Hoy me apetece escribir un post frívolo sobre dos personajes muy actuales.
Una es Melania Trump, la imponente primera dama de Estados Unidos. Tengo una amiga completamente loca con ella. La encuentra espectacular, glamourosa y estilosa. Hasta recorta cada una de sus apariciones para copiar cada modelo que luce. Sólo espero que no esté planteándose también copiar sus retoques de cara, lo cual empezaría a preocuparme.
La verdad es que la nueva moradora de la Casa Blanca es muy guapa y en la mayoría de sus apariciones deja impactado a medio mundo con su impecable estilismo. No sé si su objetivo será emular a la mismísima Jackie Kennedy, inigualable por cierto.
Sin embargo, en mi opinión, Melania resulta artificial, demasiado Barbie, poco natural. Por no hablar de su espectacular ático en la Trump Tower de Nueva York. No entiendo por qué a semejante ático neoyorkino se le quiere dar apariencia de palacio árabe, todo en oro y mármol. Lo siento pero el ático me parece muy hortera.
Por otro lado, el hecho de haberse casado con alguien como Trump dice mucho de ella, aunque ya se sabe, que el "amor" mueve montañas..... Cierto mérito tiene Melania, no digo yo que no. No debe ser fácil pasar de ser modelo de origen esloveno y llegar a primera dama del país más importante del mundo. Pero aún así no me convence.
Frente a Melania, estos días tenemos en España a la mujer del Presidente argentino, Juliana Awada. Fabulosa.
Juliana es carismática, elegante, estilosa y guapísima. Y encima natural. En los distintos actos que ha habido estos días en Madrid ha ido siempre divina. Mi favorito el maravilloso abrigo rosa palo, color de la temporada que lució el día de su llegada.
Por cierto, Juliana ya era millonaria antes de conocer a Macri, con quien lleva casada desde 2010, cuando él era alcalde de Buenos Aires.
Debo reconocer que la pareja Macri me encanta, mucho más que los Trump.
Y resulta curioso como todos los comentarios sobre las muestras cariñosas de Trump a Melania se refieren a los gestos de aparente molestia que pone ella. Y sin embargo, en el caso de los Macri, hay quien incluso dice que el entonces candidato ganó un debate gracias al beso cariñoso y sincero que le dio su mujer nada más acabar. Me encanta. Como el beso de Viri a nuestro Mariano en el balcón de Génova cuando ganó las elecciones. Igualito.
El moderador no daba crédito, no hay más que ver la foto!! Genial.
Ahora solo me queda dedicar mi próximo post a la "number one" que siempre será la gran Carolina de Mónaco. Se ponga Melania como se ponga.
Feliz semana!
Escribo sobre la vida. Reflexiones, pensamientos, ideas que cruzan por mi mente, viajes, anécdotas, aventuras...
viernes, 24 de febrero de 2017
viernes, 17 de febrero de 2017
El futuro ya no es lo que era
Hace unas semanas llegué a mi trabajo y al pasar por
delante del “box” de al lado, vi
extrañada que no estaba mi compañero de siempre. En su lugar había alguien que a
simple vista me pareció un poco raro.
Dije buenos días y
me contestó buenos días, me presenté y se presentó pero había algo raro, no era
capaz de identificar el qué. Me senté en mi sitio y me puse a trabajar. Me levanté
a por agua y le dije si quería que le trajera una botella. No bebo agua. Gracias.
Me contestó. Me extrañó. A mediodía le invité a comer conmigo. No como. Muchas gracias.
Me contestó.
Mi sorpresa iba en aumento. Mi nuevo compañero no paró de
trabajar en todo el día. No se levantó de la silla ni un solo segundo y salvo
para contestar mis preguntas prácticamente no dejó de teclear su ordenador.
Al salir de trabajar decidí acercarme al supermercado a
hacer una compra rápida. Al ir a pagar, noté algo raro en la cajera. La saludé
y me saludó, pero no me miró. Pasó con precisión y rapidez toda mi compra por
el scanner, lo metió todo en bolsas y me cobró, pero en ningún momento me habló
ni me miró. Me llamó la atención.
Justo antes de llegar a casa, paré en el hospital de al
lado para cambiar una cita. La señorita que me atendió también me resultó rara.
No sabría describir su rareza. Fue rápida,
diligente y eficiente. Consiguió hacerme hueco en la apretada agenda del médico
pero me trató con excesiva frialdad como si estuviera enfadada conmigo.
Empecé a preocuparme. ¿Qué me está pasando? El origen debe estar en mí. Es imposible que
tanta gente me parezca extraña. La extraña debo ser yo. Se habrá atrofiado mi capacidad
de percepción y todo me parezca raro y diferente.
