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Mostrando entradas de agosto, 2021

Yinyan

  Estoy desolada. Este verano no he encontrado el yinyan . Mira que lo he buscado. Por aquí, por allá, pero nada. Ni rastro del yinyan . He buscado el yinyan mientras miraba el mar y se me ha ido el santo al cielo. Lo he buscado relajada en la tumbona y me he dormido. Haciendo yoga y me he torcido el tobillo. Con un tinto de verano, y han caído varios. Con cuencos tibetanos y me he mareado. En silencio, y lo han roto los de las palas. Con los brazos extendidos y me ha dado torticolis. Con respiraciones profundas y me he vuelto a dormir. Lo he buscado con ahínco, que no se diga, pero nada. Mi yinyan no hay quien lo encuentre.   Anda perdido por la vida. Me pregunto si alguien lo habrá encontrado, el suyo, no el mío, claro. Si ha encontrado el mío, cosa rara, que por favor me lo devuelva. A priori, parece que el verano es la época más propicia para encontrar tu yinyan . Desconectas, descansas, bajas el ritmo, piensas, reflexionas, te relajas .. y de repente, ...

Viaje al Peloponeso

  Hoy toca post viajero! Este verano hemos tenido la suerte de descubrir una región de Grecia mucho menos turística y conocida que sus islas, el Peloponeso. El Peloponeso es una península al sur del país. Una región grande, con una superficie de más de 20.000 km², cargada de historia y que guarda auténticos tesoros: playas maravillosas, recintos arqueológicos sorprendentes, monasterios bizantinos o encantadores pueblos de pescadores. En el Peloponeso hay muchas cosas que ver. Nosotros sólo hemos recorrido parte de la costa oriental y la península de Mani, en el extremo sur, lo cual nos da una  una estupenda excusa para volver. El Peloponeso está unido con el resto del país a través del istmo de Corinto que es donde se encuentra el canal del mismo nombre, el canal de Corinto, una obra de ingeniería espectacular. El canal, que une el Golfo de Corinto con el Mar Egeo, impresiona. Es muy estrecho, apenas 24 metros y sus muros miden 80 metros. Se construyó en el siglo XIX aunque...

Matemáticas y género

  Desde que ayer un amigo me comentó en la playa que el Gobierno quiere dar a las matemáticas una perspectiva de género no paro de darle vueltas al tema. Entiendo y me parece estupendo lo de fomentar que haya más niñas en ámbitos tradicionalmente masculinos como las matemáticas, la tecnología o la ingeniería. De hecho, no paro de decirle a mi hija que hoy en día si eres mujer y se te dan bien las matemáticas ya tienes muchas puertas abiertas. Una pena que sea de letras. Pero eso de enseñar la materia con una perspectiva de género me trae de cabeza y más aún conociendo al personal que nos gobierna, capaz de cualquier cosa. Cuando empecé a salir con el que hoy es mi marido una de las cosas que me atraía de él era su destreza resolviendo ecuaciones.  Mis amigas me preguntaban a qué exactamente llamaba yo ecuaciones, buscando algún tipo de doble sentido al tema. Pero la cosa no tenía doblez alguna. Su rapidez y soltura haciendo ecuaciones complicadísimas me fascinaba. También s...