Muchos días llego
a casa, me descalzo y me pregunto “¿ Quién me manda a mí ponerme estos tacones?!!”
Y es que hay días en que hacer todo lo que hacemos las mujeres a lo largo del día y encima hacerlo subida en unos buenos tacones, en mi caso,
encima finos, realmente tiene su mérito. Ahora bien… antes muerta que sencilla!!
A menudo pienso si realmente merece la pena, aunque casi siempre llego a la conclusión
de que… ¡¡por supuesto!! Es la eterna cuestión entre estética y comodidad. Es
indudable que una mujer con tacones resulta más elegante, más esbelta y por
supuesto más alta, pero es que, además y casi diría yo, sobre todo, hay una cuestión
de “poderío” . Hay quien lo llama autoestima,
seguridad en si misma, confianza.. es más o menos lo mismo. A mí me gusta lo
de “poderío”.
Estaréis de acuerdo conmigo, esta pregunta va dirigida a las féminas, que no es lo mismo entrar en
una reunión con unos buenos tacones, que hacerlo plana, por muy mono y elegante
que sea el zapato plano en cuestión. La sensación, lo digo por experiencia, es
completamente diferente.
Me estoy
imaginando, por ejemplo, a la mismísima Hillary Clinton subiendo al escenario para
enfrentarse a Trump. Seguro que no se siente igual con tacones que plana. Viéndolo
así, los tacones pueden hasta resultar decisivos en el resultado de unas elecciones,
hasta pueden influir en el rumbo del mundo. Impresionante pero cierto.
Ahora bien,
llevar a los niños al colegio, ir a trabajar, hacer la compra a mediodía,
volver a trabajar, recoger la ropa en la tintorería de camino a casa, llevar al
niño al dentista… y todo con tacones, resulta agotador, debo reconocerlo.
Y lo peor es
cuando para salir por la noche te pones el típico zapato ideal pero
completamente imposible. Maravilloso, divino, pero que te mata.
En estos casos, yo siempre
le digo a mi marido que me deje en la puerta del restaurante. “No puedo andar
ni un metro” le explico, como si fuera la cosa más normal. Por supuesto, él no
puede entender que me compre unos zapatos con los que no puedo andar cuando los
zapatos son precisamente para andar. Da igual, es imposible hacérselo
comprender. Y en realidad, tiene toda la razón… pero las chicas somos así.
Como decía Marilyn
Monroe: «dale a una mujer los zapatos adecuados y podrá
conquistar el mundo». Está claro que los tacones son mucho más que un
simple complemento.
Feliz
semana!!