo solucionan. Hoy en día en una entrevista de trabajo nadie puede preguntart...

De veganos y pescadores

En realidad yo no debería escribir de esto. Es una memez. Una memez amplificada  por las redes como últimamente suele pasar con casi todas las memeces. Me refiero a la madre que en un tik tok ha declarado sentirse " absolutamente devastada" porque el colegio de su hija la ha obligado a ir disfrazada de pescadora, cuando ella es vegana. Resulta que ir vestida de pescadora a una función del cole atenta contra la moral, ética y valores de los veganos. Estupefacta me quedo. Con la que está cayendo en el mundo¿de verdad, la gran tragedia de esta señora es que su hija vaya vestida de pescadora? Antes de escribir estas líneas he intentado tirar de empatía y tratar de ponerme en su  lugar. He tratado de imaginar alguna situación  similar en la que mi ética y principios se pudiesen ver atacados a través de un disfraz, pero no acabo de lograrlo. Pienso, por ejemplo qué habría pensado yo si a mi hijo le hubiesen pedido disfrazarse de Herodes en la función de Navidad del cole. Despué...

Líderes vulnerables

Me parece estupendo lo que ha hecho Jacinda Ardern, la primera Ministra de Nueva Zelanda hasta hace una semana, que dimitió. Tambien me parece estupendo que haya reconocido sin tapujos las razones para dejar su cargo. Otros hubiesen hablado de "razones personales", pero Jacinda ha preferido ser muy clara, dimite porque ha dejado de tener  la energía que requería el cargo y por motivos de salud mental. Alguien me decía el otro día que con su dimisión había defraudado a millones de votantes.  Yo no creo que sea así. Yo creo que su dimisión es un ejercicio de honestidad y de humildad, algo que desgraciadamente no se estila mucho ni en política ni en general entre los grandes lideres.  Reconocer que uno no tiene las fuerzas necesarias para seguir tirando del carro, mostrar tu vulnerabilidad, tu fragilidad y hablar sin tapujos de salud mental cuando estás en lo más alto no es de cobardes. Al contrario, es de valientes. Es también un acto de sinceridad. Sinceridad con uno mismo...

Por si nos invaden

Hace unos días coincidí en un  evento con una "famosa" de esas muy aficionadas a los retoques. Me quedé sorprendida porque casi no la reconozco. Hace tiempo que está en proceso de transformación pero esta vez me llamó la atención que hasta su pelo, su mirada, su sonrisa y su forma de hablar eran diferentes.  Me dejó tan impactada que desde entonces llevo pensando si sería de verdad ella o sería su avatar.  No es la primera vez que tengo esta sensación. Últimamente me cruzo con algunas personas  que me provocan una impresión rara. Tengo ganas de ponerlas a prueba y hacerles preguntas trampa para confirmar si de verdad son quienes dicen ser. En alguna ocasión incluso me he atrevido a tocarlas por si a través del tacto soy capaz de detectar algo extraño que corrobore mi presentimiento. Algunas, al tacto, resultan tan frías como artificial es su imagen.  Me pregunto si no estará creándose una especie paralela a la humana. Podrían ser clones, robots, avatares, hologr...