Pero todo tenía una explicación, que tardé en descubrir. Mi
nuevo compañero, la cajera y la recepcionista no eran humanos. Eran robots
humanoides. Tal cual. Trabajadores imparables,
diligentes, eficientes, imparables, imbatibles pero.. inhumanos.
Todo era un sueño pero muy cercano a la realidad.
Temas como la robótica o la inteligencia artificial
ocupan muchos titulares en los últimos tiempos.
Los investigadores llevan años perfeccionando los robots
para complementar, e incluso sustituir, el trabajo del hombre. Los robots cada
vez serán más prácticos y tendrán funcionalidades más reales.
Ya hay robots que cuidan de ancianos, realizan
operaciones a corazón abierto o incluso extinguen incendios y patrullan las
calles. Es la tendencia del futuro. Pero
me da miedo. Habrá un robot apropiado para cada tarea y también para cada
persona. Y se podrán controlar
desde un ordenador o un teléfono móvil.
Además, será difícil distinguir entre humanos y robots
porque los robots no serán como los de Star Wars. Nada que ver. Serán robots
humanoides, muy parecidos a nosotros.
Y lo peor es que los humanos tendremos que competir con
ellos a la hora de buscar trabajo, así que no nos quedará más remedio que ser
también nosotros un poquito más robots con implantes supersónicos que
multiplicarán nuestras capacidades.
Es el futuro. Más nos vale estar preparados. La cosa ya no va de tener un perrito robot,
lo peor será cuando el novio de tu hija sea un robot. A lo mejor hasta nos interesa!
Feliz semana!
jueves, 9 de febrero de 2017
El sex-appeal del inglés
Cuando preguntas
a la gente cuál les parece el idioma más sexy del mundo la mayoría te responde
el francés, algunos el italiano, pocos dicen el inglés y sin embargo…. todos
hemos sido seducidos hasta las trancas por el irresistible sex-appeal del
inglés.
Me explico. Hoy venía
escuchando una canción en la radio y la letra era algo así como “ohh, ohh, de
pequeño me rompí una rodilla corriendo detrás de mi hermano… detrás de mi
hermano, ohh, ohh”.
La canción es de
un grupo famoso cuyo nombre ni recuerdo
y ocupa uno de los primeros puestos de las listas TOP del momento. Parece
mentira que una canción con semejante letra pueda triunfar, he pensado al escucharla.
Pero claro, es en inglés. En español la
cosa suena mucho menos poética.
Aunque,
ahora que lo pienso, también en nuestro idioma tenemos canciones tan “poéticas”
como “Mi agüita amarilla” que es de esas que arrasó en su momento y todavía se
sigue escuchando en bodas y festejos, y cuya temática versa, ni más ni menos, del
mismísimo pis. Asombroso pero cierto. Pero
al menos éstas solo triunfan en la madre patria, que yo sepa.
En inglés, parece
que todo suena distinto. Otra canción que siempre me ha llamado la atención esa
que repite sin cesar algo así como “No sé mucho de geografía, ni de biología,
ni de álgebra, ni de ciencias, ni de
francés, sólo sé que te quiero“. La letrita se las trae, sin embargo es
prácticamente un clásico de las canciones románticas de los 90. En español suena de lo más tonta, al menos
para mí, pero en inglés debe ser la pera, según parece.
Por no hablar del
famoso “Born in the USA” de Bruce Springsteen. No imagino a ningún cantante
español, más allá de Manolo Escobar, o algún que otro cantautor, cantando una
canción que se llame "Nacido en España”.
No sé porque pero
parece que las cosas en inglés quedan mejor. A alguien se le ocurriría, por
ejemplo, poner “MANZANA” como marca y
encima arrasar. A nadie. Y sin embargo, mira APPLE. Curioso.
Esto me lleva a hablar
de un tema que también me llama mucho la atención. Hoy en día una persona de
una determinada edad ( entre los 40 y los 50) que domine a la perfección el
inglés tiene muchas más papeletas de triunfar profesionalmente, por muy corto
que sea. Lo tengo comprobado y conozco algunos ejemplos. Da igual lo que digas,
aunque sea la mayor sandez, si lo dices en un perfecto inglés, el resto de españoles
que te escuchen pensarán que eres la pera. Conozco verdaderas carreras
meteóricas de personas que lo único que tenían a su favor era el inglés. Increíble
pero cierto.
Si ya no sólo es que hablas inglés sino que además directamente eres guiri, ya ni te cuento, por supuesto. Tu valor se multiplica por mil. Y si además eres guiri, alto, rubio y guapo, no hay quien te pare.
A sensu contrario, hoy en día, ya puedes ser muy listo, que, como
no sepas inglés, no te comes una rosca prácticamente en ningún sitio. Esto es así.
