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Mostrando entradas de marzo, 2018

Pequeñas situaciones muy enervantes

Me encantan los hoteles. Me encantan las camas “Queen size”, el desayuno, el servicio de habitaciones, los sets de baño, las zapatillas y por supuesto, los albornoces. Pero hay cosas de los hoteles que me enervan. Por ejemplo, no entiendo por qué en algunas habitaciones cuando te vas a acostar tienes que  apagar, una a una, 50 lamparitas. Y cuando logras apagárlas todas siempre hay un piloto  rojo en la tele que no te deja dormir.  Tampoco puedo con la manía esa de poner ascensores complicadísimos en los que no sabes qué hacer para marcar tu piso. Se trata de simplificar las cosas al cliente, no de complicarlas digo yo. Los aeropuertos también me gustan. Unos que van. Otros que vienen. Gente anónima que se cruza en tu vida y a la que  no volverás a ver jamás. Pero llevo fatal lo de abrir la maleta, separar los líquidos, quitarte los zapatos, el cinturón, la chaqueta, el collar, los pendientes, el reloj y ni se sabe cuántas cosas más.  En los restaur...

De melones, pollos hormonados y bolsas reciclables

No quiero resultar antigua ni parecer la prima de Rajoy pero esto del cambio climático me tiene loca. Ya no sé si aún se estila o no lo del calentamiento global, hace tiempo que no oigo hablar del tema. Será seguramente por este frío tremendo que nos invade, que hace que lo del calentamiento lo veamos casi casi como pura utopía. Ya sé que estamos aún en invierno, pero, caramba, qué frío y qué lluvia!!. Esto ya no hay quien lo aguante. Este clima me tiene desconcertada. Como desconcertada me quedo cada vez que veo a mi compañera Marta comerse un melón en pleno mes de marzo. No sé, uno piensa en melón y piensa en veranito, calor, siesta... mes de agosto. Pero un melón en marzo, así, a pelo, me parece cosa rara. Me desubica. Ya sé que hace tiempo que el calendario de las frutas no es lo que era y que ahora con un buen chute de química tienes la fruta que te plazca en cualquier mes del año. Pero no deja de sorprenderme el tema. Lo del chute químico está al orden del día. Si no, que s...

El doble uso de las cosas

Acabo de vender en Wallapop un mantel usado, con sus 6 servilletas usadas también.  Todavía no salgo de mi asombro. Siendo sincera, lo puse por poner, en un arrebato que me dio por vender cosas, en el que casi vendo a mi marido y a mis hijos. Pero, la verdad, nunca pensé que lo vendería. Lo he vendido por 10 euros, vale, pero es que hoy en día, en Carrefour te compras un mantel por 10 euros y ni te cuento en Primarck, donde lo encuentras por 3 y nuevo, claro está. Pero a la gente le pone eso de comprarlo por Wallapop. Hace 20 años viví en Bruselas. Allí, una vez al mes, y por barrios, se organizaban las famosas “brocantes”. Todos los vecinos sacaban a la calle las cosas que no querían y en un pis pas se montaba un mercadillo vecinal de lo más variopinto. Cuberterías, vajillas, ropa usada, muebles, libros, discos… Siempre me ha parecido una idea genial. En Londres toda la vida han estado de moda las tiendas de ropa de segunda mano, lo que ahora, muy finamente, se conoce p...

El loco mundo de las contraseñas

Mi cabeza está al borde del colapso por culpa de las dichosas contraseñas. Creo que si trato de recordar una sola contraseña más, será mi propia cabeza la que se bloquee en señal de rebeldía y a ver quién es el listo luego que encuentra la contraseña que la desbloquee. Hace años que opté por poner siempre la misma contraseña, pero de un tiempo a esta parte es imposible hacerlo.  La famosa ciberseguridad y sus “sabias” recomendaciones me tienen loca. Las  contraseñas deben ser  “robustas”.  No paro de recibir avisos con este mensaje. Me encanta este término. Me imagino a mi contraseña como una especie de superhéroe luchando contra los hackers que intentan acechar mis datos. En los últimos tiempos, y cada vez con más aplicaciones y páginas a las que acceder, mi cabeza no para de diseñar supuestas contraseñas robustas, que nunca lo son lo suficiente. Porque ya no vale usar fechas de acontecimientos importantes, los nombres de tus seres queridos o de...