Está claro que el
atractivo inglés nos tiene cautivados hasta límites insospechados. Teniendo en
cuenta que los hispanoahablantes rondamos los 500 millones creo que, como poco,
deberíamos hacérnoslo mirar, o no?
Feliz semana!!
miércoles, 1 de febrero de 2017
En todos sitios cuecen habas
Una amiga mía es la perfección hecha persona. Es guapa, inteligente, buena y elegante. Su casa es preciosa. Sus niños son ideales, buenos, listos y virtuosos todos de algún instrumento. Su marido es encantador, trabajador y caballeroso. En su casa todo está siempre impecable, se come de maravilla, siempre huele bien, todo están en perfecto orden. Un día, su hija, íntima de la mía, en un arrebato de esos que a veces le entran a las adolescentes, me confesó que su madre perdía los nervios y gritaba y que sus hermanos se peleaban, desobedecían y hasta decían palabrotas. No salía de mi asombro. No me lo podía creer. Yo que creía que eso sólo pasaba en la mía…
El otro día, otra amiga me confesaba que sus Navidades habían sido un horror. Su marido no se habla con su padre, su madre no se habla con su hermano, su hermano no aguanta a su cuñada… así que organizar cualquier encuentro le suponía un verdadero estrés, una tensión continua. Nunca lo hubiera imaginado a la luz de las fotos que nos había enviado, todos guapísimos y elegantes alrededor de una mesa maravillosamente decorada.
Y a una de mis primas su novio le regaló hace poco un viaje relámpago a París. Nos mandó mil fotos, que si la Torre Eiffel, que si el Arco del Triunfo, que si paseando por el Marais… Qué maravilla, que romántico, qué detallazo, que monada de novio, no le dejes jamás. Pero solo a algunas nos confesó que el avión se había retrasado tres horas, que en París había huelga de taxistas y era un caos, que el hotel no resultó ser tan ideal, sino más bien cutre, y que encima había descubierto que a su novio le apestaban los pies y habían acabado peleándose.
Hoy en día vivimos en una continua exposición de nuestras vidas privadas. Facebook, Instagram, Whatsapp...Todo el mundo cuelga fotos de sus viajes, de sus niños, de las fiestas a las que asiste, de los restaurantes en los que cena, hasta de los platos que comen.. La vida se ha convertido en un auténtico escaparate. Todos guapos y estupendos. Pero… como diría mi amiga Rose, la vida contada gana mucho, y en fotos ni te cuento. Y me pregunto, realmente... ¿es todo tan idílico?
Pues no. No es oro todo lo que reluce. Nunca todo es perfecto. O lo que es lo mismo: en todos sitios cuecen habas.
Todos (o casi todos) nos levantamos a menudo con mala cara y pelos de loca. Todos tenemos de vez en cuando ganas de matar a nuestros maridos o mujeres.Todos tenemos peleas con nuestros hijos y nos planteamos alguna vez quién nos ha mandado traer hijos al mundo. Todos despotricamos (algunos más que otros), nos alteramos, chillamos y perdemos la paciencia. Todos la pagamos a veces con los que menos se lo merecen. Todos tenemos el típico día de mejor ni te acerques porque muerdo. Todos tenemos lorzas, celulitis o arrugas. A todos nos parece más oportuna siempre nuestra familia que la política. Todos justificamos de vez en cuando actos injustificables cuando los cometemos nosotros. Todos vemos la paja en el ojo ajeno y casi nunca la viga en el propio. Todos tenemos manías ( no hay más que ver mi post Cosas que me enervan )…
Los viajes no siempre salen bien, las comidas a veces se queman, los hijos no siempre sacan buenas notas ni son bilingües, a veces vamos arrugados, poco conjuntados y hasta manchados, no siempre nos gusta hacer deporte, no siempre nuestras decisiones son acertadas, a veces nos flaquea y mucho la fuerza de voluntad, de vez en cuando hacemos justo lo contrario de lo que predicamos, a veces somos perezosos y aburridos..
Pero así somos. Tal cual. Siempre lo digo, si algo no te gusta intenta cambiarlo. Pero si no puedes o en el fondo, no quieres, asúmelo, acéptalo y si puedes, disfrútalo! Porque ser imperfectos nos hace más humanos, más empáticos, más comprensivos con los errores de los demás que un día pueden ser los tuyos. Aspirando siempre a ser mejores pero sin perder el norte, sin ansiedades absurdas, sin estrés, sin grandes dramatismos por temas triviales y por supuesto, sin pensar que lo del de al lado es siempre mejor que lo tuyo. Grave error porque.. insisto, en todos sitios cuecen habas!
Feliz semana!!